LA LEYENDA DEL NAVEGANTE
Hoy mismo sale a la venta La leyenda del Navegante, el libro de fantasía renacentista donde fabulé Crisei, la isla dueña del Mar de las Espadas. Se publicó por primera vez, lo sabrán ustedes, hace catorce años, en tres tomos por aquello de su grosor, con lo cual se perdió la idea de unidad temática de la historia y se consideró, falsamente, una trilogía. Ahora, por fin, me salgo con la mía y aparece, publicada por Minotauro, como el libro unitario que siempre quise que fuera. Seiscientas páginas, casi nada. Ya hablaremos más adelante de la novela, si ustedes quieren. Ahora quería invitarlos a una pequeña preview: capítulo 10, donde hay parte de teaser y parte de juego escénico. Era lo de menos, me parece: Crisei vuelve a casa

Poco después de la media tarde, aquel mismo día, a pesar del cansancio tras tantas jornadas de celebración, no había ningún habitante de Crisei, nativo o viajero, que quisiera permanecer encerrado en casa. Al contrario, la inmediatez de la ceremonia última y el conocimiento de que al cabo de treinta y pocas horas la vida volvería a encauzarse en su monótono rumbo espoleaban a la gente a la diversión y el desagravio. No fuimos nosotros la excepción. Haciendo oídos sordos a la necesidad de descanso, Tenhar, Nailee Turan, Salther y yo nos abrimos hueco hasta las plazas, allá donde anidaba el bullicio que es el alma y coraza de la fiesta. Recorríamos los mercadillos curioseando por los tenderetes, aplaudiendo las gracias a los cómicos, y regateábamos en broma con la oscura gente el precio de unas antiguallas cuando un palanquín, salido de entre la turba, nos cortó el paso. Nailee y yo, atentas al charloteo de unos chiquillos, no prestamos importancia al ocupante, y Tenhar se acicalaba el mentón más pendiente de las ancas de una bailarina medio mirca, pero Salther, curioso y falto de decoro, con gran descaro, se atrevió a echar una ojeada.

–¿Habéis visto eso? –preguntó, reclamando nuestra atención. Parecía sorprendido–. ¿Qué extraña dama viaja en esa silla?

–¿Tiene cuatro brazos o alguna otra cosa de especial?

–No, nada tan espectacular como eso, niña Yse. Pero iba tan inmóvil, tan estirada, que pensé que era un ídolo o una estatua. Y juraría que llevaba el rostro cubierto con una de esas máscaras de mithril que vosotras usáis en el combate.

–¿Una mujer con máscara? ¿El pelo muy negro? –preguntó Tenhar, olvidando a su bailarina. Salther asintió–. Entonces debe ser Dulcamara, la profetisa. La he visto un par de veces en Aiguablava. Es ciega, pero capaz, según dicen, de ver el futuro.

–Una adivina, ¿eh? –dijo Salther, escéptico–. ¿Y qué puede hacer semejante elemento en Crisei?

–Intrigar, supongo. Esa mujer quizá conozca el futuro, pero es seguro que vive en el presente. No sé, es posible que venga a revelarle su destino a algún comerciante en vías de alguna extraña transacción. No te rías: tampoco sería la primera vez. Con la cantidad de gente que hay en estos días por la isla, calcula, cualquier suposición es posible. Para mí que viene a presentar informes a algún naviero o algún embajador. Comunica el resultado de su tela de espionaje, cobra su sueldo, acepta una nueva misión y desaparece sin dejar rastro. Debe cobrar muy caro, eso desde luego. Y no vayas a creer que su trabajo es algo fuera de lo común. Cientos de agentes secretos al servicio de los más insospechados intereses propios y ajenos estarán en este momento soltando la lengua y alargando la mano. Claro que ninguno hay tan eficiente como ella, ni tan pintoresco.

–Tengo una idea. Vamos a seguirla y así descubriremos la personalidad de su contacto.

Divertidos con la propuesta, quizá creyendo en nuestro fuero interno que podríamos salvar a la república de las garras de una conjura entre naciones (aunque yo sabía bien que la Dama Dulcamara, si aquella mujer era en efecto ella, solía operar para nosotros), fuimos detrás del palanquín con bien mantenido disimulo. Por dos o tres veces casi lo perdimos de vista en el jolgorio y la multitud, pero siempre aparecía, pasados unos minutos, más allá de nuestro alcance, abriéndose camino inexorable, recto en su rumbo. Finalmente, tras subir una cuesta, nos dimos de bruces con una calle solitaria y sin salida.

