La segunda aventura en solitario del dios del Trueno en la pantalla grande resuelve algunos de los problemas de la primera entrega, pero se queda a medio camino en un buen montón de cosas. Se notan las diversas reescrituras del guión, y aunque el argumento puede ser más o menos interesante la presentación de la trama es torpe y solo coge ímpetu hacia el segundo tramo, para convertirse en la predecible pelea de mamporros en el último acto. Es lo que pasa cuando parece que se tiene más en cuenta la espectacularidad del 3-D (la vi en normal y lo siento) que la historia que quieres contar.
Lo mejor son los momentos de humor (producto posiblemente de una reescritura de Joss Whedon, porque llevan su impronta), y lo peor la mezcla de ciencia ficción y fantasía, o sea, de Star Wars y El señor de los anillos (aunque solapadas, las influencias están ahí). Lo que en los tebeos de Kirby no disonaba aquí sí lo hace. Lanzas que de pronto disparan rayos láser o pedruscos que hacen implotar molan mucho, pero quedan un tanto raros.
Chris Hemwood tiene un papel que no le permite lucir más que músculos, el pobre. Sale mal fotografiada Natalie Portman (y el guión y ella pierden la posibilidad de convertirse en elfa y desaparecer de una franquicia que ella misma confiesa que no es de su agrado), ve uno a Christopher Eccleston y se pregunta si para hacer estas chorradas dejó aparcada la Tardis, no impresiona nada el destino de Freya (porque los espectadores no han tenido tiempo de familiarizarse con los personajes y cogerles cariño), molan los Warriors Two (Hogun desaparece en el primer minuto de la trama vaya usted a saber por qué cláusula de contrato, sustituido por Idris Elba y su Heimdall), es divertido el cameo de Chris Evans, Odín molaría con otra voz y con botas de tacón más alto, la idea de que el metal no vuelve tras atravesar de un mundo a otro se olvida convenientemente (como de pronto Thor lleva los brazos forrados y de pronto no). Y está Loki.
Loki se lleva todo el gato al agua en la película. Se nota que Tom Hiddleston es un actorazo, que se lo pasa pipa interpretando al malo, y que además los guionistas están más interesados en él que en todo el resto de la película. Vagamente femenino, guapo, vestido de verde como en los tebeos, suyas son las mejores escenas, las mejores réplicas, las mejores reacciones, los mejores engaños (a quien hayan engañado, claro, que uno es perro viejo en esto y no se dejó engatusar). Pone muy alto el listón para futuros malos de cualquier película de superhéroes que venga en el futuro, porque es un malo que provoca simpatía aunque sepamos en todo momento que, por contradictorio, puede volverse contra todos en un abrir y cerrar de ojos.
La película no se hace larga, pero uno habría deseado que estilizaran más la narrativa. Hay unos cuantos momentos bellísimos a nivel estético, y un par de escenas poscréditos, una de las cuales no sirve para nada pero la otra avanza un supervillano para el futuro y cuál va a ser el nuevo arco narrativo de Vengadores (¿para la tercera película, pues faltan por presentar todavía muchas gemas?).
Si Thor a partir de ahora va a vivir más tiempo en la Tierra, uno echa en falta no la personalidad de Donald Blake (que también), sino aquel viejo handicap del martillo Uru que lo revertía en humano si no volvía a su mano en menos de un minuto. Ah, si los guionistas supieran la puerta que han abierto en el primero de los finales...
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