Lo divertido (por llamarlo de algún modo), es que detrás de la novela sobre Juliano no andaba Fernando Savater, como venían especulando los enteraos de la prensa.
Y que quien(es) sí estaban de verdad no estuvieran invitados a la gala, sino en sus casas.
Así es imposible creer en Santa Claus.
Comentarios (16)
Categorías: Literatura