2009-08-28

2058. EL MISERERE



En el paso que va de humilde artesano a gran maestro de la historieta, Carlos Giménez se ha reinventado a sí mismo muchas veces. Curioso, inquieto, explorador infatigable del cómic como medio riquísimo que tiene poco o nada que envidiar a otros géneros si está bien hecho, del trabajo de agencias a la obra de autor hay todo un proceso vital, una toma de conciencia envidiable donde esta historieta breve tiene, sin duda, parte importante.

Era el año 1971 y la revista Trinca hacía presagiar un acercamiento riguroso de la cultura oficial hacia la historieta, un sueño que entonces no cuajó y que estuvo plagado de errores y despropósitos contra los autores que en ella colaboraron pero que, sin embargo, ofreció el avance de las penúltimas grandes series del tebeo español y la presentación en sociedad de algunos de los que luego serían los grandes puntales de la regeneración de la historieta que se produjo a partir de 1977.

Carlos Giménez (que firma esta historieta con "j") da aquí ya muestra de su infatigable experimentación. Influido sin duda por el cine de terror hispano de la época (sus monjes cadavéricos preludian o remedan a los templarios que asomaban entonces a las pantallas) y deseoso de darle al tebeo una pátina de cultura, adapta el relato de Gustavo Adolfo Bécquer en apenas cinco páginas, ahogando en texto la primera y, brillantemente, prescindiendo de ninguna acotación en la tercera y la cuarta, donde el montaje analítico, la ruptura de la cuadrícula para ensalzar el gigantismo del órgano gótico y, sobre todo, el predominio del sonido, desde las campanadas a las notas musicales al pentagrama y el rezo en latín (rotulado con letra gótica) presentan una forma nueva de concebir la historieta que, doy fe de ello porque estuve allí, causaba verdadero pavor al leerla.

Giménez no era todavía el genio que ha sido desde entonces, pero en esta historia ya se vislumbra (como también se vislumbraría en "El extraño caso del señor Valdemar", sobre la historia de Edgar Allan Poe), esa voluntad férrea de sacar al cómic de su encasillamiento.

Leer "El miserere" es estudiar una lección magistral sobre el uso del montaje, las luces y las sombras, el tempo narrativo que provoca la espera en un monasterio de fantasmas que se congregan para rezar con una música maravillosa que escuchamos los lectores, como la escucha el protagonista de la historia sin que nos volvamos, afortunadamente, locos, aunque pueda con nosotros el asombro.

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Comentarios

1
De: CarlosP. Fecha: 2009-08-28 11:56

Mi (¿la?) primera historieta adulta española. Más allá de las ahora publicitadas Joyas Literarias....en absoluto un intento de acercar la literatura (sí, literatura) a los jovenes a través de la historieta sino un ejercicio con el que jugar y exprimir el medio de una forma que por estos lares quizás nunca se había hecho.

Ecos de esa experimentación que se realizaba más allá de los pirineos reflejados desde lo más profundo de las visceras de un artista que AMABA (AMA) los tebeos por lo que son...no por lo que estos podían ayudar a encumbrar su nombre.

Y además me dio miedo.



2
De: CarlosP. Fecha: 2009-08-28 11:56

Con dos cojones, Don Carlos.



3
De: RM Fecha: 2009-08-28 12:03

Mucho miedo.

Recuerdo que cuando releía los Trinca me saltaba estas páginas. Me daban pánico los templarios.

Carlos es mucho Carlos, Carlos.



4
De: Anónimo Fecha: 2009-08-28 13:41

Recuerdo este cómic. Un gran Carlos Giménez. Y después vendría lo mejor.
Lástima que este 36-39 que ahora le ocupa no este a la altura de otras obras del madrileño.



5
De: RM Fecha: 2009-08-28 13:47

¿Seguro que no está a la altura... o hemos saltado a hablar de ideología?



6
De: Victor Fecha: 2009-08-28 17:44

Leí el Miserere de pequeño y tambien recuerdo que me dio miedo. Lo voy ha releer en cuanto pueda. Lo siguente que lei de Gimenez fue Hom, en una edición anterior a la de papel vivo que aún conservo, y a la que di muchas vueltas porque se me escapaban muchas cosas. Carlos Gimenez me ha gustado siempre, sobre todo cuando nos cuenta cosas que nos son cercanas, en Paracuellos, Barrio o como ahora en 36-39, porque hemos oido cosas muy parecidas a nuestros abuelos o padres y las cuenta de una forma que parece muy facil pero que seguro que esta muy pensado. Y esto es propio de un Señor con muchisimo oficio. ¿Que se le nota su ideologia? ¿Y que? Es lo logico en la obra de todo autor que se precie. Y además nadie debería de sorprenderse ya que Carlos Gimenez nunca ha ocultado cual es.
El año que viene otra vez al principe de Asturias.



7
De: Anónimo Fecha: 2009-08-28 19:20

No, por favor. No es una cuestión de ideología. Si fuera eso, no me gustaría ni su Hom, ni Barrio, ni Paracuellos, ni cuando se jugaba el cuello en las páginas del Papus.
Es sólo que hay demasiadas cosas en 36-39 (no he leído el 3er álbum) que, narrativamente, no me gustan como estan contadas.



8
De: Jeremias Fecha: 2009-08-28 23:38

Esto me recuerda a cierto cómic de Iberia Inc...



9
De: RM Fecha: 2009-08-29 01:56

Pues sí. Colamos un pequeño homenaje a los cuatro jinetes del apocalipsis de Haxtur, y la introducción de Miserere Nobis para una historia que nunca se hizo.



10
De: Jose Joaquín Fecha: 2009-08-29 10:22

Para mí, la diferencia entre las joyas literarias y "El Miserere" es simple pero básico.

Las joyas literarias (que ahora inexplicablemente reeditan) eran un resumen ilustrado, las más de las veces mal, de una novela.

"El Miserere" narra desde un nuevo medio la historia, aplicando todas las herramientas de las que dispone la historieta y permitiendo que sea tan escalofriante como el relato original.

Como decía Rafa: Artesanía / Arte.



11
De: Jose Joaquín Fecha: 2009-08-29 10:27

A mí "36-39" me parece un tebeo, no voy a entrar en si bueno o malo (aunque siendo de Giménez es imposible que sea esto último), pero sí de crónica social.

Y no me refiero a una crónica social de los años 30 y de la Guerra Civil, que también, sino una crónica de los miedos y las brechas abiertas que han llegado hasta hoy día. El primer cómic que afronta la memoria histórica sin caer en el llanto fácil o en la mentira maquillada o excusatoria.

Pero claro, es que Giménez siempre atrajo la ira de quienes añoraban el pasado y temían al futuro... aunque sólo lo temiesen porque traía una nueva visión del pasado que no concordaba con la que ellos tenían.



12
De: CarlosP. Fecha: 2009-08-29 17:15

Gracias por explicarlo, José Joaquín. XD



13
De: CarlosP. Fecha: 2009-08-29 17:18

tanto para el 10 como para el 11.... XD