2008-05-02

1542. PRIMARIAS



Nuestra democracia ya no es aquella ilusión bisoña de hace treinta años, pero sigue arrastrando resabios de inexperiencia y atavismos de caudillaje que no sé si nos convienen a todos, en tanto que todos formamos parte de ella; quienes votamos a un partido y quienes votamos a otro; quienes son afiliados de cuota, simples simpatizantes, votantes ocasionales y, por qué no, quienes se sitúan en el lado opuesto del espectro político.

“Nada hay más parecido a una batalla ganada que una batalla perdida”, dijo Wellington, imagino que refiriéndose al recuento de las bajas en un bando u otro. Pero la política, aunque lo parezca, no es la guerra, y en los países democráticos existe la ley, quizá no escrita, de que quien pierde las elecciones, no importa por qué margen, está condenado a dejar el sitio o enfrentarse una larga travesía por el desierto de la que sólo se podrá emerger con un lavado de cara y de nombres.

A nuestra democracia, y no me refiero sólo al revuelto gallinero en que se ha convertido el Partido Popular, le hace falta mucha más transparencia y menos miedo al debate. Las ansiadas listas abiertas tendrían que iniciarse desde abajo. El síndrome del ordeno y mando, tan dado a aceptar como ley la palabra del líder (al menos mientras el líder tenga poder y, por tanto, capacidad de otorgar prebendas) en el fondo no hace sino distinguir, dentro de los partidos, dos o tres subclases sociales: el aparato directivo, los militantes activos, la base. Y por desgracia la base suele ser muda, aparte de, en demasiadas ocasiones, sorda y ciega. Ningún partido político debería ser una secta.

La democracia tendríamos que vertebrarla de abajo a arriba, como tantas cosas, lo que no significa precisamente que volvamos a los tiempos de las asambleas universitarias. Es normal que los partidos tengan facciones, y también es normal que existan partidos de corte artificial (el Partido Popular o Izquierda Unida son buena prueba de ello) donde se amalgamen tendencias que en otros países ocuparían incluso diferentes bancadas. Lo que no es normal es esa especie de miedo patológico que parecen tener casi todos a dejar hablar a las bases, que siempre están, por pura lógica, más en contacto con el día a día y con lo que se vive en la calle: un político de altura no tiene por qué saber lo que vale un café, como quedó demostrado hace unos meses; un militante de base sí que lo sabe, y su opinión debería contar mucho más de lo que cuenta.

Esas facciones, no obstante, y visto lo visto, andan jugando al desencuentro continuado. Ya hemos conocido, a lo largo de los años, los tiras, afloras, reflotaciones, cambios de nomenclatura del andalucismo hoy tan residual. La oposición popular parece empeñada estas últimas semanas en ser oposición de sí misma, descuidando en buena parte, o esa impresión transmiten, su misión de control del ejecutivo. Aguirre y Rajoy amagan y atacan, para dar un paso atrás y seguir con su minué. Sus respectivos adláteres echan leña al fuego o los rectifican o ratifican. De las catacumbas vuelven políticos quemados con ínfulas de salvadores (Alvarez Cascos y también, sapristi, Julio Anguita), mientras que el recambio del recambio (pero menos) es una señora marquesa que encima es aún mayor (en edad, y posiblemente en ideas) que un hombre que aspira a gobernar dentro de cuatro años y para, al menos, otros cuatro.

Todo esto nos demuestra que nuestra clase política está más acostumbrada a manejar la victoria que la derrota. Cosa lógica, porque son pocos los que reconocen, después de unas elecciones, haber perdido aunque sea un diputado.

No es malo buscar recambios: es necesario para la higiene democrática. Y al hacerlo no debe írsele a nadie la fuerza por la boca. Tantas veces hemos comparado nuestra política con el fútbol que me extraña que nadie haya hecho ahora el símil: cuando un equipo va mal, tenga culpa o no, quien coge la puerta es el entrenador. Es lo que pasa en democracia (¿Alguien recuerda ya los nombres de quienes se opusieron a McCain hace tan sólo unos meses?). Un cambio de entrenador y el club sigue adelante, o no se cambia pero se refuerzan otras líneas de actuación, pero siempre después de un análisis. Lo mismo en política, sólo que la decisión no deberían de tomarla solamente los consejos de administración de la cosa.

Publicado en La Voz de Cádiz el 28-04-08

Referencias (TrackBacks)

URL de trackback de esta historia http://crisei.blogalia.com//trackbacks/57138

Comentarios

1
De: Jose Joaquin Fecha: 2008-05-02 12:08

Eso mismo le pasó a Gorvachov y a Yeltsin, que cuando llegaron al poder con aires de renovación, la gente de la calle dijo "queremos hablar", y les dio el miedo. Porque cuando todos deciden, dejan de ser pocos los que mandan.