–Bueno, nos hemos vuelto a despistar –se quejaba Nailee–. ¿Y ahora que hacemos? ¿Regresar por donde hemos venido?

–Estoy seguro de que continuó por este callejón –tartajeó Tenhar–. Lo vi subir.

–¿A qué viene esa sorpresa? Creo que no hace falta ser demasiado inteligente para darse cuenta de que, puesto que no existe más camino, habrá entrado en una de estas puertas.

Como haciendo eco a mis palabras, el portón a nuestra derecha se descerrojó en ese justo instante, y un criado ojeroso, vestido a la usanza de los siervos de Erliadé, arrugado y marchito, apareció en el umbral. Tomados de improviso, los cuatro nos agrupamos inconscientemente, como moscas a punto de ser absorbidas por la araña.

–Mi señora Dulcamara –susurró el hombrecillo, martirizando el idioma con su acento horrible–, os suplica el honor de ser recibidos en su casa.

No sonaba como invitación aquella sonrisa desprovista de dientes, sino como amenaza. Bajo la luz ardiente de la Dama Gelde, la carne ajada del criado parecía un pergamino. En cuanto a nosotros, ¿qué otra cosa podíamos hacer, atrapados en aquel callejón sin salida, en mitad de ninguna parte? Acatamos la orden, aun a sabiendas de la imprudencia de tal acto. Pisando el suelo con cuidado detrás del arrastrar de pasos del criado, alcanzamos un saloncito rectangular y cómodo, acogedor si bien adornado un tanto extrañamente, en el que, al socaire de un ventanal por donde se filtraba la luz color de uva madura de la tarde, flanqueada por cuatro candelabros que crepitaban sin apenas llama, recostada en un diván, nos esperaba la mujer llamada Dulcamara.

Nunca antes la había visto, pero nada más mirarla supe que era ella. La Dama Dulcamara, la designada por los dioses, la gallina ciega. Su cuerpo parecía bien formado, como el de una cortesana joven, pero en aquella postura y con semejante iluminación, cualquier palo de escoba lo habría parecido igualmente. Una elegante túnica ambarina, el color de los videntes, se le adaptaba a la piel cual una costra líquida. Tenía el pelo muy negro, sí, y el óvalo de la cara se hallaba en efecto cubierto por una máscara de mithril. No hallé tallados en ella los rasgos delicados que adornan otras máscaras, y comprendiendo que la mujer era de verdad ciega no me extrañé de la frialdad que comunicaba su diseño por la carencia de aberturas para los ojos en la tez de buenaplata. Sin embargo, tampoco las había, estoy segura, para facilitar la respiración; ni la más mínima ranura a la altura de la boca. La careta era única, monocroma, distante y majestuosa, sin edad. Como la mujer misma.

–Bienvenido a mi casa, Salther de Centule, muchachito impaciente. Te esperaba.

A pesar de lo que he escrito, la voz sonó clara, sin que la ahogara la existencia de la máscara. Nada más oírla hablar, supimos que la Dama Dulcamara nos ignoraba a los otros tres deliberadamente. Salther, el foco de sus palabras, dio al frente un paso sorprendido, cauto, casi asustado, y la miró de abajo a arriba como pretendiendo descubrir el truco oculto. Nailee y Tenhar permanecieron quietos detrás. Yo me acerqué. Dulcamara volvió a hablar, respondiendo preguntas a las que nadie había demandado respuestas.

–¿Qué buscas de mí, destructor de leyendas, que tú ya no sepas, que tú no supongas? ¿Tu futuro? ¿Tu destino? Un río en perpetuo tránsito el futuro es –hizo fluctuar la mano en un gesto que interpreté como el equivalente de un encoger de hombros–. Algunas acciones cambian. Otras muchas sucederán y nadie podrá nunca impedir su desenlace. ¿Qué deseas conocer? ¿Lo mismo que todos? ¿La fecha de tu muerte? –Salther palideció, pero no la contradijo–. Ay, insensato. Desde el justo momento de mi nacimiento el día de mi propia muerte yo he sabido, y te aseguro que no es agradable simplificar la vida a sólo una resta. No, no voy a decirte cuándo tu muerte será. ¿Gano algo a cambio de hacerte sufrir? Nada gano tampoco con callarlo. Más pronto de lo que esperas a ti vendrá tu muerte de héroe, me temo. A todos les ocurre: siempre es demasiado pronto. Tú no eres especial. A ti te aguarda al norte, Navegante, y pronto.

