Si se preguntan ustedes por que no posteo desde hace un par de dias, la solucion la estan leyendo (en un teclado sin tildes, por cierto): estoy en Berlin, en la Expolingua, que viene a ser algo asi como una feria del libro o un salon del comic pero dedicado a eso, a ensegnar lenguas extranjeras a todo guiri que se precie.
Es un recinto que esta en un antiguo centro cultural sovietico, en el ex-Berlin este (ex?), y que todavia conserva en las paredes las obras de arte de campesinos y cosmonautas cogidos de la mano con el pugno en alto (eso si, ya sin hoces y martillos). Dos plantas llenas de arriba a abajo de gente de cualquier lugar del mundo (de Nueva Zelanda al ladito mismo, por ejemplo) que entre caramelitos, llaveritos, dulces, pegatinas, chapas y hasta jamon de pata negra y vino de Navarra, se intenta convencer al personal de que todos son los mas guaischachipirulis en esto de ensegnar a hablar otros idiomas. La experiencia es divertida pero agotadora, las mujeres bellisimas, y el frio insoportable.
Lo poquito que me da tiempo de ver de la ciudad, pues que quieren ustedes que les diga: el ex-Berlin este (ex?) sigue estando lleno de edificios cuadriculados grises, de solares vacios, y de gente que anda en bicicleta a toda leche. Uno casi espera encontrarse frente al hotel (que esta en Alexanderplatz, como me dicen que esta aqui todo), a James Bond apostado con rifle de mira telescopica y pasamontagnas esperando el momento de disparar contra un tirador de elite llamado Gatillo.
Uno ha leido demasiados tebeos, ha visto demasiadas peliculas, ha leido demasiados libros...
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