Conozco a muchos escritores. Yo mismo, de verano en verano, soy uno de ellos. Algunos son de primera fila y otros de segunda B o de tercera regional. La inmensa mayoría no se gana la vida con lo que escribe, alguno se auto-edita sus libros, otros han inventado el término “worst seller” para reconocer que, contra viento y marea, siguen urdiendo tramas y emborronando folios aunque el éxito de ventas sea un país desconocido.
Escribir una novela lo mismo lleva seis meses que diez años. Si tienes suerte de que se publique, estará en las librerías otros tres meses, porque hay que dejarle sitio a los éxitos impuestos desde arriba. Nunca sabemos cuáles son de verdad las cifras de ventas. De vez en cuando, a los ocho meses o así tras la publicación del libro, se salda y se vende por menos de la mitad de su precio (y el escritor ya no cobra), o te llega la terrible nota de la editorial que anuncia que el resto de la edición va a ser destruido (quemado) porque no hay sitio en los almacenes para tanto libro náufrago de lectores.
También nos piratean. De vez en cuando, si pierdo algún original por las cosas estas de los ordenadores que se mueren sin avisar, yo mismo me he bajado de internet mis cosas. De vez en cuando, para ciertos lectores, no tenemos empacho en enviarles los archivos digitales cuando ya no nos quedan ejemplares físicos.
Mientras nos dure la inspiración y la ilusión, seguimos escribiendo. El libro digital lo mismo nos acaba de barrer del mapa o nos permite llegar a los lectores saltándonos dos intermediarios, el editor y el librero, que por cierto se llevan el noventa por ciento del porcentaje de la tirada con respecto al escritor.
La literatura es una cosa y la vida literaria es otra. Anunciar como se ha anunciado estos días, por parte de una de esas inexplicables primeras figuras del gremio, que no vas escribir más porque han pirateado tu libro no es más que una estrategia de marketing. Y se nota. Ningún pintor dejó de pintar cuando apareció la fotografía. Ningún actor dejó de pisar los escenarios cuando llegó el cine. Si llevas dentro el veneno, lo llevas siempre. Te pirateen o no te pirateen. Vendas o no vendas. Lo demás es farándula.
Publicado en La Voz de Cádiz el 26-12-2011
Comentarios (50)
Categorías: La Voz de Cadiz