Fragmento de un viejo artículo de Luis Vigil dedicado a nuestro hombre:
"En la primavera de 1955, Ackerman recibía un SOS de Walter Ernsting, uno de los hombres que más ha hecho por la ciencia ficción en Alemania; el motivo era grave: la existencia de este género literario estaba amenazada en el país centroeuropeo a consecuencia de una decisión de los tribunales federales, que basándose en cierta ley contra la propaganda capciosa, había secuestrado tres ejemplares de la revista Utopía, bajo la acusación de que en ella 'los relatos glorificaban la guerra atómica y las destrucciones brutales y mortíferas; describen diabólicas armas de fuego y contienen demasiada acción, aventuras y tensión para que sean buenas para los lectores jóvenes'.
Si las cosas no se remediaban, en el transcurso de un breve plazo una comisión de doce personas, dirigida por el fiscal del distrito de Bonn, enjuiciaría la ciencia ficción como género, y -de dictaminar en su contra- esta literatura sería prohibida en la Alemania Federal.
Ackerman escribió inmediatamente un artículo titulado 'Ciencia ficción, mensajera de la luz', y lo envió a toda prisa (algunos dicen que vía platillo volante) al otro lado del Atlántico. Fué traducido, impreso y enviado a los componentes del comité, como parte de las pruebas a favor de la ciencia ficción. En él se decía, entre otras cosas: 'La ciencia ficción expresa grandes filosofías, bombardeando el cerebro humano con ideas y pensamientos, métodos y formas con los que alcanzar la civilización utópica que desean todos los hombres cuerdos. Si, algunas veces, sus autores mojan sus plumas en ácido y sangre para pintar cuadros de aterrador horror atómico es para cristalizar para aquellos de sus lectores con poca imaginación los resultados desastrosos a los que puede llevar una ambición desenfrenada, un razonamiento retorcido, una ciencia mal encaminada. Por cada bomba que cae en la ciencia ficción se produce un estallido en la mente del lector que hace volar por los aires sus falsos prejuicios. Por cada torre de mentiras que es derrumbada se eleva un rascacielos de verdad'.
El comité federal de investigación votó unánimemente a favor de la revista Utopía, y se cerró el caso.
Este tipo de acciones son las que han dado una gran popularidad y le han creado incontables amistades a Forry en el campo de los aficionados a la literatura y cinematografía fantástica."
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