–¿Sólo ves muerte en mi destino, cruel señora? ¿Ninguna alegría? ¿Ninguna otra tristeza?

–Hay más. Siempre hay más, Salther Ladane. ¿Pero para qué adelantarlo? ¿Por qué no lo bebes a sorbos cuando todo venga? Deja que la arena caiga.

–Soy impaciente. Lo sabes. Lo has dicho –Salther no se excusaba ni se defendía: constataba un hecho. La Dama Dulcamara, por detrás de la máscara, sonrió. No me preguntéis bajo qué lógica puedo decir esto. No tengo explicación. Estoy segura.

–¿Y qué prefieres conocer? ¿Las penas o las alegrías?

–¿Es que hay acaso pena peor que la misma muerte? Dime sólo cosas bellas. Tiempo tendré, o eso espero, de enfrentarme a lo malo y ocasión para vencerlo.

La dama ciega alargó un mano, tanteando, hasta tocar los párpados de Salther. Se los cerró. Los cinco dedos, agitándose delante de su frente, semejaron una araña incolora que trepase por el rostro hasta el nacimiento del cabello. Imposible calcular la edad de Dulcamara por su cuerpo, sus facciones o su voz, quise descubrir su vejez en la atrofia de las manos. Pero los dedos eran largos, neutros, coralinos. Miré las palmas y comprobé con temor creciente que no había líneas marcadas en ellas. Eran tan lisas y blancas como el papel en que esto escribo. Las manos de un maniquí de cera.

–Cuéntame, tocada por los dioses –Salther abrió un ojo. La pupila azul centelleó contra la transparente mano–araña–. ¿Qué dirán los demás de mí?

–¿De ti? ¿Qué pueden los fatuos decir de ti que no digan ya? ¿Y por qué conclusión piensas que lo que los otros digan va a ser bueno? La fama buscas, ¿no es así? No te preocupes, pues. Serás famoso. El problema es diferente. Serás famoso y nadie te conocerá. Ya has hallado la mar y la cadena que te profetizaron en la cuna. Tienes aquí tu casa. Mira en derredor y comprende que cuando el destino queda revelado a los mortales tiene finalmente que cumplirse. Pero quieres saber más. Siempre quieres saber más. Destruirás leyendas, y sobre sus ruinas edificarás tu propio nombre. Conducirás ejércitos. Lágrimas brotarán a tu camino, pero rehusarás verter tu misma sangre. En la tierra y por el mar darás bebida al filo de tu acero. Tu muerte, sin embargo, pertenece al aire. ¿Y quién podrá robarte la sonrisa si incluso ahora, de tanto miedo, estás tratando de dibujar una? Pocas acciones tuyas tomarás en serio. Ningún valor concederás a lo que te cueste nulo esfuerzo. Veo alegrías, sí. Veo tu orgullo. Y tu nobleza –giró hacia mí la máscara sin ojos. El corazón me dio un vuelco–. Domestícalo bien, hija. ¿Quieres conocer más? ¿La copa de tu curiosidad no está aún saciada? Por lo que una vez hiciste –a ninguno se nos escapó el cambio del tiempo verbal empleado–, quedó configurada la actual estructura del planeta. Tras la flecha disparada por tu arco, magos más poderosos de mirada sana están más ciegos que yo, pues no permanece en la naturaleza el material que se les niega. Dos veces al menos te veo morir. Ayer y mañana. Siempre confluyendo en ti lo pasado y lo por venir. ¡Qué poco disfrutas del presente! ¡Hay tantas cosas que hacer y nos queda siempre tan poco tiempo!

La mano-araña se separó de la frente. Continuando el mismo movimiento en jeme, bañada por la luz de ámbar, me señaló con un índice largo y blanco.

