Remontando a duras penas el bache creativo que supuso la década de los sesenta para el cómic hispano, en la primera mitad de los años setenta asoman al mercado obras de evidente calidad. En España se publica más o menos buen material, pero se publica mal. Todavía se está muy lejos del nivel de cuidado en la edición que pueda hallarse en países vecinos como Italia o Francia. A la presencia de la censura hay que añadir el desprecio de las editoriales por el conjunto de la obra, que aparece remontada, rotulada mecánicamente, con viñetas suprimidas o guiones reescritos.

Las nuevas técnicas de impresión, la llegada del offset, y la posibilidad de que la censura levante un poco la mano al amparo del sello de "para adultos" provoca la invasión de la nostalgia, el deseo de recuperar para el presente todos aquellos títulos emblemáticos que han visto la luz parcialmente en España desde el final de la Guerra Civil. De la mano de Luis Gasca, (especialista que ya en 1968 había publicado gracias a una beca de la institución Juan March el volumen Los comics en España, un interesante muestrario de los tebeos editados desde el siglo pasado hasta ese momento), una nueva editorial arranca con el deseo de ofrecer, con el mínimo de manipulación posible, una publicación íntegra y fiel de los personajes del cómic norteamericano. La editorial, que anuncia a bombo y platillo sus lanzamientos en televisión, se llama Buru Lan, parte del capital de la familia Aramburu de San Sebastián, y su novedoso sistema de fascículos semanales permite, dentro del título genérico Héroes del comic, mostrar desde el principio y casi en su totalidad las aventuras de clásicos como El Hombre Enmascarado, Flash Gordon y Príncipe Valiente.

Es un experimento caro. 25 pesetas semanales por un título de veinte páginas a todo color son algo que no está al alcance de todos los públicos. Pero poder contemplar sin sesgadas versiones o velos censores las semidesnudeces de las bellas mujeres de Alex Raymond o Dan Barry bien merece la pena, al tiempo que se presenta al público un título como Príncipe Valiente, desconocido entonces en la mayor parte de su saga. Los fascículos se encuadernan de doce en doce, con bellas tapas previstas para la ocasión, formando un producto único.

Gasca no olvida tampoco el material español. Dentro de la serie Drácula, y durante al menos doce números, autores como Esteban Maroto con Wolff, Enric Sió con Mis miedos o José María Beá ilustrando guiones fantásticos del propio Luis Gasca o Luis Vigil, suponen una vía alternativa a Trinca. Por desgracia, el simbolismo oscurantista y maniático que lastra muchas de las series de la época, y la poca comercialidad de las mismas, dan al traste con el experimento. A partir de su segundo tomo, Drácula se dedicará a reeditar Cinco por Infinito y Delta 99, poniendo ambas obras al alcance de un público más adulto y con mayor poder adquisitivo. El hecho de que por primera vez se presenten en color no supone un avance, sino al contrario, ya que éste actúa como elemento censor sobre las hermosas mujeres de Esteban Maroto, pintando de verde o morado pieles que de otro modo estarían desnudas. También los guiones de Delta 99 son reescritos para esta edición.

Durante tres o cuatro años, Buru Lan supone una suerte de extraño espejismo adulto en el panorama español, dominado por Bruguera y su concepto editorial donde toda tropelía parece válida. Pero la marcha de Luis Gasca del proyecto hace que, desde entonces, los errores se multipliquen: la coloración decae, faltan páginas o aventuras completas en la continuidad de los títulos clásicos, el cuidado en la edición que fuera marchamo de la casa se viene abajo. El remate se produce cuando la etiqueta para adultos se reduce a juvenil.

