No, lo siento, no les puedo comentar si la versión española de Satuday Night Live es buena o mala. Ni les voy a recordar aquí que los chicos de Cuatro, cónchiles, podían haber puesto el programa el sábado por la noche (donde tan poco interesante hay que ver en las ciento y pico cadenas de la cosa), o cambiarle el título a Thursday Night Live, ya puestos. O cambiarle al programa de marras el título y ponerle uno como Dios manda, por Dios, que ya tiene mandanga emitir un jueves un programa con nombre de sábado y en otro idioma.
La cosa es, y de ahí mi queja, que no sé qué pretenden todos y todas (los programadores y las cadenas, no crean que me ha dado por hablar en bibiánico a mí también) programando todo lo que a priori resulta interesante el mismo día de la semana. O sea, el jueves, donde por lo menos El mentalista por un lado y Boston Legal por otro hacen que haya que tirar de video (o de i-plus, je) para no perderse una de las dos series. Así, claro, es imposible darles una mínima oportunidad a Eva Hache y demás cómicos.
El coñazo es que el lunes está más o menos cubierto. Y el martes, aunque se nota mucho que Grissom ha sido sustituido por el facha de Gary Sinise. Pero el miércoles y el viernes son un erial. O tiras de dvd o de telemula, porque nadie, excepto Teófila Martínez, tiene el don de la ubicuidad.
Y mira que es sencillo, ¿eh? Aprender que los días de la semana son siete. Y que cuentan también los fines de semana.
Claro que, en unas cadenas que todavía siguen pensando que los días tienen veinticinco horas y anuncian programas a las 24.30 y a las 24.45, qué vamos a esperar.
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