Con ocasión de su septuagésimo cumpleaños, Jack Kirby fue entrevistado por teléfono en la emisora de radio neoyorquina WBAL. Después de que el periodista le preguntara por el trabajo como parte de la aparentemente ferviente y alegre era bullpen de la “Merry Marvel Merchandising Society”, Kirby respondió llanamente:
—No me parecía alegre. En aquellos días, era algo profesional, contabas tus ideas y recibías tu salario y te las llevabas a casa. Era una cuestión muy simple. No es nada que pudiera dramatizarse, o glorificarse, o glamurizarse en ningún aspecto… Yo creaba la situación, y la analizaba, la hacía viñeta a viñeta, y lo hacía todo menos poner las palabras en los bocadillos.
Pero Jack, dijo el entrevistador, ¿y esas legendarias reuniones con Stan y contigo que animaban la oficina?
—No era así —dijo Kirby—. Puede que fuera así después de que yo cerrara la puerta y me marchara a casa.
Y entonces el presentador del programa introdujo la llamada de un invitado sorpresa: Stan Lee.
—¡Quiero desearle a Jack feliz cumpleaños! —la voz familiar resonó por las ondas—. ¡Es una enorme coincidencia, estoy en Nueva York y acabo de poner la radio y aquí te encuentro, hablando de Marvel, y me he dicho que bien podría llamarte y no dejar pasar la ocasión sin desearte muchas, muchas felicidades, Jack!
Kirby respondió al momento.
—Bueno, Stanley, quiero darte las gracias por llamar, y espero que estés bien de salud, bien de salud.
Lee alabó el trabajo de Kirby.
—Nadie podía mostrar la emoción y el drama como tú lo hacías.
—Bueno, gracias por ayudarme a mantener ese estilo, y ayudarme a evolucionarlo –dijo Kirby—. Nunca lo lamenté, Stanley. Fue una gran experiencia para mí.
Y entonces, después de cinco años sin hablarse, Kirby le dijo a Lee que lo respetaba.
Después de diez minutos más de recuerdos y piropos, Stan dejó caer esto:
—Y déjame que lo diga: cada palabra de diálogo de esos guiones era mía.
Risas incómodas en el estudio.
—Cada historia.
KIRBY: Puedo decirte que yo escribí unas cuantas líneas sobre cada viñeta.
LEE: ¡No se publicaron en los libros! Jack no está equivocado según su propia versión, porque, respóndeme sinceramente…
KIRBY: No me permitían escribir….
LEE: ¿Te leíste alguna vez alguna de las historias después de que estuviera terminada? ¡Me parece que no! Creo que no has leído ninguna de mis historias. Creo que siempre estabas ocupado dibujando la siguiente. Nunca leíste los tebeos cuando estuvieron terminados…
KIRBY: … mis propios diálogos, Stanley. Y creo que así es la gente. No importa qué estuviera escrito, era la acción lo que me interesaba.
LEE: Lo sé, y mira, Jack, nadie siente más respeto por ti que yo, y lo sabes, pero creo que nunca consideraste que el diálogo fuera muy importante. Y creo que considerabas que cualquiera puede hacer los diálogos, es lo que yo estoy dibujando lo que importa. Y tal vez tengas razón, no estoy de acuerdo con eso, pero tal vez tengas razón.
KIRBY: Solo intento decir que creo que el ser humano es muy importante. Si un hombre escribe y dibuja y hace una serie, debería proceder de un individuo. Creo que deberías tener la oportunidad de hacerlo todo solo.
Cuando se le pidió que se despidieran, Lee lo hizo primero:
—Jack ha dejado una marca tremenda en la cultura americana, si no en la cultura mundial, y creo que debería estar increíblemente orgulloso y satisfecho de sí mismo, y quiero desearle todo lo mejor, a él y a su esposa Roz, y a su familia, y espero que dentro de diez años yo pueda estar en alguna ciudad en alguna parte, escuchando un tributo a su octogésimo cumpleaños, y espero tener la oportunidad de llamar de nuevo y desearle lo mejor también. Jack, te quiero.
—Bueno, lo mismo digo, Stan —dijo Kirby—. Pero… uh… uh… sí. Muchas gracias, Stan.
Silencio, durante un momento.
—Warren, ¿estás ahí? —le preguntó Kirby al co-presentador—. Uh… ahora puedes comprender cómo era entonces.
(De Marvel Comics: The Untold Story, de Sean Howe)
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