Me piden desde Facebook el guión de "Moreno", por curiosidad. De momento, es algo que queda entre el dibujante y los editores y yo, pero sí puedo colgar aquí el primero de los guiones de la serie, "Trafalgar", cuyo relato tienen ustedes por aquí también, y que dibujó Mateo Guerrero y coloreó espectacularmente Javi Montes.

Esto es el guión tal como se lo envié a Mateo, y a Mateo me dirijo en el texto. Es un guión sencillo, sin palabras, donde confío en la fuerza del dibujante y de las escenas. Si tienen ustedes el álbum, pueden comprobar cómo interpretó el dibujante mis indicaciones.

TRAFALGAR. 12 del Doce


El argumento de la historia es simple: la batalla de Trafalgar vista desde tierra, las implicaciones que tuvo para la gente de Cádiz (aparte de para España entera, pero esa es otra historia), y sobre todo la anécdota reconocida por los ingleses y españoles de que, cuando días después los barcos heridos fueron llegando a puerto la población de Cádiz ayudó por igual a marinos españoles y marinos enemigos.

Me gustaría contar esta historia sin palabras, pues es una historia de ambiente, de silencios, de miradas y sobre todo de lluvia y de viento. Siempre que veamos el mar debemos verlo embravecido y canalla; el viento debe azotar la ropa de los personajes y los tendederos de la ciudad; la lluvia debe mojar los rostros hasta confundir agua con lágrimas. Es decir, no quisiera hacer poesía de las palabras sino poesía de las imágenes, que es la parte que te toca. La historia es lo suficientemente sencilla para que se entienda sin necesidad de textos en off ni bocadillos que expresen lo que están viviendo los personajes, porque para eso estarán sus expresiones. He visto cientos de páginas perfectamente narradas a las que el texto y los diálogos estropean la narración.

Como siempre, las indicaciones de guión, número de viñetas por página que se indican, etc, son aproximativas. Feel free para retocar lo que te parezca que puedes contar mejor de otra manera. Si los cambios son importantes, eso sí, agradecería que lo consultaras.

Ojo a la vestimenta de los personajes, sobre todo de la mujer protagonista y de la niña: tenemos tendencia a vestir a las mujeres de la época de piconera o de goyesca, cuando esa ropa no era la que usaba el pueblo (el de piconera es un invento posterior). Así que vamos a lo clásico: la falda ancha, el mandil, la cofia, etc.

Como ya tienes el relato, todo aquello que veas que enriquece el guión, inclúyelo.
Para los personajes históricos que aparecen en la historia (GRAVINA, SOLANO), se te enviará documentación.
Lo ideal sería cuatro-cinco viñetas por página, no mucho más. Como estamos trabajando al estilo Marvel (más o menos), cada punto y aparte indica más o menos una viñeta o una secuencia de viñetas.


PÁGINA 1.

Una página de introducción, que podría llevar como único texto la fecha: 21 de octubre de 1805.

El mar en el horizonte. Mar algo revuelto, nada de la placidez de las postales al uso.

Un plano picado para mostrarnos el mar y, asomando en el horizonte, una silueta de barcos.

El plano se acerca hacia el espectador y vemos cómo enfrente hay otra flota de barcos enemigos (en este caso, las escuadras española y francesa).

Visto desde el interior de uno de los barcos españoles: el momento del zafarrancho de combate. Un capitán que grita y señala en primer plano, un grumetillo rubio que corre, los hombres que aprestan los cañones. El grumetillo debe ser reconocible, pues es el hijo de la mujer que espera en Cádiz.



PÁGINAS 2-3.

Doble página de lucimiento del artista. La batalla en todo su esplendor: cañonazos, barcos que se quiebran, humo, llamaradas.


PÁGINA 4.

Cambiamos de escenario y nos vamos a Cádiz. Una viñeta grande que muestre la ciudad desde el mar, las murallas, etc. Una sensación de placidez y contraste absoluto con la página inmediatamente anterior.

En la segunda viñeta es cuando vemos que esa placidez es falsa. Vemos a los gaditanos asomados a la alameda, a las murallas o el campo del sur, mirando al mar, donde no se ve nada más que nubes y agua.

