Hay que saber dibujar el mar, los barcos, las olas. Los rostros, los cuerpos, las tormentas. Los uniformes, las botas, los sables, la pólvora. Las sentinas, los brulotes, las cicatrices, las jarcias. Los pontones, los nativos, los esclavos, los cañones. Los abordajes, las islas, las prisiones, los tesoros, las gaviotas.
Hay que saber escribir de todo eso, amando a Sabatini, a Salgari, a Stevenson, a Errol Flynn y a Fritz Lang. Conociendo la épica y respetando la historia. Jugando a hacer tebeo de autor y haciendo, por supuesto, puro tebeo de género. Y menudo género: ni más ni menos que la gran aventura.
Hay que llamarse Victor Hubinon y Jijé para dibujar lo que el guionista exige.
Hay que llamarse Jean-Michel Charlier para exigirle a los dibujantes lo que los dibujantes saben dar.
Y crear el mejor tebeo de piratas de la historia.
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