Bien, vamos allá con la primera de estas crónicas abreviadas con las que me propongo participar este año en esta entrañable tertulia nuestra.
El fuego lo ha abierto, en esta nueva edición del concurso del Falla, el coro mixto de San Fernando, denominado en esta ocasión "El Coliseo", aunque a juzgar por el primero de sus cuplés no parece que les haya hecho demasiada gracia el que haya recaído sobre ellos, un año más (ya les tocó inaugurar el certamen, hace un par de Carnavales, con "Papelandia"), semejante honor. Tampoco parece que les hiciera demasiada gracia, por otro lado, el trato que recibieron el año anterior, cuando nos llegaron como "La reserva", por parte del jurado de la modalidad, contra el que arremetieron, a su vez, en el primero de los tangos. Sí, en efecto, vienen protestones esta vez, los coristas cañaillas, y más que protestones llorones, por mucho que el pasado Carnaval, en efecto, su coro mereciera mejor suerte en el concurso. Cuando una nueva edición del Falla comienza, no obstante, deben quedar atrás todas las anteriores, con sus alegrías y sus sinsabores, y empezar de cero en todos los sentidos, o eso, al menos, siempre he creído yo. Muy mal, pues, por lo que respecta a ese primer tango, aunque la queja que expresaron a continuación en el segundo de ellos, motivada por el pasodoble que cantó en la final del 2009 la chirigota del Canijo menospreciando a todas las demás modalidades en favor de la chirigota, sí que la comparto, no en vano ya dije en su día que el remate de aquella letra me había parecido una absoluta falta de respeto para con el resto de los carnavaleros, tan importantes como los chirigoteros, dentro de la fiesta, les guste a estos o no, y quieran subirse, los amantes de las chirigotas, a la parra que quieran subirse. Normal, en definitiva, que aquellos polvos (con perdón) traigan estos lodos. Para finalizar con las letras de sus tangos y cuplés, por último, el segundo de estos se lo dedicaron, y no serán los únicos, sospecho, al asunto de los toros escapados durante el rodaje de la película de Tom Cruise, uno de los temas estrellas, seguramente, durante este Carnaval, pero que ellos han sabido tratar razonablemente bien, a pesar de lo previsible del desenlace de la letra en cuestión. Por lo demás, con su tipo han querido representar, estos buenos amigos de San Fernando, la batalla de coplas que cada año tiene lugar en el Falla, comparándola con una lucha de gladiadores de la antigua Roma, una idea que ya desarrollaron a la perfección, en su pasodoble de presentación, "Los gladiadores de la Caleta", y que ellos han querido rescatar ahora para hacer girar en torno a la misma todo su repertorio, correcto y bien trabajado, en general, aunque con un punto de partida y un desarrollo algo sobados ya (está bastante visto a estas alturas, en fin, lo de ir homenajeando a cada una de las modalidades en las sucesivas cuartetas del popurrí, aunque sí que cabe reconocerles el buen gusto demostrado en la elección de las músicas correspondientes a cada una de ellas: "Los vikingos" y "Los hombres lobo" para las comparsas, "Qué bien nos diste coba, Cristoba", entre otras, para la chirigota, "Arde Gadir" y "Tracaná" para el coro, etc, etc...). El conjunto de voces, por último, sonó mejor, a mi juicio, potente y rotundo, durante piezas como la presentación y el popurrí, que durante los tangos (si bien a la música de estos, algo plana y anodina, tampoco es que se le pudiera sacar demasiado partido; más me gustó, en cambio, la de los cuplés), algo que comienza a ser habitual, me temo, en muchos de estos coros de segunda fila, por llamarlos de algún modo. Con eso y con todo, justo es reconocerlo, el grupo no sonó malamente en ningún momento, de tal manera que sigue siendo notable, aunque hayan bajado un poco de nivel con respecto al año pasado para mi gusto, la mejoría experimentada por esta agrupación de tanta solera con respecto a otras etapas, decididamente poco brillantes, de su trayectoria. Lo de la Orquesta Caballati metida con calzador en el popurrí, eso sí, no acabó de convencerme, que los efectismos de patinillo nunca han sido lo mío. En manos del jurado quedan, sea como sea, una vez más, aunque no veo del todo claro que puedan llegar a alcanzar los cuartos de final. Veremos.
