Bruguera domina el tebeo infantil. Buru Lan, sobre todo por el alto precio de sus productos, se apropia del público adulto, con alguna pica clavada en Flandes por la publicación en álbumes de tapa blanda de Carlitos y los Cebollitas, Popeye o de Alex. Entre uno y otro frentes, el tebeo juvenil, o al menos de factura no tan ñoña, el tebeo semiadulto de intereses más comerciales y aspiraciones menos trascendentalistas, se polariza en torno al material que viene de Estados Unidos, el terror de la Warren Publishing y los superhéroes Marvel.

Gracias al revival de la Hammer Films británica, personajes como Drácula, Frankenstein o el Doctor Jekyll habían vuelto a asomar a las pantallas cinematográficas del mundo, esta vez utilizando como reclamo el color y el destape más o menos velado de las víctimas femeninas de los diferentes monstruos. Incluso en España, autores como León Klimovski o Paul Naschy habían potenciado un pequeño boom con sus películas de serie B, centradas principalmente en la figura del Hombre Lobo. El comic no era ajeno al éxito del cine y pronto en Estados Unidos el oportunista editor Jim Warren supo imitar el éxito de la fenecida E.C. Comics con su línea de terror, aunque sin la reflexión crítica ni la osadía argumentística de la editora de los años cincuenta. Revistas como Creepy, Eerie y, más tarde, Vampirella, se dedican a contar en historietas de pocas páginas todo tipo de sustos y tramas sobrenaturales imaginables, presentadas con cierto desparpajo sádico-jocoso por el viejo Tío Creepy y su gordinflón sobrino. Son estos títulos, reconvertidos en Vampus y Rufus, los que asoman a una España algo atónita a principios de los setenta, de la mano de Ibero Mundial de Ediciones, presentando un material que habría sido impensable apenas cinco años antes, e introduciendo por primera vez en nuestro país a autores como Neal Adams, Berni Wrightson o Richard Corben. También Dossier Negro se especializa en este tipo de historietas que, siendo novedad, todavía no han caído en los planteamientos repetitivos que llevarían a su cierre en América años más tarde.

Lo más peculiar de estos títulos adultos (que de ninguna de las maneras pueden burlar ciertos condicionantes de la censura (1)), es que en seguida se convierten en el único modo de seguir la trayectoria de muchos autores españoles, cuyo trabajo para la editora americana aparece aquí de rebote. José María Beá, Jaime Brocal Remohi, Enrich, Pepe González, un resucitado José Ortiz, Leopoldo Sánchez, Luis Bermejo, Rafael Auraleón, Fernando Fernández, Luis García o Esteban Maroto se convierten en profetas en su tierra, demostrando que son capaces de hacer tebeos modernos de consumo sin tener que recurrir a las profundas elucubraciones vacías de aquellos que se quedan en Europa o el suelo patrio. La estulticia nacional llega a celebrar como un gran éxito esta emigración de nuestros mejores valores a un mercado que acabaría dándoles el recambio por mano de obra filipina más barata, y pronto se acuña la frase "los dibujantes españoles son los mejores del mundo", falacia que alguno llegó a creerse.

De todos ellos, son Maroto y Pepe González quienes más encandilan a los americanos, hasta el punto de premiar al primero por su serie Cinco por Infinito o publicar su serie Manly el guerrero (oportunamente rebautizada Dax el guerrero) y entregarle al segundo el timón de la emblemática y seductora Vampirella, creada por Forrest J Ackerman y Frank Frazetta y hasta entonces dibujada por un inspirado Tom Sutton que acerca al personaje al icono de Betty Page, aprovechando la especialidad del autor en el dominio de espectaculares mujeres de banderal, o cómo a partir del físico de Sophia Loren se llega a preludiar a Nadiuska.

Por otra parte, los superhéroes Marvel son editados por Vértice, una editorial hasta entonces especializada en novelitas de ciencia ficción y que había popularizado tebeos británicos o europeos como Zarpa de Acero, Los Hemanos Wild, Mytex el poderoso, Spider o Kelly Ojo Mágico, alguno de ellos realizado por autores españoles o argentinos.

