Imaginen ustedes que se gastan un dineral infame en comprar los derechos de Star Wars para explotarlos en continuaciones y spin-offs.
¿Qué spinoff harían ustedes primero? Evidentemente, uno con un personaje clave y sobre seguro. Pongamos Han Solo.
Pero no, se sacan de la manga un episodio 3,5 a cuenta de una anécdota (lo mismo equivocada de sitio) sobre cómo un comando suicida roba los planos de la primera Estrella de la Muerte.
¿Una jugada peligrosa?
Tal vez no. Porque si la peli se desarrolla en paralelo al episodio IV, da la casualidad de que tiene una protagonista femenina, una chica aguerrida y rebelde que, a lo mejor, es una agente doble desde el principio o acaba pasándose a las filas imperiales.
No puede ser casualidad ni que sea una chica ni que se desarrolle donde se desarrolla, obviamente.
Cada vez tengo más claro que ese episodio 3,5 que es Rogue One va a servir de puente al episodio 8, y que la chica va a ser la madre de Rey y señora de Luke.
Chica que, si es mala, o si se horroriza ella sola de lo que puede hacer un jedi como hizo Kylo Ren, tiene toda la justificación y la lógica del mundo que se pegue un desmarque y abandone a la niña allá en el quinto pinto.
Piensen, piensen. Lo que se van a ahorrar en exposición cuando Luke cuente que es su padre y quién fue su madre... hablando no de un personaje femenino desconocido, sino de alguien a quien hemos conocido apenas un año antes en una película que es mucho más que un relleno.
Luego les cuento por qué Young Han Solo puede ir entre los episodios 8 y 9.
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