–Tú lo llorarás –me buscó, dispuesta a destejer mi destino de mi rostro, pero eché la cara atrás. No quería saber nada. La mano–araña, como frustrada, se replegó contra la palma–vientre–. Lo llorarás, pero eres fuerte. Tú, que vas a ser un doble latido en todo lo que él haga, querrás mejor permanecer a un lado. Edúcalo bien. Enséñale a crecer en una dimensión que le calce. Encúbrelo. Y cuenta luego a los demás que, aunque pretendió la vida entera hacerse un héroe, una vez hubo conseguido la muerte le gustó más ser un hombre.

Dando término al encuentro, la profetisa se reclinó de nuevo en el diván. Otra vez adoptó su posición de estatua, como si jamás hubiera corrido vida por el hueco de sus venas. En unos segundos, la habitación se ensombreció hasta tal punto que creímos que se había hecho de noche. Presurosos, sin volver la vista atrás, salimos de la estancia, de la casa. Afuera, todavía brillaba el sol. La tarde se deslizaba ajena al horror abierto a nuestros ojos. Ninguno de los cuatro lo hizo notar, pero el aspecto de la calleja no era el mismo. Ni siquiera se parecía al lugar por el que entramos. Olía a canela. Deseando marcharnos cuanto antes de aquel sitio, bajamos corriendo la calle, y antes de lo que se tarda en contarlo desembocamos a una plazuela, al bullicio, la alegría, la ignorancia. Un grupo de danzarines reconoció a Salther como el protagonista del torneo de la mañana, y un corro de seda y maquillaje se nos formó delante del camino. Le sacaron a bailar. Paladeando la existencia y el momento, queriendo olvidar lo sucedido, lejos del mañana, Salther danzó. Esa idiota de Nailee Turan, asustada todavía, pretendiendo acapararle, en busca de un reflejo de su gloria, se ciñó a él. Vi que hacían buena pareja. Salther, atento a los pasos, a su público, no me miró. Nailee giraba. Sus ojos eran una invitación constante. Nerviosa, confundida en el ritmo de la flauta y el tambor, mareada por el aroma de la luz de ámbar, angustiada del futuro que amargo y dulce se nos pintaba, temerosa de que la profecía de la Dama Dulcamara se cumpliera, decidida a impedirla, queriendo que la parte que a Salther me ataba fuera cierta, pude apenas contener el vértigo. Un estúpido temblor me subió a los labios. Fue así como supe que estaba en efecto enamorada de él, y que los celos en mí hallaban cultivo fácil a través del estómago.

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Comentarios

1
De: WWfan! Fecha: 2006-01-12 12:00

Si esa es la prota me compro el libro YA!



2
De: RM Fecha: 2006-01-12 12:23

La prota es rubia y está más buena :)



3
De: WWfan! Fecha: 2006-01-12 13:08

Eso, eso es lo que quiero dibujar!!!.



4
De: Jesús Yugo Fecha: 2006-01-12 15:06

Pues ánimo, el referente que Rafa tiene en mente es Hal Foster.



5
De: John Space Fecha: 2006-01-12 16:06

Creo que conozco la web de donde sacaste la foto...



6
De: WWfan! Fecha: 2006-01-12 16:10

¿Hal Foster?.
No me suena
¿Ese hombre ha dibujado a Lobezno alguna vez?.



7
De: WWfan! Fecha: 2006-01-12 17:26

>>>Creo que conozco la web de donde sacaste la foto...

¿Y a qué esperas?.



8
De: RM Fecha: 2006-01-12 17:31

Ojito que yo puse en google "mujer pirata" y salió esta, ¿eh? :P



9
De: Fhin Siete Sables Fecha: 2006-01-12 17:53

¿Una página de mujeres pirata? ¡caramba! ¿Saben usar el sable? En el "Nonsurrender" estamos planeando un abordaje...
Por cierto Sr. Marin, si no recuerdo mal, el Sr. Gala le invitó a formar parte de un "meme" que circula por la bloggosfera, animese y recoja el guante (si dispone de tiempo) puede ser un buen antiestress para lo que está por venir, o en su defecto, una buena manera de desquitarse... ;).

Un saludo,

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10
De: RM Fecha: 2006-01-12 17:56

Es que... ESTE post es a la vez el meme: está hablando del destino. ¿Se cumple o no se cumple?

