Estoy muy lejos de la ciencia ficción. Podríamos decir que llevo más de veinte años huyendo de la ciencia ficción. He escrito al menos dos novelas de ciencia ficción, y en la primera parte de mi "carrera" bastantes relatos de ciencia ficción. Pero me molesta, y mucho, que me encasillen como escritor de ciencia ficción, lo saben ustedes. Entre antologías, novelas, estudios de historieta, sin contar los álbumes de cómics y las ediciones en otro idioma y las reediciones, llevo ya la friolera de 28 libros a las espaldas. Muy bonito para el currículum, pero apenas me ha dejado dinero ninguno.
A pesar de todo, me molesta que se pretenda buscar una alternativa al nombre, porque la gracia de la ciencia ficción (la "SF", que le llamábamos) es su enorme multiplicidad de temas. También me molesta que cuando se hacen antologías de ciencia ficción desde fuera del ghetto no se me llame siquiera, ni a mí ni a otros escritores de ciencia ficción, los que, en teoría, somos los expertos en esta temática.
Mis novelas no son fáciles. Mi estilo no es fácil. La ciencia ficción no es fácil: es, posiblemente, el más difícil de los géneros. Porque explica sobre la marcha, porque inventa (o inventaba) escenarios nuevos, sistemas físicos nuevos, en cada novela o cada relato. Porque requiere de cierta complicidad con el lector. Porque tiene ese inefable sentido de la maravilla y plantea preguntas que no plantean otras novelas.
No es, la ciencia ficción, ya digo, literatura fácil. Ni literatura para jóvenes.
Me ha parecido, de pronto, necesario recordarlo.
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Categorías: Ciencia ficcion y fantasia