La noticia, de ayer mismo. Todos alborozados, eureka, porque Frank Miller, insigne cineasta, dirige un anuncio de perfume de Gucci. No porque sea Frank Miller, insigne cineasta, sino porque es NUESTRO Frank Miller, el que nos defiende a capa y espada, el que nos representa, el que tiene por bandera reivindicar a los tebeos y a nosotros, que somos fervientes defensores de los tebeos. Un logro, eso de que un autor de tebeos, ahora insigne cineasta, haga una campana de publicidad de una marca de perfume internacional. Porque es nuestro, jo, tío. Porque es Frank y eso demuestra la importancia que tienen los tebeos en el mundo de fuera.
Pero, quietos paraos, ¿qué hace McDonald´s? ¿Con nuestro Astérix? ¿Los galos irreductibles, que no pudieron ser derrotados por las legiones imperialistas de Roma y Julio César, caen al final en las garras de una multinacional de la comida rápida? ¡Por Tutatis, Belenos y Belisama! ¿Qué diría el viejo Goscinny? ¡Uderzo se ha vendido al capital! ¡Qué vergüenza? ¡Qué descrédito! Con estos viejos reaccionarios nunca llegaremos a ninguna parte...
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