2008-10-14

1730. PARÁBOLA

Pascualito era el niño bien del barrio. No digo niño pijo porque entonces no conocíamos esa palabra. Pascualito era educado, con la raya perfecta a un lado de la cabeza, la medalla de oro al cuello, esa elegancia que no se aprende más que viendo cómo se trata al servicio.

Pascualito era el niño bien del barrio y condescendía a jugar con nosotros, los niños de las alpargatas y el pelo desordenado, los de las dos velas de moco, los de los parches en las rodilleras y los zapatos gorila eternos cuando llegaba el invierno.

Pacualito era simpático. O se hacía el simpático: costaba trabajo saber si era sincero o si fingía. Era educado y cortés, respetuoso siempre.

Nos dejaba jugar con su balón de reglamento.

Todos los días. Bueno, casi. Había días en que se mostraba algo farruco, que marcaba el territorio y dejaba claro que con su balón jugaba quien él quería. Y quien él no quería, así de claro, se quedaba sin partido. Convenía no estar a mal con Pascualito nunca.

Así nos fue la infancia, con rodilleras encima de las rodilleras, despeinados cada vez más, jugando al fútbol con un balón de reglamento prestado.

Un día Pascualito nos dijo, cariacontecido, que se acabaron los partidos. Que su balón de reglamento se había pinchado. Que no tenía otro.

Compungidos, nos reunimos en el patio de mi casa todos los niños pobres del barrio. Y entonces decidimos hacer una colecta y, entre todos, compramos un balón de reglamento nuevo. Casi igual que el que tenía Pascualito.

Y todo volvió a ser como antes, más o menos. Nosotros volvimos a tener un balón con el que jugar de prestado, y Pascualito siguió siendo el niño bien y generoso del barrio que a veces, cuando no se ponía farruco, nos dejaba compartir su fortuna de dos balones repetidos.

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Comentarios

1
De: PAblo Fecha: 2008-10-14 11:15

A esta entrada le podría poner imágenes perfectamente Carlos Giménez...

A falta de balón de reglamento, en el colegio nosotros fabricabamos pelotas con papel y cinta de embalar que duraban dos partidos pero nos lo pasabamos pipa en los recreos dándonos patadas unos a otros.

¡Qué tiempos!

Impacientes Saludos.



2
De: RM Fecha: 2008-10-14 11:20

Esto... lee bien el título :)



3
De: Manuel Nicolás Fecha: 2008-10-14 13:08

¿Es una parábola referente a la crisis económica actual?
¿Nosotros somos los de las chanclas y el pelo despeinado y los bancos son los Pascualines de turno?
¿Desde cuando ha compartido Pascualín conmigo su balón?. Siempre me cobra por jugar.
Si no me he vuelto paranoico, que sí que lo estoy, no quiero poner para la colecta.



4
De: Juanmi Fecha: 2008-10-14 14:23

No os perdáis esto. Es genial.

http://www.youtube.com/watch?v=tDUiVLKZT80



5
De: JesusC Fecha: 2008-10-14 14:47

>>Si no me he vuelto paranoico, que sí que lo estoy, no quiero poner para la colecta

Siento ser yo quien te lo diga, pero ya lo has puesto:

http://www.elpais.com/articulo/economia/billon/ayudas/entidades/financieras/elpepueco/20081013elpepueco_4/Tes



6
De: Nota Fecha: 2008-10-14 15:41

Notable.



7
De: Juanmi Fecha: 2008-10-14 16:02

Hostias, el Nota!



8
De: Juanmi Fecha: 2008-10-14 16:02

Hostias, el Nota!



9
De: Pal nota Fecha: 2008-10-14 16:41



10
De: Juaki Fecha: 2008-10-14 17:20

Juer, qué grande el Lebowsky...



11
De: CarlosP. Fecha: 2008-10-14 18:45

Más grande es John Goodman.....je.



12
De: Juanmi Fecha: 2008-10-14 19:36

Tengo la tradición de verla una vez al año con los amiguetes, a la vez que bebemos ruso blanco.



13
De: PAblo Fecha: 2008-10-15 11:00

Claro, ya lo he leído.

Es una entrada dedicada a la bola de la foto, ¿no? ;-D

Afina usted que es un gusto.

Felicidades por la entrada.

Impacientes Saludos.



14
De: enrique alcina Fecha: 2008-10-16 00:55

Pascualito, sieso, ya te cogeremos en el recreo. Con toa tus castas. Siempre nos quedará la pelota de goma de los zapatos gorila ... ;)



15
De: Manuel Fecha: 2008-11-03 23:26

Al comentario de DE PAblo 14/10. Cuando los niños teníamos esa facilidad para fabricarnos NUESTROS PROPIOS JUGUETES, incluidas las polotas de trapo, las cintas de embalar, no existían.