Bajo a la peluquería, que ya tocaba una podita, y leo en la prensa, mientras espero que llegue mi turno, que hace unos días murió el maestro Escobar, ilustre músico gaditano, compositor, entre otras muchas cosas, de diversas marchas procesionales, para la Semana Santa, del himno oficial del Cádiz, para el equipo de la ciudad, y de los hermosos tangos que cantara el coro de la peña "Los Dedócratas" en sus primeros años, fundamentales para la recuperación del Carnaval en general, y de la modalidad en particular, durante la Transición, con agrupaciones tan recordadas como "Los Dedócratas", "La Guillotina", "Los buhoneros" o "Los pequeños cantores del viena". Descanse en paz, en fin, y sirva como homenaje a su persona la siguiente letra de pasodoble, que Luis Ripoll le dedicara con su comparsa del año 2002, "La Pájara Pinta", antes de que los numerosos homenajes que el difunto recibió más tarde, durante sus últimos años de vida, vinieran a hacer justicia y a subsanar el lamentable olvido que en ella se denunciaba:
Qué de vueltas y rodeos para cantarte un piropo;
todo nos parece poco;
tus cosas, tus maravillas,
y tu gente tan sencilla,
forman parte de la foto;
recorrer todos tus barrios y nombrar todas tus calles;
recordar todos tus sitios,
y decir versos bonitos,
mientras que la gente aplaude.
Golosinas que en cuartillas para siempre durarán,
mientras que un gran gaditano,
al que nadie le hace caso,
ay, poco a poco se nos va.
Vedlo, solitario por las calles,
arrastrando sus andares,
y pararse en las esquinas
mientras ladeando su cabeza
parece buscar compases
que su Cai no le dedica.
Vaya este pasodoble para el maestro Escobar,
hombre que se nos muere muy cerquita del Falla
ante la indiferencia del mundo del Carnaval,
el que miles de tangos meció en su batuta
dirigiendo una banda que no volvió más;
arte de Cádiz es Don Antonio en su soledad.
Un saludo.
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