La respuesta, en la novela :)



11
De: Fhinn Siete Sables Fecha: 2006-01-12 18:56

XD...Es usted... (con su permiso)... ¡un truhan!. Pero entonces, la reedición de su novela, antes triología,...uhmmm...¿Tambien es meme de la anterior?...Javi G., please, aclaralo porque yo me pierdo... pero no haga trampas, el meme que circula por la red estaba basado en un supuesto original de otro autor...claro que...la muerte anunciada, la ciega,... En cualquier caso, menuda picardía eso de dejarnos con la incognita ;), y con respecto al meme, no menos picardía es la de participar sin "participar" (no se tome a mal el comentario, se que el post que ha escrito habla de su novela y que estoy saliendo del tema con lo del meme, pero es para animarle a escribirlo sin sutilezas ;)), Celebro que hallan publicado su historia tal y como usted la quería. Veremos si puedo leer el final velado.

Un saludo Sr. Marin y compañía.

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12
De: RM Fecha: 2006-01-12 19:00

En cuanto pueda, me pongo con el meme, hombre, descuida :)



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De: John Space Fecha: 2006-01-12 19:05

Je, pues a mí me ha salido Keira Knightley. Con el filtro desactivado, claro.



14
De: RM Fecha: 2006-01-12 19:38

La verdad es que Yse, la co-protagonista del libro, es más parecida a esta señorita:

http://www.comicartfans.com/GalleryPiece.asp?Order=Date&Piece=38594&GSub=5203&GCat=0&UCat=0



15
De: Juaki Fecha: 2006-01-12 20:08

Visitado el link anterior... Joé, Rafa, preséntame a Yse por lo que tú más quieras, aunque sólo sea pa verla :))



16
De: RM Fecha: 2006-01-12 20:15

Tú no te lo vas a creer, Juaki, pero existe. Año 77-78, playa Victoria. P-r-e-c-i-o-s-a.

Tuvo el mal gusto de echarse novio allí delante mía, la hijalagranputa.




17
De: John Space Fecha: 2006-01-12 20:36

¿No le pasó algo parecido a Frank Cho con la chica que inspiró Brandy?



18
De: Juaki Fecha: 2006-01-12 21:46

Ostias! Eso sí que es una putada, y de las gordas. Encima, en la playa. Si es que ya no hay educación ni respeto por los demás ni na de na...



19
De: Fhin Siete Sables Fecha: 2006-01-12 22:24

:D Sr. Marin... (El pirata Fhinn hace una reverencia con el sombrero en la mano)...Le tomo la palabra, y por adelantado (incorporandose),gracias. Quizá esté de más decir que se tome el tiempo que considere necesario, pero leyendo el post anterior entiendo perfectamente que este no sea el momento indicado. Todo se andará. :).

Un cordial saludo,

Fhinn Siete Sables.

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20
De: santi Fecha: 2006-01-13 00:09

Aunque hace diez años que la leí, ¡qué gran novela, Rafa, creo que tal vez la mejor de las tuyas, aunque desconozco juglar y Chaplin.La mezcla de imaginación y recreación de ambientes,la construcción de unos personajes vívidos,carnales, encantadores(nunca hubo una mujer más inteligente,irónica y osada en la literatura fantastica como Ysemeden, mezcla de Maureen O´Hara Y Kate Hepburn,y pocos heroes, como Salther,aunan el infantil coraje de Burt Lancaster, el arrojo y la ironía de Flynn, la melancolía de Gary Cooper.El héroe, el destino y el hombre se engarzan en una trama alambicada,conducida por una prosa vibrante, precisa,divertida y poética, es decir melancólica. Los tempos narrativos son manejados a tu antojo, acelerando y frenando según las necesidades de los relatos, a ratos cuentos cortos, a ratos narración larga. y una sutileza en la voz narrativa que en Génave coronaba la obra. Después de tanto jabón merecido, decirte que la parte de Eressea me pareció demasiado larga y un pelín aburrida. Yo quería volver a esos mares venecianos. Por cierto, el fragmento que has puesto no ha sido al azar , no. Felicidades por la reedición



21
De: Vicente73 Fecha: 2006-01-13 13:06

Pues a mi la parte que más me gustoó fue precisamente la de Eressea, fíjate. Aunque coincido con todo lo demás de Santi.



22
De: Jesús Yugo Fecha: 2006-01-13 15:06

Ya tengo la novela, me ha llegado esta mañana.



23
De: INX Fecha: 2006-01-13 17:19

"Cisei vuelve a casa"
BIENVENIDA!!



