Yo había oído hablar (e incluso la he padecido, creo), de la astenia primaveral, esa sensación de cansancio ante la llegada del buen tiempo que te deja guarnío, con sueño, sin fuerzas y agotado. Lo que en Cádiz llamamos la macancoa.
Lo que no sabía es que también existe en el otoño.
Disculpen ustedes que no me lleguen los codos a las teclas.
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