No me mires así: es la mano del sabacc,
uno tiene que buscarse la vida
como puede.
¿No has oído hablar de mí?
No te creas todo lo que dicen: todavía me faltas tú para ser un pirata.
Y no te preocupes tampoco
por la alfombra con patas; es buen muchacho:
acabará por caerte bien,
no hay compañero más fiel en toda esta galaxia
(y créeme, he visto cosas muy raras)
Lo sé,
no parece que seamos la mejor de las compañías,
pero tampoco tú eres precisamente una princesa.
¿No quieres poner un sinvergüenza en tu vida?
Deja que te acaricie,
que te vea por dentro,
que te ame y te mime
y te engalane para mí.
Así está bien.
Te gusto
porque soy un sinvergüenza
porque siempre caigo de pie,
porque estamos hechos el uno para el otro
Y sabes que nadie te tratará
con más respeto ni más mimo.
Anda, déjate llevar
y llévame.
En menos de doce parasegundos, mi Halcón,
la carrera de Kessel será nuestra.
Comentarios (33)
Categorías: Creacion - relatos poemas historias