Por si no tenían ustedes claro que aquí la cosa no es cuestión de programas, ni de ideologías, ni de intentar hacer las cosas bien por encima de lo que digan los mandamases de las filas ordenadas y prietas sino las ganas de mantener el chiringuito propio (son una "clase", no lo olvidemos), por si tenían ustedes dudas de que la vida política se nos ha futbolizado a pasos vergonzosos (soy de mi equipo y mis colores y los otros jamás de los jamases ganarán ni tendrán razón ni recibirán un halago por su juego), ahora resulta que va doña Espe, o sea, la en puertas, y dice que los madrileños todos se merecen un sitio digno desde donde ver el fútbol borrachuzos en las calles, y que va a instalar una pantalla gigante en la Puerta del Sol, con o sin musiquilla de Mecano, para que la gente vea, eso, el fútbol así con alarde torero, banderas y sujetadores y maquillaje cantoso y venga que no falte alcohol y alegría.
Peeeeero, ecolicuá, ojo, no se me vayan ustedes a confundir, que todavía hay clase y estilo, señoras y señores y madrileños y madrileñas: que si la marabunta similar que se junta en la Plaza de Colón lo hace viendo Cuatro (o sea, el horror, el error), ellos nanai de Shangai (que rima más que nanai de la China, oigan), y que lo que se va a ver allí como Dios (o sea, la Espe) manda, es la Sexta.
O sea, la visión futbolera de la vida y del futbol y de la tele una vez más, las dos Españas divididas para ver a los millonarios despeinados y desafeitados de España correr detrás de una pelota.
Si es que quien no arrima el ascua a su sardina...
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