Rostros apurados de hombres y mujeres. Tendederos donde las ropas se agitan con el viento.

Quizá alguna onomatopeya lejana que indique el retumbar de los cañonazos BROOM BROOOM BROOOM

Gaviotas espantadas huyendo a tierra.

PÁGINA 5

La “cámara” se centra en una mujer que espera a orillas del mar. Sola o en compañía de una niña de unos diez años. Si te parece que la niña debe ser más pequeña por efecto dramático, adelante. En el mar, ahora, hay silencio, y esta página debe mostrar el desconcierto de la espera: la batalla ha terminado y no se sabe el resultado. El sol se está poniendo y podemos ver un tono rojizo que lo indique.

La pose de la madre podría ser la de la diosa Gades que adorna la playa y el paseo (ver documentación). O sea, una mujer erguida, haciéndose pantalla sobre los ojos para otear el mar. La mujer no es joven, ni tiene por qué ser vieja, ni bonita. Pero debe ser reconocible tanto en su ropa como en su pelo o su cofia: saldrá más adelante en otras historias, haciendo de personaje secundario.

Después del plano general, nos centramos en el rostro de la madre, y vemos con más detalle su preocupación.

Pasamos a un primerísimo plano de la mano de la madre, que ha abierto para mostrar un camafeo donde se ve el rostro de un niño rubio (el grumetillo que vimos antes en la primera página).

Si decides dibujar a la niña, la vemos agarrada a las faldas de la mujer, o apoyada en ella.

Otro par de BROOM BROOM lejanos, como si la batalla hubiera comenzado de nuevo.

Pero entonces empieza a llover y vemos que es una tormenta. La lluvia salpica la cara de la mujer y la niña. A la preocupación se suma el desconcierto.

PÁGINA 6.

El efecto de la tormenta en la ciudad. Carteles que se agitan, ropa que vuela, gente que corre.

Vemos a soldados, a gente corriente que se cala, a militares que se angustian. Uno de ellos debería ser SOLANO protagonista de la siguiente historia. Para que te orientes, es una especie de SANCHO GRACIA, gordote, fornido, vestido de militar y con patillas. A su alrededor puede tener a tres o cuatro generales que se han quedado en tierra (son soldados, no marinos).

En toda la escena de la lluvia y las calles debe notarse la sensación de estupor. No es una lluvia cualquiera, sino una verdadera borrasca.

No olvides a la mujer ni a la niña. Pueden volverse a mirar el mar, ya oscuro, donde la lluvia azota con más fuerza.

PÁGINA 7.

Volvemos al mar. Ahora es de noche o está anocheciendo y a los efectos del combate (los barcos están desarbolados, con las velas ardiendo, los cascos llenos de agujeros y vías de agua, muertos, sangre en las bordas), se le suma el efecto de la lluvia.

Es una página que debe mostrar el esfuerzo titánico por la supervivencia. En uno de los barcos, reconocible, GRAVINA con un brazo chorreando sangre, que intenta regresar a puerto.

Un barco encalla. Otros dos chocan.

PÁGINA 8.

Volvemos a la ciudad. En medio de la lluvia, la gente echa a correr llevando antorchas, maderas, telas, todo lo que puede arder.

Los vemos correr por las calles, con sillas, tablas, ramas.

Vemos a la madre correr también, con madera para quemar.

Encienden una hoguera, bajo la lluvia.

El plano se retira y vemos que, extendiéndose por toda la orilla, hay docenas de hogueras similares.

PÁGINA 9

Seguimos el avance de las hogueras. Vemos otro trozo de playa, en la noche, gente encendiendo más hogueras o intentando volver a encender otras hogueras que se van apagando.

Y, desde los barcos hundidos en la noche y la lluvia, alguien que señala la oscuridad y ve el reguero de luces.

Los barcos inician el regreso en medio del caos. Barcos ingleses, franceses y españoles por igual.

PÁGINA 10.

Un barco encalla en la orilla de una playa (en Sanlúcar, pero el detalle no tiene por qué ser importante). Lo imagino como un elefante que se postra de rodillas y se muere.