Al entonces elevado precio de 25 pesetas, el formato escogido o impuesto para la serialización de los comic-books americanos (Los Cuatro Fantásticos, Spider-Man el Hombre-Araña, Dan Defensor, Thor, Capitán América, La Masa, Namor, Patrulla X, Los Vengadores, etc) distaría mucho de ser el apropiado, pues en vez de adoptar la clásica y lógica estructura natural a los magazines, se escudaría en la mencionada forma de novela de bolsillo (202 x 152 mm). Para satisfacer las necesidades de tan inusitado formato y conseguir con ello el grosor de un libro, la única solución factible sería el desafortunado remontaje de las planchas originales, destrozando con ello el ritmo narrativo original, despreciando por igual los derechos de consumidores y autores, situación agravada por la necesidad de retocar, ampliar y redibujar la mayor parte de las viñetas para que éstas cuadrasen en tan inadecuadas dimensiones. Las 128 páginas de tan inusitadas "novelitas" se alcanzarían alojando en ellas el contenido de dos comic-books americanos (veinte páginas cada uno), esporádicamente incluso tres, y rellenando el hueco sobrante con historietas de procedencia mayoritariamente inglesa. Perdido el atractivo del color, la primera edición del material Marvel en España ignoraría también las portadas originales, encomendadas a Enrich primero y a Rafael López Espí después, quien acabaría por copiar literalmente las ilustraciones americanas.

Mientras que la edición de los comics de terror de la Warren recibiría casi de inmediato el aplauso de la crítica, los comics de superhéroes Marvel serían declarados anatema por casi todas las revistas de la época. Resulta una especie de justicia poética que algunos de aquellos adalides acabaran años después coordinando correos de los lectores en la edición en color del mismo pernicioso material.

Pero a pesar de la nefasta edición, los tebeos Marvel pronto se hacen populares y se llevan de calle al público adolescente. La inclusión de algunos títulos de terror como Fantom y Espectros, ya en formato revista, se ve potenciada poco después, en imitación del original yanqui, con Zombi, Drácula vive y, especialmente, Relatos Salvajes, donde con algún material de ciencia ficción (Mundos Desconocidos), se incluyen las siempre entretenidas historietas de Conan el bárbaro, según la adaptación que Roy Thomas y John Buscema hacían de los relatos y novelas de Robert E. Howard para la revista madre Savage Sword of Conan, inaugurando una moda por la fantasía heroica que todavía es continuada quizá algo forzosamente en el tiempo a base de reediciones por parte de Planeta-de Agostini, o la publicación de Shang-Chi, maestro de Kung Fu, fiel e interesante exponente de la moda de artes marciales que inunda televisiones y cines de la época (2). Poco a poco, impelidos por el éxito de estas revistas, todos los títulos de la casa abandonan el formato minúsculo de la novela de bolsillo y adoptan una hechura más acorde con el original, incluso asumiendo el color en las postrimerías del reinado de Vértice en el panorama hispano.

No cabe duda de que el éxito de los tebeos de superhéroes pilló desprevenida a Bruguera (la temática terrorífica, aunque experimentada con algún título como Alucine, le venía demasiado lejos), quien debió acusar el impacto de los extraños enmascarados en sus ventas, pues encargó a su guionista para todo, Víctor Mora, la creación de un superhéroe propio, Astromán, el hombre de astronita, deficiente y subdesarrollada revisión de un caduco Supermán ilustrada por Manuel Cuyás para El DDT en 1972 y recopilada en formato revista similar a de El Corsario de Hierro poco más tarde (3), sin que tuviera el más mínimo impacto. La misma temática superheroica, pero menos, puede encontrarse en Kathy, la chica gato, para la revista Lily, dedicada al público femenino infantil, e incluso en la fallida Supernova, nuevamente con guiones de Mora y dibujos de Bielsa para Super-Mortadelo en 1973. Esa presencia de los superhéroes en Bruguera se hace patente por el ascenso de sus revistas a la categoría "Super" (Super Zipi Zape, Super Mortadelo, Super Pulgarcito), la creación de Superlópez, de Jan y, ya de modo más descarado, en la adquisición en 1977 de los derechos de varios títulos Marvel (La Guerra de las Galaxias, 2001 Odisea del Espacio, La Mosca Humana, Ka-Zar). Movimiento expansivo que en 1980 llega a arrebatar los derechos de Spider-Man y La Masa, para contraatacar en 1981 en un absolutamente nefasto formato pocket (185 x 133 mm), donde a esos títulos se unen Conan, Los 4 Fantásticos, Los Defensores y Dazzler.

