O más bien no pasaba desde hace unos días, como se habrán dado ustedes cuenta porque ni actualizaba ni colgaba comentarios a sus comentarios.
He estado en Madrid, con el cole, con los alumnos de primero de bachiller, la típica visita relámpago (llegar, poner el pie, largarnos), para visitar un par de museos, ver el musical Cantando bajo la lluvia, desesperarme de que las nuevas generaciones ni tienen poetas ni tienen héroes, y volver a toda leche para acá abajo, para seguir preparando la Hispacón, que poquísimo nos queda, y terminar la traducción que tengo entre las teclas y a ver si encuentro un rato libre para escribir mi novela, ejem, romántica.
No, ya sé, he hecho mal en no avisarlos a ustedes: pero ya saben que decir vuelvo en tres días es como invitar a Drácula a entrar en tu casa; imaginen el/los troll(s) de turno campando aquí a sus anchas. Pues eso, que me fui, he vuelto, y para lo que ustedes quieran mandar.
Me traigo de Madrid la inevitable caja de Dunkin? Donuts (ya duros, ay) para mis hijos, el librito Profili dedicado a Milton Caniff, los dos nuevos libros de la colección Sin palabras (dedicados a Alan Moore y Manuel Vázquez, casi ná), y aquí me esperan mi nuevo SFX con un Batman que a ver si es verdad que esta vez es Batman, más mis envíos mensuales de Mile High y Amazon, que tendré que recoger el lunes (ahora mismo me duele hasta el paladar).
Y me espera la noticia, que comparto con ustedes en exclusiva, para que vayan abriendo boca y ahorrando: mi nueva novela Elemental, querido Chaplin adelanta su salida a finales de enero/principios de febrero. Buen regalo de cumple, sí señor.
Les dejo, que tengo que poner al día el correo.
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