Una viñeta alargada para mostrar que amanece.

La gente en la ciudad, agotada, mojada, calada hasta los huesos, espera. Vemos a la mujer y a la niña sentadas en el suelo. La niña duerme apoyada en la madre.

Llueve y hace viento, pero menos.

PÁGINA 11.

En teoría, deben haber pasado un par de días, hasta que la tormenta permite a los barcos regresar. Para los propósitos de nuestra historia, el detalle no tiene importancia.

Desde una de las torres mirador (ver documentación), alguien ve que los barcos empiezan a llegar a puerto.

La gente corre hacia el muelle (la puerta del mar): mujeres, niños, militares, hombres mayores.

Los barcos entran a puerto. Los vemos sin palos ni velas. Son la viva imagen de la derrota y es ahora, y sólo ahora, cuando la gente que espera comprende que se ha perdido la batalla.

PÁGINA 12.

Vemos la derrota en los ojos de los curiosos, la desesperación en las caras de la gente que espera en el muelle, el orgullo herido de los militares. La gente se congrega en el muelle y un grupo de soldados los mantiene a raya.
Los marinos heridos bajan a tierra. Su aspecto es desolador.

Bajan por la plancha a un hombre en una camilla.

Al acercarnos a él, vemos que es Gravina, reconocible de la página anterior, con el brazo ensangrentado y el codo destrozado.

Ver a Gravina en ese estado es un mazazo y como tal debe notarse en la gente que espera: desesperación, incluso odio porque, a fin de cuentas, el héroe español ha caído por culpa de la ineptitud del comandante francés Villenueve.

PÁGINA 13.

Entre el público reconocemos a la madre y la niña. Esta página y la siguiente tienen un tonillo bíblico: la desesperación de ver cómo van bajando muertos y heridos, la lucha por reconocer al grumetillo que no baja, etc.

La página cierra con la madre y la niña sentadas solas en el muelle, a la espera de otros barcos que lleguen. Para expresar esa soledad, cuéntalo en una secuencia de dos-tres viñetas.

PÁGINA 14

La niña despierta, llama a la madre.

Están bajando a más heridos, a prisioneros ingleses capturados. Su aspecto es igual de demacrado y terrible que el que hemos visto cuando bajaron los españoles.

En una camilla, bajan a un grumete inglés (en realidad, un aprendiz de alférez, ver MASTER AND COMMANDER para el uniforme). Un chiquillo pelirrojo, pecoso, inconsciente.

Al verlo pasar, tanto la madre como la hija sienten un retortijón de angustia. Vemos que la madre vuelve a abrir la mano y mira el camafeo con el retrato de su hijo.

La niña se lleva la mano al cuello, donde tiene colgada media medalla de la Virgen del Carmen. La otra media la hemos visto en la imagen del grumetillo en el camafeo.


PÁGINA 15.

La madre y la niña siguen la camilla donde llevan al grumete inglés al hospital de campaña.

Por el camino, vemos que el pueblo llano socorre a los enemigos capturados: les dan pan, les dan agua, les dan tabaco.

Escena tipo Lo que el viento se llevó: la madre y la hija, siguiendo al niño inglés, llegan al hospital de campaña. Una sala grande y blanca llena de gente herida y cuatro o cinco médicos jóvenes incapaces de atender a todo el mundo.

PÁGINA 16.

Un médico mira por encima al herido, pero como está lleno de sangre y está atendiendo a gente más grave, no le puede hacer más caso.

El inglés abre los ojos, aturdido y dolorido. Si acaso, aquí sí, puede decir una palabra:

NIÑO: Mom?

Entonces la mujer le da agua, lo atiende.

Vemos en dos o tres viñetas cómo la madre y la niña atienden al inglés herido. Debe quedar claro que lo hacen tanto por compasión como porque consideran que es su propio hijo.

PÁGINA 17.

Establishing shot para mostrar que ha pasado el tiempo. Una panorámica general de algún punto de la ciudad, con los árboles en flor. No hay lluvia, ni viento. Es primavera y han pasado meses.

