Curioso. Llevo más de dos mil trescientos posts aquí colgados, entre artículos, críticas, reseñas, relatos y chafardeos.
De esos dos mil trescientos y pico posts, hubo uno donde dije que no me gustaba colgar videos, que esto era un cuaderno de apuntes donde importaba la palabra, que para eso ya estaban otros blogs.
De esos dos mil trescientos y pico posts, después, no llegan a cinco donde, por necesidad perentoria de lo que quiero mostrar (una escena del Jonan, un corto de pega sobre una peli de los Vengadores, un horror kitsch sobre Star Wars), he tenido que enlazar un video. Desventurado aquel, que dijo Confucio (yo se lo oí a Sánchez Dragó, hoy tan de moda) que no tema contradecirse al menos una vez al día.
Pues siempre, siempre, hay un imbécil (o varios, pero me temo que será uno solo) que me lo echa en cara.
Como si uno no pudiera darse el gusto de hacer lo que le salga de su real gana cuando quiera, y como quiera. Dios, tengo un talibán de mí mismo que me sigue porque me odia, si no no se comprende tanta gilipollez acumulada.
No me gustan, por cierto, las camisas de cuadros (las compro siempre lisas o a rayas). Pero tengo UNA. Y esa me MOLA.
Comentarios (15)
Categorías: Reflexiones