Mientras dentro de los títulos Bruguera el luego novelista Andrés Martín se revela como un autor interesante y digno de tener en cuenta, llegan de Argentina las revistas de importación El Tony, Fantasía, D´Artagnan e Intervalo, que hacen la competencia a los superhéroes y cowboys de DC Comics que, también del otro lado del Atlántico, publicaba Novaro. Son revistas con un precio competitivo (15 ó 20 pesetas para una ingente cantidad de material de lectura) publicadas en papel barato, con muchos personajes abigarrados, algunos de sindicación americana (Príncipe Valiente de la etapa final de Foster y principio de John Cullen Murphy. Flash Gordon, el Tarzán de Russ Manning, Johnny Hazard, o la inclusión en color de aventuras de El Hombre Araña y Capitán América), y otros, los más interesantes, de producción propia, pequeñas obras maestras guionizadas por autores como H. G. Oesterheld (autor de Mort Cinder y El Eternauta y desaparecido durante la dictadura de Videla), o Robin Wood. Personajes como Nippur de Lagash, Dennis Martin, Argón el justiciero, Kabul de Bengala, Diego, Alamo Jim, Cabo Savino, Jackaroe se hacen populares durante un par de años, algunos incluso con comic-books en color propios, demostrando que el tebeo de consumo no tiene por qué ser una tontería mal hecha, sino una labor de autor "artesano" y entregado a la historia (4).

Pero no sólo los nuevos personajes Bruguera han perdido el tren. El más delirante ejemplo de revival del comic español se produce en 1974, con el lanzamiento de Chito, una revistita decididamente camp en sus planteamientos y que, siguiendo tal vez los postulados del Journal do Cuto portugués se plantea en realidad reverdecer los laureles de un título mítico como Chicos, al que incluso recuerda en su nomenclatura. El factor nostálgico que ha encumbrado a Buru Lan y ahora sirve de balón de oxígeno a Valenciana se remonta aquí directamente a los años treinta, recuperando a unos autores de ese periodo como el maestro Emilio Freixas, quien publica El monstruo extraterrestre y Xhadu, especie de trasunto selvático del cinematográfico Sabú de la serie B hollywodiense, desconocido ya a esas alturas del siglo, y algunas ilustraciones donde sigue demostrando tanto su dominio para el dibujo como su desfase con los tiempos que corren.

Cuto vuelve a asomar al mercado español con "Hampa Mundial Inc", una historia pasada de moda con un personaje que ya no podía, por fuerza, ser sentido por el público juvenil como en su momento de máxima gloria. De Jesús Blasco se recuperan también series producidas para el extranjero como Los Guerrilleros, Tom el hijo del gaitero o Alejandro el Grande, biopic al uso que más recuerda los álbumes de cromos de lustros pasados. Carlos Freixas presenta un western, Joe Dakota, en las antípodas de "Manos" Kelly o Blueberry; se presenta parte del Dan Lacombe del siempre interesante Bernet, Carrillo inicia su Gora Gopal y La mujer pirata, G. Buxadé publica su Buck y familia, y Arturo Moreno las infantiloides historias de Placton, Chito y Sarampión, reminiscencia de unas revistas tipo Maravillas ya sepultadas en el baúl de los recuerdos de la abuela. Tampoco desdeña Chito la recuperación de algún episodio de Jim de la jungla o la primicia de El Castillo Medieval, pero el proyecto es en sí tan desquiciado que apenas alcanza 17 números, con algunos más interesantes extras monográficos comercializados como Chito Extraordinario. Y es que incluso la nostalgia tiene un límite.

A mediados de la década de los setenta, el mini-boom moderno y nostálgico se ha convertido en agua de borrajas tras el hachazo propinado a la industria editorial por la crisis del petróleo. Cuando Franco muere en 1975, el panorama de los comics en España es tan árido y desolado como el país que abría los ojos atónito aquella mañana de noviembre.


NOTAS:

(1) El improbable bikini de Vampirella, cuando la serie se publica en blanco y negro en Matarratos, es convertido en minifalda de breve vuelo. Ni siquiera eso pudo recortar la enorme carga erótica del personaje.

(2) Tampoco el comic español pudo escapar de la moda. Con material proporcionado por la agencia Selecciones Ilustradas, Amaika, la editorial de El Papus, lanza la revista Kung Fu, donde junto a Jeff Blake, el hombre de Pinkerton, dibujada por Leopoldo Sánchez, y Shi-Kai el rebelde, de Martín Salvador, destaca el personaje El Cuervo, con guiones de Josep Toutain y Andrés Martín y dibujos de José Ortiz, un tebeo de rápida realización y magníficos resultados que preludia, por cierto, en cuanto a la trama detectivesca, la segunda versión de la televisiva serie Kung Fu realizada a mediados de los noventa.