Vemos a la madre y la niña atendiendo al niño inglés, que está sentado ya, el pecho vendado. La madre le está dando de comer una sopa con una cuchara. La niña, en segundo plano, los mira. Para notar el paso del tiempo, podemos ver que tanto la madre como la niña se han cambiado de ropa.

Un intercambio de sonrisas.

PÁGINA 18.

De ese optimismo de la página anterior, al pesimismo. Alrededor de una cama, médicos y prohombres, militares (Solano destacado). Gravina, con el brazo vendado y el rostro hundido, agoniza.

Escena típica de cubrirle el rostro con la sábana.

Los prohombres se ponen firmes, etc.

En la ciudad, la bandera ondea a media asta. La mujer y la niña comprenden en esa bandera que Gravina ha muerto.

PÁGINA 19

La mujer y la niña, entristecidas, llegan al hospital, con una hogaza de pan, y algo de comida.

Entonces, la sorpresa, el niño inglés ya no está, la cama está vacía.

Sensación de angustia. El lector debe interpretar que el niño inglés también ha muerto.

Entonces vemos un grupo de soldados españoles que escoltan a un grupo de prisioneros ingleses.

La mujer y la niña ven al niño inglés entre los prisioneros. Si piensas que vamos a perder perspectiva, que sólo lleven al niño inglés.

PÁGINA 20.

La madre, la niña, el niño inglés se miran. Siguen sin entenderse al hablar, pero debe quedar claro que se ha establecido un lazo de unión entre los tres.

La mujer le da la hogaza de pan.

La niña le entrega la mitad de la medalla.

Se llevan al niño inglés. Es para liberarlo, pero lo importante aquí es la pérdida.

La madre y la niña, empequeñecidas, solas, otra vez movida la ropa por el viento. Sensación de indefensión, de impotencia, de dolor absoluto. La madre tiene en la mano, sujetándolo con fuerza, el camafeo de su otro hijo perdido.

Referencias (TrackBacks)

URL de trackback de esta historia http://crisei.blogalia.com//trackbacks/68597

Comentarios

1
De: Manuel Nicolás Fecha: 2011-01-04 11:37

OFF TOPIC TOTAL:
Perdone usted, D. rafael, que le interrumpa su trabajo del 12, pero me he enterado por la prensa que quiere usted cargarse a Sue, para que los 4 Fantásticos sean 3.
O sea, no conocía su faceta uxoricida. O sea, que usted quiere que la Cosa vaya todos los findes al mercadona a comprar los potitos de los niños, a Richrads revolviendo en los cubos de basura para encontrar pañales usados y a la Antorcha Humana poniéndose traje ignífugo para no quemar las cunitas.
¿Y quien va a cuidar de los niños mejor que Sue, señor Rafael Marín, acaso en el dolor de la viudez, Richards escogerá a otra mujer totalmente preparada para la amternidad responsable, a Buffy Cazamaridos, por ejemplo?
No tiene usted corazón. Será porque es usted es guionista y ya sabemos todos que los guionistas son los controladores aéreos del gremio de los artistas.
Se me ha ido la olla, perdone usted, pero es que no he podido evitarlo:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cosas/Marvel/Fantasticos/seran/elpepicul/20110104elpepicul_2/Tes



2
De: RM Fecha: 2011-01-04 11:40

un robot nanny

pero descuida, que quien muera resucitará para la tercera pelicula



3
De: Iván Fecha: 2011-01-04 22:16

Si es que ya te vale Rafa... como se te ocurre opinar sobre Sue... No tiene perdon de Kirby!

Ahora en serio, ¿Sabes si se va a reeditar los doce en un solo tomo para que el resto de los mortales que no somos gaditanos podamos hincarle el diente?



4
De: RM Fecha: 2011-01-04 22:43

Ese es nuestro deseo. Pero de aquí a cuando termine la serie... o sea, lo menos en el 14. Y si hay pelas.



5
De: Ivan Gil Fecha: 2011-01-13 20:48

gracias por compartir los guiones, siempre es interesante ver entre bambalinas y ver quién movió que cuerda del guiñol que es la historieta.