The end is nigh, que decía la pancarta del iluminado de Watchmen. Eso es todo, amigos, que nos contaba Porky.
Fin del "primer volumen" de Héroes. No con un número doble, como nos habían dicho, sino con un episodio normal (quizá la idea del episodio doble se pensaría para el 22, con el que forma una clara unidad, y las cuentas y la búsqueda de la audiencia hayan aconsejado partirlo y hacer así una extraña temporada impar).
Hay alguna sorpresa importante, sí. Y un desenlace que es prácticamente el esperado. Se nota una vez más la falta de presupuesto y quizá la manera de contar la historia tiene algún altibajo de ritmo, pero ya sabemos que esto es televisión y no hay tiempo de hacer muchas florituras estilísticas. Alguno de los héroes que dábamos por muerto en el episodio anterior todavía sigue vivo y alguno que otro acaba hecho unos zorros.
Lo importante, que la serie cierra bien el arco y se abre en el epílogo a nuevas historias que sin duda embrollarán el misterio del kanji y el eclipse y las corporaciones en juego.
En efecto el futuro no está escrito en piedra y el día del futuro pasado, si alguna vez sucede (las cucarachas, ya lo saben, sobreviven a todo) no será tal como lo hemos conocido hace tres semanas.
Se resuelve además, el mayor de los misterios. Ahora sabemos que el señor Benett se llama... como no podía ser de otra forma.
Comentarios (102)
Categorías: TV Y DVD