Cuando Stoker se marchó, el lacayo se volvió hacia su amo.
—¿Cruces? ¿Ajo? ¿Luz del sol? ¿Estacas? ¿Por qué le has contado esas cosas, maestro?
—Porque mientras los hombres crean que así nos pueden matar, estaremos siempre a salvo —contestó el no muerto.
Comentarios (3)
Categorías: Creacion - relatos poemas historias