El otro coro de la noche nos ha venido desde Sevilla con el título de "Los Caperucitos muy enrrollaos, el cuento no se ha acabao", un conjunto de nueva formación nacido para homenajear, casi treinta años después, a la primera chirigota que vino desde la capital hispalense, "Los caperucitos enrrollaos", de Salvador Fernández Júlbez, y a todos sus componentes, auténticos pioneros en eso de hermanar a La Viña con Triana a través del Carnaval, en una época en la que resultaba impensable que algún día, como sucede ahora, hubiera hasta tres coros, tres, llegados desde las orillas del Guadalquivir. Los tiempos cambian, pese a todo, para bien o para mal, y hoy en día Sevilla es la ciudad que más agrupaciones aporta después de Cádiz, creo recordar, al certamen del Falla. En lo que respecta a este coro en concreto, lo cierto es que ha hecho un papel más que digno, completando una actuación bastante amena, con un tono muy desenfadado y, algo que se agradece, abundantes alusiones a Cádiz y a su actualidad a lo largo del repertorio (muy bien construído en mi opinión, por ejemplo, el popurrí, en el que fueron mezclando ese tipo de alusiones con los típicos personajes de los cuentos tradicionales de forma realmente entretenida). De los tangos, por otra parte, lo que me pareció más reseñable, curiosamente, fue la música, con un soniquete muy agradable a pesar de que el limitado conjunto de voces, una vez más, no la supiera defender del todo bien, puesto que las letras, la verdad, tampoco fueron nada del otro jueves: la primera estuvo centrada en explicar su tipo y en piropear a Cádiz y a su Carnaval, mientras que en la segunda le explicaron esta devoción suya por nuestra fiesta a algunos paisanos de allá de Sevilla, más bien tirando a capillitas, que les dan algo de caña, por lo que parece, a causa de esas aficiones tan gaditanas que tienen. Los cuplés, con un estribillo simpático y divertido, cubrieron el expediente de forma más o menos honrrosa, y eso es lo más que se me ocurre decir sobre ellos en estos instantes. En resumidas cuentas, una grata sorpresa, la participación de este nuevo coro sevillano, sin que tampoco sea ninguna virguería, y aunque dentro del concurso, seguramente, no vaya a llegar demasiado lejos.
En el terreno de las chirigotas, cambiando ahora de tercio, lo más destacable de la noche ha sido, sin lugar a dudas, la intervención de "¡¡¡¡Cuidao que voy!!!!", la conocida como chirigota de Sevilla, que el pasado Carnaval, recordemos, alcanzara las semifinales bajo el nombre de "Venimos con lo puesto". Tal y como ya nos tienen acostumbrados, estos chirigoteros, paisanos de los anteriores coristas, realizaron una actuación bastante completa, con su simpático y original tipo de paracaidistas, si bien el año anterior, a mi juicio, demostraron un nivel algo mayor, en general. El pase a cuartos como mínimo, no obstante, lo tienen más que asegurado desde ya, gracias al buen sabor de boca que hoy le han sabido dejar al público, que decididamente se lo pasó pipa con ellos. De todo el repertorio que desgranaron sobre las tablas del Gran Teatro Falla, lo más destacable, acaso, fuera la música que este año les ha compuesto uno de los hermanos Carapapa para los pasodobles, ciertamente bonita, así como la letra del primero, un hermoso piropo a Cádiz escrito desde el tipo que este año representan, como preciosa también resultó, de igual manera, su emotiva cuarteta de despedida, al final del popurrí. Puro peloteo hacia la Tacita, dirán algunos, quién sabe si con razón, pero lo que no se puede negar, aun en el caso de que así sea, es que se trata de un peloteo muy bien hecho, je. Las simpáticas letras de los cuplés, por otro lado, también sobresalieron dentro de su repertorio (aunque el segundo, sobre la agresión sufrida por el Papa Benedicto en Año Nuevo, me pareció mejor que el primero, sobre la peculiar relación de estos paracaidistas con su monitor), al igual que sobresalió, a su vez, el divertido estribillo, con una música, en su remate, de lo más curiosa y resultona. La letra del segundo pasodoble, una crítica al gobierno, he de entender, por su mala gestión de la crisis, se me antojó ya mas normalucha, aunque tampoco desentonó. No creo, pues, como digo, que vayan a tener problemas, tampoco este año, para alcanzar los cuartos, aunque el pase a las semifinales, eso sí, tendrán que trabajárselo mucho, en esta ocasión, estos buenos chirigoteros sevillanos.