(3) Más interesante, dentro de esa línea de renovación de personajes que pretende Bruguera, es Roldán sin miedo, una especie de Dani Futuro medieval que ilustra con ilusión y acierto Adolfo Usero sobre guiones de Víctor Mora, más en su elemento que en una temática de superhéroes que le es ajena. Resulta sintomático que los títulos que Mora escribe para sindicación (Sunday, para Víctor de la Fuente, o Adam & Evans, para José Gual, simpática variación detectivesca de la guerra de los sexos que se anticipa a series televisivas como Luz de Luna o Remington Steele) sean muchísimo más interesantes y permanezcan parcialmente inéditos en nuestro país, a pesar del intento de Rollán de publicarlas en 1977.

(4) Los más interesantes personajes argentinos, junto con alguno nuevo como Dago, serían publicados en España en la revista Mark 2000 en los años ochenta, sin que por desgracia tuvieran el reconocimiento que merecen sus interesantes planteamientos.


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Comentarios

1
De: V. Fecha: 2006-09-14 14:35

Eres una enciclopedia andante.
No dejarás de asombrarme, no...



2
De: RM Fecha: 2006-09-14 14:41

Ojo, que me equivoco mucho. La puta manía de confiar en la memoria.



3
De: RM Fecha: 2006-09-14 14:42

Impresionante la portada, ¿eh? En esa época, Dan Defensor ya vestía de rojo, no de amarillo (pero en blanco y negro no se notaba). Y Spiderman tiene los colores cambiados: por error, no por la falta de un fotolito.



4
De: V. Fecha: 2006-09-14 14:49

Ya, ya conocía la portada.
Huelga decir que todo lo demás, no... :P



5
De: V. Fecha: 2006-09-14 14:50

Por cierto, tu hijo sale de refilón en mi blogg ;)



6
De: RM Fecha: 2006-09-14 15:20

Ya lo leí, ya. Te pediré derechos de autor por la anécdota.




7
De: CarlosP. Fecha: 2006-09-14 15:58

Pensaba en Tenax, en Supernova y otros tebeos asaz que pulularon por las imprentas de Vértice y Bruguera...aquel bárbaro de origen francés, Kabur y su compagnego de asento El Gladiador de Bronce, que tambíen publicó Vértice...sin querer dejarme atras a ese intento de incluir a The Phantom dentro del género superheroico que realizo esta última editorial...cuando.....

¿DONDE DIABLOS ESTÁ NOVARO? (No sólo DC...Hopalong Cassidy, la Pequeña Lulu, Tarzan y la Hermanad de la Lanza, Turok, El Cuervo y la Zorra, aquel Policía Montada....)

¿Y aquellos tebeos basados en series de TV..de Embrujada, Viaje al Fondo del Mar, Twilight Zone....que publicara Fher?

Cuantas cosas deja la memoria atrás...Como se olvida lo inolvidable.

http://es.geocities.com/jminguillon2/index.html

http://www.fortunecity.com/rivendell/normality/632/novaro.html



8
De: RM Fecha: 2006-09-14 16:05

Los novaro y demás son anteriores al 68, que es donde empieza este repaso.



9
De: CarlosP. Fecha: 2006-09-14 16:23

La primera distribución...la segunda es setentera hasta la médula. Y si te sigues poniendo kiskilloso lo dejamos en el formato Aguila y no tienes escapatoria.



10
De: CarlosP. Fecha: 2006-09-14 16:25

BTW, no vi que habías citado a los mejicanos cuando hablabas de los argentinos.



11
De: CarlosP. Fecha: 2006-09-14 16:29

Esta base de datos de Marvel en Gespein es cojonuda.

http://www.universomarvel.com/espanish.html



12
De: RM Fecha: 2006-09-14 16:44


Hoy hablan de nosotros en El País.

http://www.elpais.es/articulo/cultura/Boom/Crash/Choom/elpporcul/20060914elpepicul_1/Tes/


Ahora me entero de por qué no sigo en Marvel :P



13
De: EMPi Fecha: 2006-09-14 18:04

Por esa época creo que también es la edición de Spirit de Garbo, basada en la de Warren con algunos coloreados del Corben pre-Toutain



14
De: RM Fecha: 2006-09-14 18:12

Próximo capítulo



15
De: Dionisio Platel Fecha: 2006-09-15 02:49

La revista Chito llegó hasta el número 24 con foto de Arturo Moreno en portada y fotos de los hermanos Blasco en contraportada.



16
De: Jangel Fecha: 2006-09-15 13:47

Simpática portada con los colores cambiados. Je, je.



17
De: Anónimo Fecha: 2006-09-16 18:48

¿Y por que no seguiste en Marvel?



18
De: Anónimo Fecha: 2006-09-30 00:04

Por esa época creo que también es la edición de Spirit de Garbo, basada en la de Warren con algunos coloreados del Corben pre-Toutain




19
De: RM Fecha: 2006-09-30 09:08

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