Wayne, en los años setenta llegaron a España, importados de Sudamérica, cuatro títulos emblemáticos de la Editorial Columbia: D'Artagnan, El Tony, Fantasía e Intervalo. Esta última era algo así como el tebeo para niñas; los tres primeros eran tebeos de aventuras autoconclusivas de unas diez páginas en los que, número a número, se agrupaban historietas de casi todos los géneros: bélico, del oeste, policiaco... incluso Batman, El Hombre Enmascarado, El Hombre Araña (allí fueron más españolitas que nosotros y tradujeron el nombre), Thor y un sin fin de héroes procedentes de los USA tuvieron cabida en ellas. Guionistas como Héctor G. Oesterheld, Jorge C. Mornhain, Guillermo Saccomanno, Roque Guinart y dibujantes como García López, Horacio Altuna, Lucho Olivera, Mulko, Casalla y un largo etcétera de unos y de otros, colaboraron en las que, a mi juicio, fueron las mejores revistas de historietas de toda la América Hispana. Robin Wood fue su guionista más prolífico y, a mi juicio (y al de otros muchos), el mejor. En España estuvo residiendo por un tiempo y probó suerte como editor. Allá por los años ochenta, sacó la revista Mark 2000, con recopilatorios de sus más famosos personajes: Mark 2000, Nippur de Lagash, Gilgamesh el Inmortal, Pepe Sánchez... Por desgracia para nosotros, la andadura de la revista fue muy corta, alcanzando tan sólo hasta el número 8. Y luego, nada. Hasta hoy. Creo que España tiene una deuda contraída con este genial artista y los aficionados al género estamos careciendo de un material incomparable. Nunca, en la historia de los tebeos, se dieron guiones con tanto lirismo como los que despachaba el prolífico Wood (porque esa es otra: escribía como el que hace churros, a una velocidad de vértigo y con un nivel que ya quisieran para sí algunos premiosnobels). Rafa, en este mismo blog, puso, páginas atrás, algún ejemplo de lo que digo. Supongo que no tendrá problema en rescatar dichos comentarios, ahora que vienen a cuento.
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