Entrandito por la puerta vengo. Qué tres semanas de moverme más que el baúl de la Piquer, oigan, yo que soy más sedentario que los leones de las Cortes. Hace tres semanas, Madrid. La semana pasada, Berlín. Este fin de semana, Sevilla. O sea, los sextos encuentros del comic y la ilustración que se celebran por allá.
No es por ponerles los dientes largos, pero vayan apuntando: cervecita, tapitas, montaditos de pringá, Macallan, y pulpo, sobre todo pulpo, que no falte, traído ex-profeso de Galicia y preparado con mimo exquisito por quien dice ser (y no lo dudo) el mejor pulpeiro del mundo.
Ratitos divertidos hablando de tebeos, el frío típico del mes de noviembre, el contrapunto de estar hablando en mesa redonda de Frank Miller mientras por las ventanas se cuela música de villancicos. Allí había un buen puñado de gente a quien no conocía y ahora son mis amigos, y otros cuantos amigos a quienes hacía siglos que no veía y a quienes tuve tiempo de dar un abrazo. Y muchos ex-alumnos. A pesar del típico pique entre las dos ciudades, compruebo entre el estupor y la satisfacción que Sevilla, preciosa ciudad, está copada de gaditanos.
Quien se ha llevado el gato al agua, como siempre, el amigote Cels Piñol con sus narizones y su legión de fans, pero como no puedo citar mi propio acto, me quedo con el dedicado a la figura de Manuel Vázquez, donde entre Joan Navarro, Alejandro Casasola, Paco Cerrejón, Manolito Vázquez Jr y José María Conget se le dio un repaso a la figura de este autor de tebeos que fue bigger than life, el último pícaro del siglo veinte, como si dijéramos. Me llenó de alegría volver a reencontrarme con Conget, a quien no veía desde hace veinte años, y sobre todo me sorprendió que me reconociese y recordara que todavía tiene mi primer libro.
Leandro Fernández me hizo el dibujo más friki de todos cuantos le han pedido en su vida, estoy seguro: un Nippur de Lagash que voy a enmarcar en cuanto pueda. Y las risas con Eloy, noctámbulo donde los haya, las vamos a recordar durante una jartá de tiempo.
Entre acto y acto, entre copa y copa y entre plato y plato, mi propia investigación personal sobre qué van a publicar las grandes. Veo que se cuece un renovado amor por los clásicos, y que hay ilusión por recuperar títulos indispensables, en ediciones inteligentes. Queda para la posteridad la frase de Joan Navarro, al alimón con Cardhu e hijos, hablando de las tiras de prensa americanas: "Hay que hacer ediciones definitivas ahora, porque cuando nosotros nos muramos, no las recordará nadie".
Pues eso, que lo hemos pasado la mar de bien en Sevilla, que está bien hablar de tebeos y comparar a Mágico González con Ronaldinho, y que me apunto a volver el año próximo a hablar de Buffy.
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