O proselitismo, no sé. Apóstoles de un credo viejo que suena siempre a nuevo: la literatura fantástica, la ciencia ficción, lo que nos gusta, no es inferior, ni malo, ni tonto, y sólo hace falta darle una oportunidad, como a la paz, que decía Lennon (aunque tampoco nadie le hiciera puñetero caso).
Hemos pasado tres días en el paraíso, o sea, en el hotel Guadacorte de Los Barrios, y por las mañanas prácticamente en el cielo, o sea, en los cursos de verano en San Roque. Julián Díez, Juanma Santiago, Juan Miguel Aguilera, Luis G. Prado, Joaquín Revuelta y yo. Hablando, lo saben ustedes, del fantástico en sus distintas acepciones, ante un público reducido pero interesado (da gusto ver cómo toman nota de todo cuanto dices y apuntan títulos) que no venía lastrado por concepciones ni preconcepciones (es decir, no era experto, sino núbil). Y luego, durante las largas sobremesas de la tarde y hasta la madrugada, ya los ponentes solos, en el hotel que invitaba al silencio, la reflexión, el relax total (y, sí, a escribir, como si fuéramos autores rusos en un balneario perdido allá en Ucrania).
No hemos escrito, claro (no había tiempo), pero hemos conversado largo y tendido, sobre lo que queremos o podemos escribir, sobre lo que hemos escrito y otros están escribiendo, sobre el mundillo editorial, sobre los aficionados, sobre otros escritores que son nuestros amigos. Mientras estábamos, insisto, en la gloria, y hasta hubo quien se dio su sauna y su baño turco y sus inmersiones en la piscina azul. De lujo, ya les digo.
Muchos proyectos, mucha inseguridad también ante alguno de esos proyectos, incredulidad y al mismo tiempo esperanza en el futuro. Como casi siempre, ya saben ustedes, pero en otro entorno, un editor, tres escritores, dos críticos. Un pasito más en otra forma de hacer las cosas que complemente las cosas que se hacen de otra forma.
Ayer por la tarde nos tocó volver a la cruda realidad, esta que tengo ahora delante de las teclas. Pero nos queda la ilusión de volver con otro cursillo nuevo el año que viene, dedicado al cine fantástico. A ver si lo logramos...
En la página de Joaquín Revuelta, por cierto, habrá colgada alguna foto del evento. Incluyendo una instantánea inaudita e inédita mía, posando cual friki feliz con una camiseta negra de la Legión del Espacio que me regaló en la Semana Negra Alfredo Alamo.
Pasito a pasito, esto se mueve.
Comentarios (14)
Categorías: Ciencia ficcion y fantasia