HILDE MOSSE: (Los personajes) son hombres musculosos y muy poderosos, héroes, que resuelven todos los problemas por medio de la violencia física o de las armas. Las armas modernas juegan un papel enorme. La sociedad organizada, como organización, la ley no existe porque la toman en sus manos para resolver los conflictos en los que están. Son la antítesis de la democracia, porque son el Superman musculado, la adoración de la violencia física y el poder. Son exactamente, exactamente lo que todo el que sepa algo de lo que es el fascismo, lo que el nazismo representa, el ideal que tenía la gente en la época de Hitler.
Los (editores) de Superman trataron de publicarlo en Alemania después de Hitler, en los años cuarenta y los cincuenta, y sé que el pueblo alemán se horrorizó de los comics books y especialmente, por supuesto, por Superman, que fue enviado y promocionado allí. Di una charla al respecto en 1954. Me alegra que desde entonces Superman ya no se publique en alemán, porque hubo demasiada gente en Alemania Occidental que se sintió escandalizada, y la reacción en contra fue tan grande que alarmó a los judíos, porque desde luego conocen qué tipo de mentalidad se promociona con todos estos superhéroes. No me importa cómo lo llamen.
STAN LEE: ¿Sabe? Es increíble. Imagino que a mucha, muchísima gente que hay escuchando este programa que no lee comics y no ve los dibujos animados ni la televisión, le impresiona lo que dice la doctora Mosse. Y sé, por supuesto, que todo el que lea cómics estará igual de estupefacto, porque obviamente estos personajes no son todos iguales, no tienen la misma motivación psicológica…
BARRY FARBER: Stan Lee, ¿le importaría, en este momento, abrazar a sus aliados en los comics y denunciar a sus enemigos para que queden arrinconados y podamos hablar de los buenos y los malos, estando de acuerdo en quién es quién?
STAN LEE: Antes que nada, déjeme responder que no estoy en un bando distinto a la doctora Mosse. Me encantaría que hubiera menos violencia. Como dije antes, me encantaría que todas las historias fueran buenas y no tuvieran más que cosas positivas para los lectores. Estoy esperando a que alguien me diga cómo hacerlo. Deduzco por o que ha dicho sobre Supermán en Alemania y todo eso, y nunca pensé, perdónenme, que estaría aquí defiendo a Superman, que es un competidor, pero intuyo que ella considera que Superman es dañino y por tanto no debería existir, porque toda la psicología que tiene detrás está equivocada. Y me parece que si lo llevamos un paso más adelante, no debería haber superhéroes. Pero, por supuesto, en las leyendas, y en los clásicos, hay todo tipo de superhéroes. Imagino qué sería lo siguiente, porque, ¿dónde irá la buena doctora después de que los cómics hayan sido eliminados, y después de que los dibujos animados hayan sido eliminados, y siga habiendo crímenes y violencia? Tendremos que atacar otra cosa. Imagino que habrá un mundo estéril durante unas cuantas generaciones, pero en cuanto a delinear…
HILDE MOSSE: Si piensa usted que el único elemento creativo en el hombre es su propensión a la violencia, creo que estamos en bandos completamente opuestos.
STAN LEE: No he dicho eso. Nunca he dicho eso.
HILDE MOSSE: Pues lo parecía.
STAN LEE: Nunca he dicho eso. Estoy esperando a que alguien me diga qué es la violencia, y cómo eliminarlas de las historias. En otras palabras, me parece que toda historia está basada en un conflicto, en un problema que debe ser resuelto. Los niños quieren historias donde el conflicto sea más o menos físico. Los niños no leen historias donde no haya un conflicto físico y ese es el éxito de La isla del tesoro y similares. Estoy seguro de que podríamos tomar sus premisas y señalar un millar de cosas en La isla del tesoro que son dañinas, y entonces volvemos al mismo argumento. Podríamos tomar todos los clásicos del mundo, y como he dicho, podríamos coger la Biblia, que es el libro más dañino, lo siento, el libro más violento jamás publicado… El argumento es tan sofista, y tan ridículo, que yo mismo me siento como un idiota aquí sentado intentando razonar algo donde debería llegarse a una conclusión, pero usted ni siquiera intenta encontrar una solución, solo intenta proponer una discusión.
BARRY FARBER: Tal vez la solución de la doctora Mosse sea eliminar los cómics
HILDE MOSSE: Un momento, por favor, denme una oportunidad para responder. En primer lugar, depende por completo de cómo se retrate de la violencia. Ese es un aspecto.
STAN LEE: Eso es lo que me gustaría saber. ¿Cómo?
