No es que uno crea, lo saben ustedes, en conspiraciones y demás zarandajas, pero es que no falla, oiga. Intenta aquí el que firma, por solidaridad y vergüenza torera, apoyar la edición del clásico de clásicos (o sea, sí, Prince Valiant) que viene haciendo con pundonor, entrega, sacrificio y poco rédito económico Manuel Caldas, y lo anuncia y lo comenta en foros y bitácoras, para que el personal que esté interesado (y hay personal interesado) lo conozca y lo comparta, y nunca falta el comentario o los comentarios de gente que parece empeñada en desviar el tema del debate en curso. Y el debate es tan sencillo como lo que sigue: este hombre está ofreciendo una edición como nadie ha sido capaz de ofrecer jamás en todo el puñetero mundo; si quieren ustedes ser parctícipes de esta maravilla, échenle una mano por él y por ustedes mismos, sobre todo ahora que tiene que lidiar encima con la trágala impuesta de tener que vender sus libros por correo y no, como hasta ahora, en las librerías especializadas.
Y no tendría que haber más que decir. Si te interesa, lo compras y lo difundes. Si no te interesa, con tu pan te lo comas: sigue con los enmascarados de pijama, con los manga o con los tebeos minimalistas, que deben tener y tienen su hueco en los kioscos y librerías. Y en teoría (en teoría, ojo) no tendría que pasar nada más.
Pero qué va. Que no hay manera. Que si, jo, es en blanco y negro. Que si le falta o no le falta el artículo en el título (que sí, que le falta en el título, pero no le falta por dentro en los textos), que si Foster no dibujaba comics, que si el pelo del personaje, que si las viñetas no tienen bocadillos. Pamemas que mean fuera de tiesto, insisto, en lo que nos ocupa. Foster, águila solitaria en esto de los cómics, volaba muy alto, y no es extraño que a los Salieri (o los palmeros de otras editoriales, que sin duda los hay, la mayoría de las veces por simple estulticia... o por pura mala leche) les pueda decir aquello también clásico: ¿Qué tengo yo que mi enemistad procuras?
La última fue la semana pasada. En un foro que no voy a mencionar, porque no merece la pena hacerlo. Se han comentado los estropicios del Tarzán, la concidencia con la salida del número 3 de Príncipe Valiente en blanco y negro, que ya pueden ustedes comprar cuando se les apetezca, cuando de pronto la conversación toma la vía de Tarifa y se desvía no en si Foster usaba o no usaba bocadillos, no si la traducción es mala o es pésima (porque, eh, le falta el artículo en el título, no lo olvidemos), o si es en color o en blanco y negro con tramado de sombras. Qué va. Ahora la chispa es que uno de los enterados de turno (moderador, además, entre un grupo de moderadores que no siempre son lo templados que debieran ni entienden de todo lo que en teoría moderan), suelta la perla de que la edición de Manuel Caldas está sacada o copiada de una edición en alemán, de una editorial llamada Bocola.
Y allí que entro al trapo y explico que no. Y explico el minucioso proceso de restauración que el portugués ha hecho del trabajo de Foster a partir de reproducciones de los periódicos y las fotocopias de los originales. Pero nada. Erre que erre, resulta que un amigo que entiende mucho de comics dice que está sacada de ahí y eso va a misa. Y no vale, de nada, que yo le explique que, mirando los créditos, la edición de Caldas comenzara en Portugal en marzo de 2005 y la alemana en cuestión en septiembre de 2006, y que la portuguesa vaya ya por 1948 y la alemana saque este mismo mes el volumen cuatro, correspondiente a 1944. Lo ha dicho su amigo, que entiende mucho de cómics (quizá porque trabaja en una librería especializada, me imagino), y no hay más que hablar. Y que va a aprender alemán y todo, porque es en color.
Tan poco hay que hablar que al final el hilo fue censurado unilateralmente por su parte, imagino que por no pasar vergüenza torera.
