En el de la semana pasada, exactamente, que acabo de ver en video (los viajes y los bolos veraniegos, ya saben ustedes).
Shirley (o sea, Candice Bergen), acude a Alan (James Spader) a cuenta de unas fotos "artísticas" que le tomó un antiguo amante y fotógrafo cuando tenía 19 añitos (y si recuerdan ustedes cómo era Candice Bergen en la época de "Soldado azul" compartirán con Alan su entusiasmo). Ahora, el fotógrafo ha muerto y su viuda se dispone a subastar todo el material de su difunto, incluidas las fotos de Shirley (y, según se desprende, las fotos de muchas otras modelos ocasionales). Comprensiblemente, Shirley, que ahora es una señora respetable, no quiere que esas fotos se hagan públicas, y por eso recurre a Alan.
Alan, que es un lince en esto de los juicios (en esta serie raro es que pierdan un caso), descubre que entonces Shirley era menor de edad (la mayoría no se alcanzaba hasta los 21), y por tanto vender o publicar esas fotos les acarrearía un marrón de campeonato a la viuda vengativa y su abogado. Según Alan, nunca deberían llegar a juicio, porque lo iban a ganar de calle.
Y entonces el abogado de la parte contraria suelta la perla: "Vale, pero aunque no vayamos a juicio, en los tiempos de internet, esas fotos aparecerán colgadas en todas partes en cuestión de minutos, que es precisamente lo que no quieren. Habrán ganado ustedes, pero a la vez habrán perdido".
Moraleja: el juez del Olmo no sólo está pez en asuntos de internet. Es que tampoco ve series de abogados.
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