Estuvimos ayer y anteayer en las Segundas Jornadas del Cómic en Cádiz, arropando a la exposición de la Antología del Cómic Andaluz que patrocina la Caja San Fernando con la asesoría del equipo de Veleta.
Menos gente que el año anterior (quizá el sitio no era el más idóneo: el Casino Gaditano impone, y mucho, y parece coto cerrado quizá porque lo es), pero buen ambiente entre los ponentes y los participantes.
El viernes Antonio Martín y yo hicimos un repaso a eso que recoge la exposición, más que el cómic andaluz, el cómic hecho por andaluces. Y el sábado por la mañana, en una mesa redonda de editores, Joan Navarro hizo lo que me parece que no ha hecho nunca nadie antes: informó de las cifras de ventas de su editorial, Glènat, a lo largo del año pasado. Encontrarán ustedes los datos, me imagino, en su propia página.
Fue interesante que nos hablara precisamente de cuál es la marcha del cómic en España a través de eso que nunca se nos ha explicado: las cifras de ventas. Navarro reconoció que su editorial pasa por un buen momento,y sería de desear que las otras grandes editoriales del país también hicieran públicas sus cifras. Para que nos aclaremos todos y sepamos de qué estamos hablando y, sobre todo, con vistas a un futuro donde nos podamos plantar ante las administraciones del estado y decir: esto tenemos, esto somos, esto pretendemos, esto queremos.
Con todo, pese al optimismo de Navarro, dos datos llevan a la reflexión: el noventa por ciento de las ventas (y del éxito editorial) se debe al manga, mientras que comparado con Glènat Francia, en España se factura un diez por ciento de la editorial gala (en Francia, el año pasado, el manga acaparó casi el cincuenta por ciento de las ventas de toda la producción editorial conjunta, y subiendo).
Con esas cifras en la mano, es no sólo encomiable, sino que casi tendría que ser obligatorio, que una parte de los beneficios editoriales se inviertan en publicar o rescatar autores españoles (ya saben ustedes, Giménez, Usero, Fernández, de la Fuente), cuyas ventas no son hoy las que tendrían que ser ni las que tal vez un día fueron, pero cuya obra debe estar al alcance de las generaciones actuales y las generaciones venideras, porque sin sentido de la historia pasada no puede haber historia futura, y los clásicos deben estar a la mano siempre.
Otros dos datos a tener en cuenta: el mayor éxito de ventas de la editorial es el número 1 del manga Naruto (antes de que se emitiera en las televisiones, por cierto). Y el mayor éxito de ventas de autores españoles son las nuevas aventuras de Esther, que "amenaza", tras apenas dos meses de existencia, en convertirse en el mayor éxito de la editorial entera, con manga o sin manga.
Dicho queda.
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