24
De: RM Fecha: 2006-01-13 17:32

Me acaba de llegar a mí también. Pedazo de tocho, pero fíjate tú, me da que ahora se lee mejor y se va a entender mejor. Queda un libro muy bonito.

Y con un mapa muy resultón. Gracias, Jesús.



25
De: RM Fecha: 2006-01-14 11:13

Hablando de Maureen O´Hara y mujeres pirata:

http://www.comicartfans.com/GalleryPiece.asp?Page=1&Order=Date&Piece=101933&GSub=15033&GCat=0&UCat=0



26
De: Fernando Fecha: 2006-01-14 20:48

Felicitaciones, y ojala Minotaura la traiga por estos lejanos parajes (Chile). La de Chaplin, todavia la estoy esperando..



27
De: RM Fecha: 2006-01-14 20:58

¿Y no puedes intentar pedirlas a La casa del libro o a ver si están en amazon?



28
De: RM Fecha: 2006-01-14 21:04

Acabo de mirar, y el Chaplin sí se puede pedir vía Amazon... qué cosas.



29
De: Azazel Fecha: 2006-01-15 11:15

Ayer llego a mia manos...casi toda la noche en vela devorando sus paginas...hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto...gracias señor Marin.



30
De: RM Fecha: 2006-01-15 11:19

Hombre, muchas gracias :)))



31
De: V. Fecha: 2006-01-15 11:34

Ya tengo yo ganas de hincarle el diente, ya. Que la trilogía en vieja la tengo aburrida en los estantes porque el autor me dijo que esperase a la reedición.
Mañana me la compro, mira.



32
De: RM Fecha: 2006-01-15 11:57

Es que son dos libros distintos, oye. En la edición anterior, entre el cuerpo de letra que no invitaba a la lectura, los capítulos más largos (ahora los he dividido y queda mejor) y la división artificial en tres, se lee de otra manera.

Ahora está tal como yo quería que estuviera en un principio. Tendrá momentos mejores y momentos peores, pero no se podrá decir "el primer libro es mejor que el segundo" o "el segundo es mejor que el tercero". Es un mismo libro, una novela-río (o una novela-mar), y así es como hay que verlo.



33
De: Felipe Fecha: 2006-01-16 10:26

Comprada el sábado en la fnac.
A ver cuándo saco tiempo y la leo.

Enhorabuena por la edición.



34
De: Ignotus Fecha: 2006-01-16 17:32

Le haremos un lugar en la pila...



35
De: francisco (ollonois) Fecha: 2006-01-16 19:54

creo que esta leona que sale al principio del articulo es una de las protagonistas de Melrose Place...



36
De: Anónimo Fecha: 2006-01-17 12:40

"Tuvo el mal gusto de echarse novio allí delante mía,"

Disculpa la pedantería, pero yo cambiaría esa expresión por "delante de mí"



37
De: RM Fecha: 2006-01-17 13:49

Pedante anónimo, ¿tú hablas gaditano?
Po ezo, picha. Contrimá me diga que está mal dicho, mejó dicho está en Cadi.



38
De: V. Fecha: 2006-01-17 18:33

XDD



39
De: RM Fecha: 2006-01-17 18:36

Y conste que he sido condescendiente y he escrito "hablas" y no "endiquelas" no "chamullas".

Nuff Said.



40
De: V. Fecha: 2006-01-17 18:41

A mí lo que ha llegado al alma es lo del "Contrimá". Qué arte, jozú, qué arte...



41
De: Anónimo Fecha: 2006-01-24 12:28

Pues vale.



42
De: Anónimo Fecha: 2006-01-24 12:35

Supongo que todo error ortográfico o gramatical tiene su excusa provinciana. Cada malformación del lenguaje escrito corresponde a un dialecto oral. Es típico, en lugar de aceptar los propios errores, el justificarnos con el manto de la geografía. Me pasa hasta a mí. Así nos va.

Por cierto, soy Antonio.



43
De: RM Fecha: 2006-01-24 13:48

No, no tiene nada que ver con la geografía: uno admite tácitamente que al escribir un comentario está "hablando", no escribiendo. Y de todas formas no veo qué carajo de error pueda haber en decir "delante mía", si se entiende. Y una de las primeras cosas que te enseñan en lingüística es que si se entiende está bien dicho.

