Me quedan una hora y quince minutos para coger, por fin, las vacaciones. Aquí estoy, pasando calor en un colegio vacío, a la espera de que vengan padres a reclamar malas notas (los niños no suelen venir, saben que las notas no son malas, sino lo que hay).
Fiuuu. Uno llega al sprint final con las fuerzas justitas. Y eso que vengo terminando el curso desde el veinte de mayo, porque han ido acabando de manera escalonada: primero los de segundo de bachiller, luego los de primero, después la suficiencia de primero, y por fin los de cuarto de eso, con esa chorradita que se han inventado los de la Junta para suspenderlos un lunes, darles un papelito con sus carencias, examinarlos un miércoles y, oh, sorpresa, a ver si así aprueban.
Ahora se abre el largo y caluroso bostezo del verano. Como siga el calor de estos días, será cuestión de comprarse un portátil e irse directamente a escribir a la playa. O más bien de olvidarse de las redes y dedicarse a tostarse al sol y refrescarse en el mar, a ver si es posible.
Uno nunca sabe qué espera del verano. Ahora mismo, desconectar, hacer cls mental, borrón y cuenta nueva, mandar al archivo de los recuerdos los aciertos y los errores de estos nueve meses largos de curso. Voy a intentar no perder la comba de estos últimos meses y aprovechar, ahora que estoy en racha, seguir escribiendo a buen ritmo. Me tiene tentado Luis G. Prado para que amplíe mi último relato y le de las dimensiones que parece que está pidiendo. O sea, convertirlo en novela. Una novela romántica, fíjense ustedes. Femenina incluso, contada en dos tiempos, mujeres, amores, historia, tristeza y magia. Me seduce pero que mucho mucho la idea. A ver si soy capaz o me desvío por otras tangentes.
Una hora diez minutos para coger las vacaciones, salir a la puerta que da a la avenida, esa puerta que ya ha asomado en algún relato, y ponerme las gafas de sol, y respirar, hondo, y gritar yaba daba doo, como Pedro Picapiedra. Y celebrar que sobrevivimos a otro curso con una buena cervecita fresca.
Comentarios (12)
Categorías: Reflexiones