Pese a sus errores, Buru Lan demuestra que hay un público deseoso de completar colecciones de clásicos del pasado, quizá superior al que desea conocer lo nuevo que se está realizando. Rip Kirby, Halcones de Acero y Rahan suceden a los anteriores títulos, en un amago de buscar nuevos mercados para un material claramente de segunda fila. Hay incluso intentos de editar en blanco y negro y formato apaisado Johnny Hazard y Ben Bolt, y se presentan, en papel couché y aspecto algo más estilizado, pero sin huir de remontajes y viñetas absurdamente ampliadas, las tiras diarias de James Bond y Modesty Blaise. También, a la usanza del magazine italiano Linus, se publica El Globo, mensual dedicado al comic que presenta, junto con la ya popular Mafalda de Quino, tiras desconocidas de Li´l Abner, B.C. o El Mago de Id, episodios de The Spirit o lo poco que puede publicarse de Guido Crepax, La astronave pirata, una serie menor del autor italiano pero que al menos carece de desnudos, por lo que puede burlar la censura. Otro título de mayor tamaño y envergadura de la casa, Zeppelin, presentaría durante doce números obras como Andy Capp, Sturmtruppen, Mort Cinder o las elucubraciones de Jules Feifer, complementado el material gráfico con estudios sobre los cómics y la cultura de masas. A este respecto, cosecha más éxito la primera aparición del siempre interesante material italiano Bonelli en España, principalmente Tex y Zagor, que sobreviven en el mercado durante muchos números, en el formato novelita que casi al mismo tiempo encumbra a Ediciones Vértice y los superhéroes.

Brevemente, desde la nueva editorial Pala, filial de Planeta, Luis Gasca contraatacaría con bellos tomos más al estilo Dargaud, genéricamente conocidos como Noveno Arte, con las historietas de Drago el Gaucho, de Burne Hogarth; Mandrake, de Lee Falk y Phil Davis; Jungle Jim, de Alex Raymond, o la presentación en España a todo color de Corto Maltese, sin olvidar la recuperación de un clásico del tebeo español como El capitán Misterio de Emilio Freixas. Otra colección gemela y paralela, Años de oro, introduciría Los Guerrilleros, la obra que Jesús Blasco realizara para Bélgica (1), y recuperaría El gato Félix y Macaco.

La nostalgia y el acercamiento de un público adulto a los comics genera la aparición de fanzines y revistas especializadas, entre los que destaca Bang!, dirigida en Barcelona por Antonio Martín y que congrega a su alrededor a un notable grupo de intelectuales y estudiosos y se mueve a caballo entre la recuperación de clásicos del tebeo español de posguerra y la presentación de novedades, con especial atención al material europeo y al seguimiento de la presencia española más allá de nuestras fronteras, con cierto desprecio hacia el comic contemporáneo norteamericano. Menos atractivo en su formato, pero más asequible en su contenido, es Comics Camp, Comics In, fanzine dirigido en Madrid por Mariano Ayuso y que presta su principal énfasis en el comic clásico americano y da cumplida noticia de cuanto se edita sobre el mismo en Europa, sin desdeñar reseñas de títulos más modernos o la crítica severa, cuando las ediciones en España dejan que desear. También por estas fechas se crea el Club DHIN, que alberga a dibujantes en un movimiento de concienciación solidaria, o el Club de Amigos de la Historieta, reservado a los aficionados, y la Semana del Cine Infantil de Gijón dedica jornadas al comic, inicio de lo que después sería Semana propia.

La nostalgia, que en el cine viene de la mano de la moda retro comercializada por El Gran Gatsby, se potencia con la reedición en 1972, siguiendo la moda iniciada por Trueno Color y Jabato Color, de El Guerrero del Antifaz, también en este caso con evidentes manipulaciones y amputaciones tanto en lo gráfico como en lo literario, formando un subproducto desfasado en el tiempo, con un colorido chillón que los aficionados han bautizado como "color Carioca", en alusión a los rotuladores escolares. Editora Valenciana continuaría el camino de las reediciones con Purk, el hombre de Piedra (1974, reedición de material de 1949). En bicolor, poco más tarde aparecería El Pequeño Luchador (en 1978 sobre material de 1945), también del prolífico Manuel Gago, y con el mismo color estridente se procedería en 1976 al inoportuno rescate de Roberto Alcázar y Pedrín, de Eduardo Vañó, el más longevo cuaderno de aventuras español, uno de los misterios de supervivencia inexplicables dentro de un panorama tan árido como el nuestro, y por último Yuki el temerario (1976, material original de 1958), en sencillo blanco y negro, un título claramente menor cuya revisitación resulta inexplicable.

El delirio nostálgico llega a extremos de publicar, en el feo formato de novelita gráfica popularizado por Ediciones Vértice, series como Rock Vanguard, Aventuras del FBI o Mendoza Colt, de interés discutible.

