Y para celebrarlo la BBC no ha tirado exactamente la casa por la ventana, pero al menos la cosa ha quedado aparente. Moffat ha cumplido por la mínima con su episodio "The Day of the Doctor", donde se nos presenta un atisbo de la famosa Guerra del Tiempo (el último día, más concretamente), con el encuentro de los Doctores Diez y Once (o sea, David Tennant y Matt Smith) más la resolución del "misterio" del personaje encarnado por John Hurt, situación que ya había sido adivinada por todo el mundo y que perdió la sorpresa (para mí algo tontamente, porque podría haber sido la entradilla del episodio) con el episodio "The Night of the Doctor", donde se confirma la regeneración de Paul McGann en Hurt.
El episodio no es para tirar cohetes, pero entretiene y, en más de un momento, emociona. Los aliens elegidos no dejan de ser poca cosa, un retroceso a los extras de traje de goma, aunque ahora el traje de goma esté mejor hecho, la subtrama con Isabel I da un poco de rubor (quizá por lo orondo de la actriz), los guiños con calzador están bien contados y la duda del "War Doctor" sobre si detonar o no el arma definitiva están bien llevadas... si no fuera tan evidente cuál iba a ser el resultado. Moffat en el fondo no subvierte nada: simplemente, se saca de la manga un Doctor no conocido para solventar la incongruencia de que ya hemos visto a los Time Lords y a los daleks montones de veces desde su genocidio. No sé si queda claro o no, pero la línea temporal del propio Doctor, tal como yo la veo, no se reinventa: se aclara. Pero no hay reescritura del pasado: simplemente, el Doctor en sus encarnaciones 9, 10 y 11 no recuerda que en realidad no ejecutó a su propia raza.
La historia, ciertamente, podría haberse contado igual con Eccleston en vez de John Hurt, y estoy seguro de que los primeros borradores de guión contaban con él. Pero Eccleston nunca ha querido regresar (prefiere papeles de enjundia como Malekith y los villanos de los G.I. Joe), así que la mitología del Doctor avanza en otra dirección gracias a este quiebro forzado.
Hay humor en el episodio, aunque ya digo que la trama con los zygons no convence demasiado. El encuentro entre Smith y Tennant está algo trucado: Tennant tiene buenas líneas, pero el guión favorece a Smith, que para algo es la actual encarnación del Doctor hasta dentro de un mes. Hurt da muy bien el papel, ciertamente. Y hay un par de momentos (en el museo y el ataque de las Tardis, obviamente) que ponen los pelos de punta. El futuro queda abierto y el nuevo Doctor parece que tendrá una misión por delante, la búsqueda de Gallifrey.
Más emotivo, mejor rodado, mejor escrito y mejor interpetado es el docudrama o como queramos llamarlo que el compinche de Moffat en Sherlock, Mark Gatiss, se saca de la manga para conmemorar el cincuentenario del icono (que no de la serie, que como todos sabemos estuvo quince años en suspensión criogénica). "An adventure in Space and Time" nos cuenta los primeros días de la serie, la aventura de los productores y directores, la presentación de William Hartnell. Una película llena de melancolía y de sentido de la maravilla que arranca alguna que otra lagrimita y que es un homenaje desde el más profundo reconocimiento.
Y para terminar el cincuentenario, el hilarante episodio escrito y dirigido por Peter Davison (el quinto Doctor), The Five(ish) Doctor Reboot, donde tres de los Doctores ya demasiado viejos para volver a interpretar al personaje en la serie se las ingenian para aparecer (más o menos) en el episodio. Hay apariciones estelares de los hijos de los primeros Doctores, salen John Barrowman, Georgia Moffat, la hija del Doctor (en el doble sentido, ahora apellidada Tennant también), más el propio Moffat y hasta Russell T. Davies, sin olvidar a Peter Jackson o Ian McKellen. Un divertimento auto-paródico lleno de guiños y de pullas que hace que uno acabe recordando The Day of the Doctor bajo una nueva perspectiva.
Ahora, a esperar a Peter Capaldi.
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Categorías: Doctor Who