Leí ayer en la prensa que los principales servidores de esto del espejo de Galadriel, digo internet, se habían puesto de acuerdo para acabar con el spam, porque resulta que una proporción enormemente mayoritaria de las chorradas que nos llegan a los correos electrónicos lo son.
Me las prometía muy felices, porque mi cuenta de uso más o menos diario (o sea, la que no uso), está minadita siempre y llevaba algo así como dos días sin recibir spam ninguno (tampoco, me parece, recibía correo normal).
Pero todo lo bueno se acaba alguna vez, porque ya hoy mismo están llegando esos simpáticos correos que uno nunca sabe para qué carajo sirven ni qué ganancia obtiene el que los envía.
El ultimísimo me avisa de no sé qué virus terrorista en el agua, que no bebamos, ay.
Esa película la vi hace treinta años. Una de blaxploitation, por cierto.
Además, tarugo, en casa bebemos agua mineral embotellada.
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