La nostalgia o las ganas de desquitarse de ella son, en el fondo, lo que permite el boom del comic en España a partir de 1977, habida cuenta de que gran parte de lo que entonces se publica no es sino la recuperación de una ingente cantidad de material que ha quedado inédito por culpa de las restricciones del franquismo, y lo que se pretende en el mundo del comic, como en el de la cultura y el de la política, es ponerse al día.

Pero no adelantemos acontecimientos. El revival impulsado por Buru Lan y seguido como buenamente se puede por otras empresas cae cortado de raíz con la crisis del petróleo de 1973. Los precios se disparan. Las restricciones se ceban en la economía española. El comic vuelve a la casilla de salida, y por el momento no parece que se pueda partir otra vez de cero.


NOTAS

(1) Entre los títulos previstos por Pala se contaban Agente Secreto X-9, Red Rider, Radio Patrulla, Li´l Abner, Tim Tyler y una nueva entrega de Mandrake ("Dimensión X"). Todo quedó en suspenso con la desaparición de la empresa.

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Comentarios

1
De: J Fecha: 2006-09-13 13:45

Ays rafa, me quedé sin opinar en el post anterior, borra este comentario si quieres aunque no se trataba del tema en general sino de una duda lingüistica: cuando la madre responde a la niña en catalán has usado 2 palabras distintas: example y exemple. ¿es un juego de palabras o se te ha ido el dedo?

Por cierto, grande Alex Raymond.



2
De: RM Fecha: 2006-09-13 13:59

Teniendo en cuenta que no sé catalán, no puedo responder.



3
De: Peter Knife Fecha: 2006-09-13 17:54

Recuerdo el primer tomo de El Principe Valiente de Buru Lan, herencia de un primo que, según mi tia, "ya es muy mayor pa tebeos", junto con un centenar de numeros de El Guerrero del Antifaz (que no le vi la gracia con diez años ni se la veo ahora). Pero, ay, se esfumó.

Supongo que debe estar en el cielo de los tebeos, junto con los numeros de la Patrulla-X de Surco y los dos primeros albumes de Gastón el Gafe que editó Grijalbo, que son los otros desaparecidos en combate más añorados de mi vida comiquera.



4
De: Melkart Fecha: 2006-09-13 19:07

Pues es el artículo que más me ha gustado (de los de historia del cómic en España), no sé si porque enumeras menos y te explayas más o porque me coge más cercano en el tiempo, y ya me suenan nombres como Gasca y Martín, y publicaciones como Buru Lan y fanzines como Bang!



5
De: e-zine calabria164 Fecha: 2006-09-24 23:20

Hola, me llamo Luciana y te escribo desde la redacción de e-zine calabria164 (www.calabria164.com), es una e-zine que se publica desde Barcelona. Estuve recorriendo tu página web y quería ver si te gustaría publicar algunos de tus trabajos en nuestra newsletter. Nosotros tenemos un espacio cultural dedicado al arte además de la news, y estamos buscando colaboradores que nos gusten para nuestra próxima edición que tiene como tema central: “natural”.
Bueno, espero tu mail.
Un saludo y muy buen trabajo.
Luciana
Calabria164@gmail.com



6
De: javier Fecha: 2007-02-14 07:08

Mi opinion es yuki el temerario no es una obra menor, yo la tengo un grato recuerdo, y de las multiples colecciones ke tiene mi tio las cuales leia con devocion d pekeño,ahora 31, es junto al corsario de hierro es d las ke mas me agardaron e hicieron disfrutar y a las cuales debe mis inicios en la lectura de libros y comics. Un saludo



7
De: lucas Fecha: 2007-07-24 17:12

No hay que sonrojarse por decir que hubo muy buen cómic en las Españas antes del 75. Buru Lan es muy buen ejemplo. La revista Trinca también. Lo lamento, pero la historia es la historia.



8
De: ARTUR ALDOMÀ PUIG Fecha: 2013-04-18 11:36

Como antigüo dibujante de Historietas (Comic), me gustaría saber como puedo recuperar un libro editado por Editorial PALA, de Luis Gasca, titulado "ENCICLOPEDIA JUVENIL PALA" donde colaboré yo, ilustrandola,entre otros dibujos, con una historia "Artur Robinson". Muchas gracias !! Artur A.P.