Contrariamente a otras doctas opiniones, a mí me preocupa, y bastante, que los cómics salgan en los medios. Y no porque salgan en los medios, obviamente, sino por la manera en que salen, usando una y otra vez el viejo adagio periodístico de "niño muerde perro" en vez mostrar información o análisis que no sean sesgados, sensacionalistas o, sencillamente equivocados.
Lo hemos visto la semana pasada, y todavía colea en algún sitio, a cuenta de la supuesta salida del armario de los personajes del cómic. Fruto todo, me parece, de una mesa redonda que tuvo lugar en Expocómic y donde se mencionaron un par de detalles entre lo jocoso y lo erudito y que luego, por parte de alguien que lo mismo estaba entre el público o se enteró porque se lo contaron, se ha trabucado hasta salir a las páginas primero digitales, luego impresas (o al revés, quizás, en este caso), e incluso los telediarios.
Verán ustedes, sí pero no. Que hay un par de superhéroes gay, vale. También los hay verdes, y azules, y marcianos, y skrulls. Y que los hay desde hace varios años. Y que ya se viene diciendo desde tiempo inmemorial bla bla bla la tabarra de Robin y Batman, y de Apolo y Midnighter (una cosa que no comprendo, qué poco quiere DC a sus personajes "de verdad" que incluso publica la parodia que los pone de vuelta y media). Y que, vale, puede que Coloso sea gay, "el más fuerte de los mutantes", pero nadie aclara que es el Coloso de los Ultimate X-Men, que al de verdad lo vimos con dos titis en la Tierra Salvaje poniéndose morado. Y que Rawhide Kid (Rayo Kid, coño) no pude estar enamorado de El Llanero Solitario por el simple motivo de que no comparten universo y las coñas cuando se sacan de contexto no se entienden.
Me preocupa, de verdad, la sarta de sandeces que se dicen por llenar papel, porque los periódicos están llenitos de becarios que cobran una miseria y que saben, quizá porque ellos mismos cojean del pie frikado, que hay un montón de frikis ociosos en sus respectivos trabajos mileuristas enganchados al ordenador y leyendo gratis los periódicos digitales, y que una forma de fidelizarlos es, sí, meter noticias de comics y de tonterías que no dominan, por tal de asegurarse el pan y recibir la palmadita del jefe.
Los cómics son buenos o malos, interesantes o aburridos, con independencia de que sus personajes sean bizcos, heteros, sordomudos, gays, ciegos (pero con sentido del radar), pardillos, inteligentes, tontos de baba o canadienses.
Sufriremos mucho, pero que mucho, cuando se estrene Watchmen y todos los periódicos se llenen de enteraos. Paciencia.
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