La foto parece cosa de tebeo. Porque, claro, todo esto parte de un tebeo. Ahí tienen ustedes al señor comisario, más contento que los guardias civiles que detuvieron al Lute, mostrando la máscara blanca y no menos sonriente del enemigo vencido. No sé quién parece más irreal, si la careta o el tupé. La cúpula de Anonymous ha caído y se enseña la máscara como si fuera un trofeo de guerra, J.J. Jameson fardando ante el universo mundo con la máscara de Spider-Man.
De tebeo, les digo, porque lo que aquí nadie recuerda, o no sabe directamente, ni en la policía ni en las filas de los enmascarados de la protesta, es de dónde parte la máscara blanca sonriente. Y por eso la paradoja: cómo en la captura, sin saberlo, nos remiten a los tebeos. Alan Moore, el genio malévolo que al final va a estar detrás de todo lo que configura nuestro siglo veintiuno, ideó hace treinta años una historieta, “V de Vendetta”, donde el protagonista, un trasunto de Robin Hood, la Pimpinela Escarlata, el Zorro y el superhéroe (o el supervillano) al uso, se enfundaba una máscara de papier maché de Guy Fawkes, que intentó volar el Parlamento inglés siglos atrás, y se dedicaba a luchar contra la dictadura fascista de un mundo futuro terriblemente parecido al nuestro.
El tebeo saltó al cine, aunque descafeinado, y la máscara de V se convirtió, en las últimas escenas de la película, en lo que hoy vemos en las calles: un símbolo de protesta de la gente cualquiera. Posiblemente, insisto, quienes protestan no sepan que V propone en los tebeos la anarquía y que busca perpetuar su legado. Tampoco lo saben quienes han entrado a saco en los tres o cuatro ciudadanos, ex anónimos ya, que han sido presentados a la prensa como si fueran el no va más de los genios del mal.
Pedía Aute más cine por favor y yo pido más cómics, por favor. Porque cualquiera puede ponerse la máscara y recuperar el testigo, y esa es precisamente la fuerza de Anonymous, si tiene alguna. Eso es precisamente lo que significa su nombre.
Menos lobos, pues, que no han detenido al jefe de Spectra sino a tres señores normales y corrientes que no viven debajo de una base secreta. Ya les han petado la web, otros anónimos, parece. Si leyeran tebeos, unos y otros, recordarían aquello de “Hydra, inmortal Hydra, si se nos corta un miembro otros dos ocuparán su lugar…”. Lo mismo se enteran viendo la peli del Capitán América.
Publicado en La Voz de Cádiz el 13-06-2011
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