Que no todo va a ser escuchar a Carod, o a Anasagasti, o a Delibes o a García Márquez. Los andaluces hablan como quieren y, cuando escriben como hablan, lo hacen como les da la gana.



44
De: Anónimo Fecha: 2006-02-01 13:39

Vale, no entro en la discusión, pero que conste que esa justificación es un comodín válido para absolutamente toda malformación del lenguaje. Es decir, que debe de ser usted del tipo de profesores que no tienen en cuenta las faltas ortográficas de los alumnos, y que les parece bien que empleen el dialecto que usan en el chat y en el móvil, porque claro, si se entiende...

Lo cual no es malo, ojo. Supongo que son puntos de vista. El mío es que, si somos condescendientes del lenguaje lo echaremos tarde o temprano a perder. Porque, ¿dónde está el límite de "lo que se entiende y lo que no"?

En fin, un saludo.



45
De: RM Fecha: 2006-02-01 13:56

I´m afraid your preconceptions cloud your reasoning, my man. I teach English, so my pupils have no chance to write as they usually do when they communicate through the new media. They made many spelling mistakes, typos and the lot, but not in Spanish.

Sorry, but no cigar. Try again.



46
De: Antonio Fecha: 2006-02-08 01:10

¿No era usted también profesor de literatura universal?

En cualquier caso, si hipotéticamente lo fuera, pasaría de cualquier error de sus alumnos mientras "se entienda" lo que escriben. O, si cometen errores léxicos o sintácticos en inglés, mientras "se entienda", le resultará suficiente. Mi pregunta hace irrelevante el que actúe en hecho o en potencia.

No sé, si permitimos ciertas libertades en el lenguaje, si nos movemos en la cuerda floja, en ese límite entre la comprensión y el reglamento, tal vez nos echemos las manos a la cabeza cuando un mal pasito nos lleve hacia la zona equivocada.

De todas formas, esto es una discusión tonta. Una discusión tonta que he comenzado yo. Tan sólo pretendía advertirle de un error fácilmente corregible con esto de las nuevas tecnologías, en absoluto resultar pretencioso. Si le ha molestado algunas de mis palabras, pido perdón y lo lamento.

Un saludo.



47
De: Jangel Fecha: 2006-05-25 13:12

¿Así es la "prota"? He visto la imagen en Comic Art Fans y ¡vaya, vaya!

Estoy leyendo la edición de Minotauro (por cierto, desconocía que este volumen reunía la historia completa, de lo cual me alegro). Este Salther Ladane es un temerario al que algunas cosas salen bien y otras no tanto, je, je. El episodio de la Torre es lo que más me ha gustado hasta el momento.

Debo añadir, no obstante, que el relato "Mundo de dioses", galardonado con el premio UPC, me fascinó más, de principio a fin, a pesar de que te dejaba con la miel en los labios.

Nos veremos en Dos Hermanas, Rafa.

José Angel Muriel



48
De: RM Fecha: 2006-05-25 13:20

Pues puedes buscar el libro completo de Mundo de Dioses para ver en qué termina todo, hombre.



49
De: Jangel Fecha: 2006-05-25 18:31

No dudes que lo haré, porque me parece una trama original y poco vista, en particular en el panorama español. Estuve releyendo el relato hace poco y volví a saborearlo.



50
De: Jangel Fecha: 2006-05-30 00:21

El capítulo 23, el mejor hasta el momento, desde que empieza hasta que acaba. Y supongo que es preludio de lo que vendrá a continuación...