2
De: josem76 Fecha: 2008-05-02 13:56

Estoy muy de acuerdo... En la politica y en otros estamentos es necesaria (imprescindible mas bien) la regeneración peridodica de sus miembros. Ya sea por la imagen ya gastada, las ideas, los estilos, las frases hechas incluso...
Hay que saber dar el relevo, pero un relevo completo y para eso ademas de sabio hay que ser valiente. Y en el Partido Popular actualmente no hay valentía.

A mi la Espe como que no... ¿cuantos años tendra dentro de 4? Y no es solo por la edad... NO la veo con la capacidad para llevar un pais como se debe. Lo que dije el otro dia: para una cartera de ministerios de lo que sea... has de poner a uno/a que sepa de esa materia en concreto. NO me creo que uno que ha estado en Medio Ambiente luego sepa dirigir un ministerio de Economia en condiciones. A cada cual lo suyo y la Espe... me da muy malas vibraciones que quiere que les diga.



3
De: Mi nombre es Sombra Fecha: 2008-05-02 16:51

"Nada hay más parecido a una batalla ganada que una batalla perdida"

La frase de Wellington era más del estilo "la única cosa más triste que una batalla ganada es una batalla perdida", pronunciada después de Waterloo.



4
De: Mel Fecha: 2008-05-02 17:52

No sé a quién le leí hace tiempo, que los españoles no reclamamos gobernantes, sino caudillos.



5
De: WWfan! Fecha: 2008-05-02 23:07

Los partidos demócratas son los menos demócratas de todos.
Fíjate que uno del PSOE no puede votar en contra de la negociación con ETA o uno del PP no puede votar en contra de la guerra en Irak.
Y si estás en contra, a la puta calle.
En cualquier otro país esto no ocurre.



6
De: sir_eider Fecha: 2008-05-02 23:10

Totalmente de acuerdo con el artículo.

De verdad, que este sistema que tenemos muchas veces me recuerda con los matices que se quieran al sistema decimonónico de la Restauración... 2 grandes partidos (liberal/PSOE y conservador/PP) que se apoya en los caciques/nacionalistas locales para lograr sus objetivos...
salvo que en vez de "pucherazos" y violencia para conseguir los resultados apetecidos se han "modernizado" aborregando a la masa votante con el 4º poder (los medios) entre otras cosas...

Mucha, mucha higiene política nos hace falta, y la apertura de las listas debería ser al menos el primer paso de muchos necesarios... aunque estoy de acuerdo con Mel que tenemos los políticos que nos merecemos ("vivan los caudillos" y "vivan las caenas"...)

Un saludo



7
De: Geoge Bailey Fecha: 2008-05-03 10:55

Listas abiertas.



8
De: fnaranjo Fecha: 2008-05-03 10:59

¿Y dónde hay listas abiertas? ¿En qué países? Lo pregunto en serio, es que da la sensación de que seamos el culo del mundo, el único país en que hay bipartidismo (yo mira alrededor y es lo único que veo; en Europa, en América... excepto cuando hay unipartidismo, claro).

¿De verdad por ahí fuera funcionan las listas abiertas, la democracia participativa y directa? ¿De verdad ahí fuera no hay disciplina de partido?

(Pregunto, ¿eh? Que es que no lo sé...)



9
De: fnaranjo Fecha: 2008-05-03 11:00

(Señor Bailey, que no iba por usted. Que hemos tecleado casi a la vez.)



10
De: RM Fecha: 2008-05-03 11:17

En los USA no hay disciplina de partido: se ve muy claro en The West Wing.



11
De: RM Fecha: 2008-05-03 11:26

Países de nuestro entorno como Suiza, Finlandia o Luxemburgo han optado en sus sistema electoral por el sistema de listas abiertas.


También en USA y UK y varios países de Sudamérica.

(en El País, según encuentro por la red).



12
De: WWfan! Fecha: 2008-05-03 13:42

En Inglaterra hay gente del partido en el poder que vota en contra de una ley del presidente o gente de la oposición que vota a favor.
Y no tiene por ello a talibanes de la prensa en contra ni la patada en el culo atravesando la puerta por ello.



13
De: WWfan! Fecha: 2008-05-03 14:27

Por cierto, se ha muerto Leopoldo Calvo Sotelo



14
De: anonimo007 Fecha: 2008-05-03 18:53

"Por cierto, se ha muerto Leopoldo Calvo Sotelo"

El mejor presidente que ha tenido este país, por haber sido el más breve.

El peor, el que más años permaneció en el poder.

Luego, los demás.

2



15
De: Mel Fecha: 2008-05-03 21:17

Es que en otros paises se sabe distinguir "el gobierno" de "el partido que lo sustenta".