Tampoco hicieron mal papel en esta sesión, por lo que respecta a las chirigotas, los chiclaneros de "Los mister", los mismos que hace ahora dos años lograran colarse en cuartos de final con los gorilas de discoteca aquellos que tan simpaticones resultaron ser, y que el pasado Carnaval, quizá, también merecieran haber pisado dicha fase, con "Un porte, dos portes, las castas quien no aporte", aunque finalmente el jurado les negara el pase. Este año sí que veo complicado, para qué nos vamos a engañar, que tengan posibilidades de superar el primer corte, al haber bajado un tanto su calidad, lo cual no impidió que el respetable pasara un buen rato con estos singulares entrenadores deportivos y sus ocurrencias. Uno de sus principales puntos flacos, tal vez, fueron los pasodobles, en los que la fórmula de una primera parte más cómica seguida por otra mucho más seria no acabó de cuajar, ni en el primero de ellos, que dedicaron a todas las amas de casa y a la vida tan esforzada y sacrificada que llevan, ni en el segundo, sobre los nacionalistas vascos y lo pronto que acuden a solicitar la ayuda del estado español cada vez que les interesa, con el caso del secuestro de El Alacrana y su resolución por parte del gobierno nacional como ejemplo más cercano y último. En el plano positivo, por el contrario, lo más destacable seguramente fue, aparte de algunos de los golpes de la presentación y el popurrí, el estribillo, en el que volvieron a sacar a relucir el asunto de los toros escapados de forma bastante inesperada y graciosa. Su actuación, por lo demás, transcurrió de forma bastante amena, como apuntaba antes, a pesar de sus altibajos, lo que hizo que la gente, insisto, pasara un buen rato con ellos, que no es poco. El jurado, ahora, es quien tiene la última palabra, acerca del destino de esta chirigota de Chiclana.
En lo relativo a las comparsas, y volvemos a saltar de una modalidad a otra nuevamente, la que hoy más me ha agradado, personalmente, ha sido la de Pepe Mata, "El remolcador de Cádiz", gracias a su clasicismo y a su sólido repertorio. Vale que los tipos marineros están ya bastante trillados, sí, y que por el Falla han pasado ya más marinos que por el Juan Sebastián Elcano, pero no deja de resultar bastante bonita, desde mi punto de vista, esa idea del remolcador que decide secuestrar a la Tacita y llevársela de paseo por el mundo, a través de los siete mares, en el logrado popurrí, y a lo largo de todo el repertorio, construído por entero en torno a ese peculiar sueño carnavalesco, esa juguetona fantasía, tan ingenua, quizá, pero tan encantadora a la vez. No es que sea esta, en fin, una comparsa que vaya a estar compitiendo por llegar a lo más alto, dentro de la modalidad, pero sí que ha supuesto, en la mediocre función de hoy, todo un soplo de aire fresco, así como una auténtica demostración de gaditanismo y sencillez. El conjunto de voces, además, ha cumplido sobradamente, sin ser de primerísima fila, mientras que las partes del repertorio menos relacionadas con el tipo, tales como los pasodobles y los cuplés, se han mostrado igual de elaboradas y de cuidadas que el resto. Los dos pasodobles, muy agradables en lo musical (y con la caja y el bombo marcando muy claramente el ritmo en todo momento, con firmeza y rotundidad, como debe ser), trajeron lo que me pareció un cierto tirito dedicado al amigo Antonio Martín y a ese vergonzoso pasodoble que le cantó al asunto de Marta del Castillo en la final del año pasado, al afirmar Pepe Mata en su primera letra que él pasa de buscar esa clase de aplausos basados en el morbo y en la tragedia, aunque te proporcionen "doscientos puntos" (recordemos que la letra de Martín obtuvo un pleno, en las puntuaciones del jurado, y probablemente le facilitó el primer premio), al mismo tiempo que el segundo abordó una vez más el tema de los toros escapados, pero en este caso para lamentar el enfoque que se le dio a la noticia en los medios de todo el país, centrándola en el caracter presuntamente ingenioso y gracioso de la gente de aquí para buscar el chiste fácil. Una letra, esta última, que en parte tiene razón, creo yo, y que en parte no la tiene (que a una ciudad se le adjudiquen determinados tópicos reiteradamente puede llegar a resultar un tanto cansino, pero puestos a que ese sea el caso mejor ser conocidos por graciosos y simpáticos, digo yo, que por ser unos siesos maníos), como tantas veces ocurre en esto del Carnaval, pero que ahí quedó, en todo caso, como un punto de vista más acerca de la famosa anécdota de los que ya son conocidos como "los toros de Tom Cruise", así, tal cual, como si al actor estadounidense le hubiera dado ahora por montar una ganadería o algo, acaso aburrido del rollo ese de la cienciología. Los cuplés, por su lado, también lucieron una musicalidad muy de agradecer, aunque en lo literario no fueran ningún pelotazo, no. Algo que ya es moneda común, de todas formas, dentro de la modalidad, y que no le restó ningún brillo en absoluto a la buena actuación de la comparsa, a la que espero volver a ver, con un poco de suerte, en los cuartos de final.
