Hotel Don Manuel, Gijón, hace treinta minutos. Se nos sienta al lado Ian Watson y se pide unos callos. Mientras espera, le hago la pregunta:
--Ian, ¿qué queda de tu guión para Inteligencia Artificial?
Y entonces Ian, que es perro viejo, nos contesta antes de que tengamos tiempo de aclarar que nos aclare:
--Los últimos veinte minutos son exactamente tal como yo los escribí. Spielberg rodó la película tal como la había concebido Kubrick.
--Es que dicen que el final es sensiblero, cuando los mekas resucitan al niño...
Los ojillos de duende pícaro de Ian brillan cuando se da cuenta de que nos hemos dado cuenta de que al final no son etés, sino los robots del futuro.
--¿Cómo va a ser sensiblero? El niño vive un solo día, y muere, en un mundo frío e inhóspito donde no queda ningún rastro de vida orgánica.
--Hay quien dice que el final con el niño en el agua habría quedado mejor...
--El final siempre fue ese. Tal como se ve en la película.
Pues eso.
Comentarios (18)
Categorías: Visiones al paso