He perdido un manojo de llaves. Es decir, no sé dónde lo he puesto o dónde lo he dejado. Cinco o seis llaves, de las cuales sólo una o dos tenían uso conocido. Las otras, como en tantos manojos de llaves, eran atavismos de cerraduras cambiadas, de armarios reventados, de puertas inservibles.
Lo siento no por las llaves, claro, sino por el llavero, un cascado disco de metal con las estrellas de la República Galáctica y un escudo rojo casi invisible ya. Las llaves se sustituyen, el llavero no va a poder ser.
En fin, si algún arqueólogo futuro lo encuentra en una de esas excavaciones venideras, que lo trate como si fuera mío. Gracias.
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