51
De: Tehanu Fecha: 2006-06-08 17:56

Buenas, Rafael, yo soy una de las asistentes a las I Jornadas de Literatura Fantástica de Dos Hermanas. No creo que se acuerde de mí, pero estuve sentada a la derecha (mirando desde su zona, claro) con otro chaval (aquél que pregunto sobre el tema de la escritura compartida... lo digo por si mi cara va sonando :P). En fin, no sé si este comentario pasará desapercibido, ya que esta entrada del blog es bastante antigua, pero por intentarlo que no quede :)
La verdad es que cuando vi por primera vez La leyenda del Navegante en la Casa del Libro, hace ya meses, no reconocí su nombre. Mea culpa, sí, no estoy muy puesta en la ciencia ficción española (no me linchéis! No todavía xD), así que pensé... "será otro chavalillo de éstos que ha leído mucho Dragonlance. ¡Coño! ¡Y a éste lo edita Minotauro!" Terrible error por mi parte; después de conocerle y escucharle en las Jornadas y de buscar bastante información en la red me doy cuenta de que fue un pensamiento verdaderamente ignorante. Pero en fin, no me flagelo más :P
La cosa es que fue después de salir de mi error (maravillosa su charla junto a Negrete y Carrasco) y de echar una ojeada a La Leyenda del Navegante (desde el primer vistazo me pareció que estaba magníficamente escrito), ya empezó a entrarme el gusanillo por leermelo. Pero claro, 20 euracos de ala, al menos 8 libros en la recámara esperando que les preste atención... Había que esperar. Y mira qué cosas, hace justo una semana encontré, en una librería de Sevilla (El Giraldillo), un buen puñao (esto va para el purista de arriba... :P) de libros de la editorial Futurópolis, y entre ellos Crisei. Todos a 1 euro, así que me hice con ése, por supuesto, y alguno más.
A partir de aquí empieza la archiconocida historia de "no soy capaz de despegar los ojos de esta historia". Compré el libro a la una de la tarde, y leí un trozo. A las 6, obligaciones ineludibles mediante, estaba en la Casa del Libro comprando el tomo completo. Ese mismo día ya llevaba 200 páginas leídas.
Hasta ayer no pude parar, buscando todos los huequecillos que podía entre trabajo y estudio... descuidando libros de otra índole por cierto xD (ay ay, la que me espera de aquí a unos días para entregar varios trabajos...). Sin querer caer en el fanatismo, y no espero que mis palabras sean entendidas como tales, La Leyenda del Navegante ha sido uno de los mejores libros con que me he topado en mi vida, y no hablo sólo del ámbito de la fantasía (y he leído bastante... aunque poco de este género dentro de nuestras fronteras, lo que estoy viendo que voy a tener que enmendar pronto). Me uno al grupo que considera más floja la segunda parte, pero tampoco se me hizo pesada, en realidad; en conjunto es una obra increíble, que me ha hecho disfrutar, asustarme y sufrir como hacía mucho, mucho tiempo que no me pasaba. La historia equilibra perfectamente la balanza entre aventura clásica y una reflexión más allá, sobre el verdadero trasfondo del heroísmo y el deseo humano. "Cuidado con lo que deseas", es una de mis frases favoritas, y sin duda le pega al dedillo a Salther. Y a nivel metaliterario me parece también un ejercicio muy conseguido: una suerte de caja china, una ficción dentro de la ficción, coherente y bien estructurada. La prosa salpica en el momento preciso y justo aquello que está por venir o las pizcas de humor delicioso. La melancolía y al mismo tiempo el optimismo se dan la mano; ¿y cómo es posible no admirar a Yse por su valentía y su espléndido relato, querer a ese adorable truhán que es Salther, al que llegamos a conocer como si realmente hubiéramos vivido con él? Bellísimas las imágenes de los barcos y los puertos, atemporales, en el umbral del cambio y el tiempo moderno...
No quiero extenderme mucho más porque sé que ya me estoy pasando xD, y tampoco quiero soltar spoilers (que sé que terminaré haciéndolo como no pare), aunque realmente me gustaría intercambiar opiniones e impresiones con quienes hayan quedado igual de fascinados que yo por la obra, y eso incluiría, por supuesto, tener que hablar del final... Magnífico final, lleno de guiños y sombras en la pared que luego te van llevando a una lectura hacia atrás, y te hace todavía más cómplice con Yse y Salther, hasta el punto de que no se puede evitar también sonreír a poniente como ella...
Espero no haber cansado con esta diatriba. Aún estoy entusismada después de haberlo terminado ayer. Mi más sincera gratitud y enhorabuena, Rafa, por esta obra a la que el adjetivo "maestra" creo que se le queda corto. Gracias, como digo, y creo que no va a ser lo último suyo que lea :)



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De: RM Fecha: 2006-06-08 19:09

Muchas gracias, Tehanu. Te diría que me sonrojas, pero ya vengo sonrojao del calor que hace en la calle. Es un libro éste con mala pata: o lo amas a muerte o lo odias a muerte. Me alegra que seas del primer grupo (o sea, de los inteligentes:).

En octubre saldrá JUGLAR, una fantasía medieval española, que creo que es mi mejor libro hasta la fecha.