HILDE MOSSE: En segundo lugar, quiero dejar muy, muy claro, que es totalmente imposible comparar las historias de los cómics con la Biblia o con Sófocles, o con cualquiera de las historias de los cuentos de hadas. Porque, solo con mirar los dibujos, se nota de que las historias se basan un puñetazo en la cabeza, en el estómago, o en los ojos, una imagen violenta detrás de otra. La imagen violenta, la violencia física es la historia. Hay algunas excepciones. Spider-Man es un poco más sofisticado y gusta mucho a algunos jóvenes muy inteligentes. Pero, con diferencia, esa es la historia. No hay nada más. Debemos marcar la diferencia entre los comic-books y la televisión, porque está mal, es un error, científicamente, mezclarlos. Para mí los comics no son ni siquiera un medio legítimo. Sólo existen por que son una forma barata…
STAN LEE: Escuche…
HILDE MOSSE: Espere un momento. Para producir muchos de estos comics se inventaron nuevas imprentas en color para imprimir muchos a la vez. La televisión es algo totalmente nuevo invento de la humanidad, y uno de los mayores inventos que existen. La humanidad podría vivir perfectamente sin los cómics.
STAN LEE: ¿Cree que es posible que sea bueno asustar a los niños con cosas como la reina de Blancanieves convirtiéndose en bruja? ¿Qué tal vez eso les haga capaces de soportar los traumas de leer sobre lo que pasa en Vietnam, y sobre Buchenwald, y esas cosas? Tal vez si no tuviéramos historias así, que son fantasía y ficción, estos niños serían mucho más enfermizos y más problemáticos.
BARRY FARBER: Da usted pie a una cuestión muy interesante (Describe haber visto cómics alemanes muy aburridos). ¿Dice o no dice algo que un país que cometió la mayor violencia de la historia tuviera cómics completamente antisépticos, estériles y débiles para los niños?
HILDE MOSSE: No tiene nada que ver… una cosa no tiene nada que ver con la otra.
STAN LEE: Suele decir eso cuando se le presenta…
HILDE MOSSE: Absolutamente nada que ver. Los niños fueron adoctrinados. Sé exactamente cómo fueron adoctrinados. Mire, fue al colegio con niños que eran nacional-socialistas. Quiero decir que sus padres lo eran. Mis padres eran muy liberales. Mi padre era editor de un periódico muy importante de Alemania, y muy democrático, y no podía creerse lo que le dije sobre las teorías de las que hablaban los niños. Pero esto no tiene nada que ver con los comic-books.
STAN LEE: Pero, doctora Mosse, ¿puedo decir algo sin que me diga usted que no tiene nada que ver? Tal vez Barry ha planteado su pregunta demasiado claramente, y posiblemente si uno fuera más obtuso y tratara de darle la vuelta a todo esto, ¿no notaría la absoluta contradicción de todo esto, el absurdo, cundo dice que deberíamos reducir la violencia en los cómics, o incluso eliminar los cómics, porque el mundo es demasiado violento e insano? Barry ha sacado a colación un buen argumento. Hay un país que probablemente fue culpable del crimen más horrendo contra la humanidad en la historia del mundo, una nación que tenía cómics domados, que virtualmente no tenía comic-books, donde los niños estaban férreamente regimentados, donde no iban al cine hasta cierta edad, y estaban controlados por sus padres. ¿No le hace eso pararse a pensar y, por un momento, cuestionar la validez de su premisa?
HILDE MOSSE: ¿Me está diciendo que si los comic-books y la televisión hubieran existido en Alemania el fascismo no habría existido?
STAN LEE: No, pero digo que los cómics podrían haber sido una primera línea de defensa. Es muy posible, si los cómics hubieran sido publicados y escritos en una atmósfera libre y creativa, que los niños no hubieran escuchado, ni hecho tanto caso a sus adultos. Tal vez no hubieran seguido a Hitler tan a ciegas. Tal vez habrían podido reconocer al héroe y al villano. Tal vez habrían podido distinguirlos. Me parece, y no me refiero solo a los comics, me parece que una de las funciones de la literatura y el arte es hacernos reconocer las cosas del mundo que nos rodea. Darnos una perspectiva mejor.
Lo que más temo son a los benefactores fanáticos. Lo temo enormemente. Temo a la persona que sabe qué es bueno y qué es malo para mis hijos. Temo a la persona que, cuando escribo una historia que me parece divertida y entretenida, y creo que soy tan buen juez como cualquiera, y que no soy ningún malvado, temo a la persona que dice: “Eso es malo porque yo lo digo”. Y entonces digo, bueno, mire. Aquí tiene una nación que no tenía estas cosas, y son mucho peores de lo que somos nosotros, o lo seremos, y entonces esta persona dice: “Sí, pero eso no tiene nada que ver”. Y ni siquiera estoy a favor de todos los cómics. Si tuviera un hijo que solo leyera cómics, me preocuparía. Los universitarios que leen nuestros títulos no sólo leen nuestros cómics, por el amor de Dios. Y no creo que yo los leyera si no estuviera en este negocio.
BARRY FARBER: Su argumento me recuerda a los argumentos contra el control de armas.
STAN LEE: Con lo que estoy de acuerdo, por cierto.
(TO BE CONTINUED)
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