Mientras tanto, como uno es completista valentiniano, pidió directamente a Alemania esa edición tan maravillosa que dejaba en pañales, oh, a la de Manuel Caldas. Porque era en color, cáspita, aunque no se entienda un pijo (si fuera en francés o en inglés, pues lo mismo uno comprendería el empeño de defender lo que no se conoce). Como hoy los servicios de correos adelantan que es una barbaridad, ayer mismo, menos de siete días después (y contando fin de semana y fiesta local el lunes, cosa que tiene mucho más mérito), me llegaron los tres tomos de la edición en alemán. O sea, Prinz Eisenherz, que como ustedes saben es como llaman los teutones a Valiente: Corazón de Hierro.
Pues ya puedo hablar, fíjense ustedes, con pleno conocimiento de causa. Y, sí, la edición es en color. Y son buenos colores. Y es en tapa dura. Y resulta barata (20 euros). Pero que no me vengan con pamemas, ni me enfrenten otra vez a un editor modestísimo con una maquinaria editorial. La edición de Bocola es buena, sí. Pero no es la edición definitiva. No es la edición perfecta.
Para empezar, el tamaño. Poco más grande que la edición de Buru Lan, casi igual que la edición de B, el color reproduce el color original... en sus colores, no en sus tonos. El papel no absorbe del mismo modo que el papel de periódico, la reducción de tamaño obliga a que las masas de color se vuelvan más intensa, se oscurece la línea. O sea, la canción de costumbre. Tengo, con esta, cinco o seis ediciones en color de Príncipe Valiente (Buru Lan, B, Fantagraphics, la de Manuscript Press, algunos tomos de Planeta) y, sí, es posible que sea, a nivel color, la mejor de todas ellas (la gigantesca de Manuscript Press no tenía los colores originales, que yo recuerde). Pero sigue teniendo sus taras: el tamaño, la masificación de los tonos, la ocultación de la línea.
Se omiten también los "Próxima semana", que Caldas respeta escrupulosamente. Y mi alemán (escaso, por no decir casi nulo), me hace sospechar que también las sinopsis de cada plancha ha sido alterada y modificada. Hay momentos en que los rostros de los personajes no se ven, cosa que no ocurre con la edición de Caldas. Y, pásmense ustedes, a pesar del color y de la reconstrucción alemana, Caldas gana por goleada cuando muestra, en la llegada a las islas Canarias del tercer tomo, la cabeza degollada del perro en el suelo, una escena censurada en su día en muchos periódicos... y que la edición alemana ignora, dejando un manchetón de color amarillo donde está en realidad la cabeza del animal.
La rotulación alemana, curiosamente, imita a la rotulación original... igual que la imita la portuguesa, creo que por primera vez en la historia (pero, ya saben, la portuguesa fue primero).
Es una buena edición, insisto. Pero no es la definitiva: comparar los colores y tonos originales, a gran tamaño, como se ve muy bien en las contraportadas de la edición portuguesa y la española y en las páginas reproducidas del "Foster y Val", nos hace ver la enorme gama de matices y tonos que la serie tiene en su destinatario original: al reducirlo de tamaño y cambiar el papel, me temo que no podemos dejar de recurrir a los chapetones blancanievescos que ya conocemos en otras ediciones en USA y en España.
Hace un poco de trampa la edición, por cierto, en los prólogos del gran Wolfgang J. Fuchs, al comparar viñetas en color con viñetas en blanco y negro (¡al tamaño de sellos de correo, cielos!), sin decir que esas viñetas en blanco y negro donde se pierden matices corresponden a ediciones francesas bastante superadas.
Esta edición alemana es, tal vez, la edición que Planeta tendría que haber esperado sacar, y no la que hizo. Pero no le hace sombra a la cantidad de matices que se descubren en la obra de Foster con el trabajo de restauración de Manuel Caldas. Si reducimos esto a números, estamos hablando de un 7,5 contra un 9,9.
Slith, por cierto, en alemán, se llama Flitz.
Comentarios (141)
Categorías: Principe Valiente