Otra de las agrupaciones esperadas de la noche, si de comparsas hablamos, era "La mujer luchadora", agrupación mixta, aunque mayormente femenina, con autoría de Juan Fernández, pero a mí, como me suele pasar con casi todo lo que hace este autor, me dejó igual. El grupo, no obstante, no sonaba del todo mal, y tampoco se puede decir que tuvieran una mala actuación, pero entre lo plano y lo insulso de la música del pasodoble (sorprendentemente corta, sí; cuando uno esperaba de un momento a otro la llegada del trío cogía y se acababa, pudiéndose hablar, creo yo, de "pasodoblus interruptus"), lo ramplón de las letras, sobre temas como el deseo de que algún día Cádiz llegue a estar gobernada por una alcaldesa nacida aquí o la cierta apertura que muchos quieren ver últimamente por parte del País Vasco hacia España, y lo soporífero que me pareció el popurrí, con ese previsible panfleto feminista que el tipo de la agrupación exigía, supongo, y que su título hacía presagiar desde el principio, lo cierto es que la intervención de la comparsa se me hizo algo larga, y no particularmente placentera. Los diversos tipos de guerreras del mundo que lucían las componentes de la agrupación, un poco así en plan geyperman con tetas, eso sí, lucían bastante bien sobre el escenario, y hacían que la puesta en escena quedara muy resultona. Si han de pasar o no a los cuartos tendrá que decidirlo el jurado; yo, por mi parte, no tengo ningunas ganas de volver a escucharlas, sinceramente.
Voy terminando por hoy con la modalidad que resta, el cuarteto, cuyo único representante en la sesión de esta noche, titulado "Cuarteto milenio", hizo que el público pasara un rato distraído, que ya es más de lo que consiguen muchos, y sin recurrir al borderío o al bastinazo de rigor, aunque sí luciendo, las cosas como son, un humor bastante burdo y grueso, en su parodia del popular programa televisivo que presenta Iker Jiménez. No sé cómo lo habrá visto el jurado, en fin, pero en un momento dado podría tratarse del típico cuarteto que logra colarse en la siguiente fase gracias al impulso de un público más agradecido de lo habitual, y que luego, inevitablemente, se desinfla. Si finalmente es así, solo el tiempo lo dirá. Eso sí, aunque en general derrocharon desparpajo y no estuvieron faltos de cierto mérito en algunos de sus golpes, no me gustó nada la poca personalidad y originalidad que demostraron al arremeter con sus chistes contra toda una serie de carnavaleros, echando mano de los tópicos habituales, supongo que por aquello de su demostrada eficacia (que si Paco Rosado es un borrachín, que si Aragón siempre se pelea con sus grupos, que si el Lama es muy malo, etc, etc...). En ese apartado, de hecho, el único momento en el que tuvieron cierta chispa fue aquel en el que le dedicaron un pullazo (quizá el primero de los muchos que le esperen este año), al amigo Martínez Ares, por su nuevo papel de comentarista en Onda Cádiz Televisión. El aludido, como siempre suele ocurrir en estos casos, no se dio por aludido, valga la redundancia, sin embargo, y alabó la parodia del cuarteto una vez que esta finalizó.
Pues nada más, por ahora, que ya es bastante. Mañana más.
P.D.: El cartelito de este año, en efecto, es una auténtica monería, pero más que al que lo haya hecho (que también, porque este ya es el segundo que perpetra, encima, este "artista"), yo el babuchazo se lo daría al que lo eligió, francamente.
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