NEXT MEN
Stan Lee y John Byrne ya habían trabajado con anterioridad en algún proyecto aislado (un one-shot de Silver Surfer sobre argumento del propio Byrne que el padre fundador de Marvel Comics se encargó de decorar con su florido vocabulario), y durante algún tiempo se hizo pública la noticia, para algunos sorprendente, de que ambos autores preparaban una serie de títulos centrados en el futuro del Universo Marvel. La confrontación de egos debió ser más fuerte y el proyecto quedaría en suspenso, para ser sustituido poco después, ya sin ninguno de los dos guionistas a bordo, por los insulsos títulos del subproducto 2099. Qué hubieran desarrollado Lee y Byrne y cuál fue la causa concreta de su fricción son cosas que, de momento, pertenecen al secreto de sumario. Tal vez algún día podamos enterarnos de qué planeaban en conjunto y sobre qué aspectos difirieron los dos genios.

No deben de estar los tiempos para ir abandonando buenas ideas como si fueran retales, sobre todo ahora que escasean en los comics, y por eso no es de extrañar que John Byrne, sin el lastre de Lee y su reputación a las espaldas, decidiera retomar argumentos y planteamientos y se lanzara en una editorial alternativa al desarrollo de muchos de esos puntos, recreándolos a su gusto. De las cenizas del siglo XXX marveliano surgiría una nueva serie partida en dos títulos (o en tres si sumamos el backup de MARK IV, luego integrado al tronco principal de donde se desgajó en un principio): la presentación del futuro en el prestigio 2112, y por fin, tras alguna inclusión a modo de preview en Dark Horse Presents, sus John Byrne´s Next Men, título larguísimo y algo egocéntrico que los americanos sustituyeron por sus iniciales JBNM y nosotros centraremos en Next Men.

Puede decirse que los Next Men nacen y mueren en el 2112. Aunque después de 31 números continuados de historia el autor haya anunciado que deja en suspenso el proyecto, con la promesa de regresar en algunos meses, no pude decirse que Next Men sea una serie inconclusa, sino todo lo contrario. Lo tuviera pensado de antemano o decidiera cortar por las buenas en la cuarta entrega de "Lies", lo cierto es que todo encaja en ese bucle sin paradojas temporales que Byrne hace enlazar entre el mundo futuro del 2112 (por imperativos del desarrollo de la serie, ya 2115), el...¿presente?

John Byrne es, entre otras muchas cosas, un maestro de la ambiguedad. Ya lo demostró cuando creó con Northstar el primer superhéroe homosexual saltándose a la torera convenciones y despistando a los lectores incapaces de leer entre líneas, jugada que repitió con la capitana Sawyer de Superman y sus tendencias lésbicas, o con esa multitud de pequeños detalles casi insignificantes que llenan siempre sus comics, hasta dotarlos de una vida y unos matices de los que otros autores son incapaces. Así a bote pronto recuerdo las agallas en el cuello de Namor; la condición homosexual del aparente heredero del Union Jack original; el crossover nunca explotado entre Alpha Flight y Fantastic Four, donde a partir de una foto en una mesa se indicaba que otro personaje creado por él y hoy olvidado, Beverly D´Angelo, ex-asunto amoroso de la Antorcha Humana, era ni más ni menos que hija del todopoderoso jefazo de la multinacional malosa por excelencia de los años ochenta: la Roxxon.

En sus Next Men Byrne juega de nuevo, muchas veces, con esa ambiguedad suya tan característica. Sin leer entre líneas, sin escrutar los recovecos de los tebeos, al lector puede pasársele por alto un detalle importantísimo: los Next Men no desarrollan sus historias en el presente, sino en el futuro.

Es un futuro muy cercano, el presente apenas extrapolado. Pero los policías de los puebluchos del oeste se comunican entre sí por medio de ordenadores portátiles/videófonos que aún no existen en nuestro continuum; las fuerzas especiales que acuden a detener a los Next Men ante las mismas puertas de Dollar Comics usan unas armaduras y una tecnología aparatosa y casi de manga propias de unos adelantos técnicos quizá ya inminentes; los rusos han renunciado al comunismo y abrazado la democracia "hace casi una década"; y en la rueda de prensa con la editorial de comics se comenta de pasada que Marvel se llevó el gato al agua cuando creó comics en realidad virtual unos años antes. La tecnología de Cornelius Van Damme, por último, y su capacidad para arrasar montañas y crear mansiones de cristal se explicaría así también, no ya solo en el campo de la fantasía pura, sino en virtud de una investigación avanzada y sus aplicaciones.

Estos detalles que Byrne gusta de incluir en sus narraciones se convierten casi en la marca de fábrica de los Next Men. La multitud de situaciones y personajes, los subplots que se alargan casi interminablemente de un número a otro sin que el grueso de la narración parezca avanzar hacia ninguna parte son elementos que cobran una vida y una riqueza inusitadas cuando se leen los 31 números en conjunto: los dos personajes surgidos de una de sus novelas (Donna Wojciechowski y Walker Stone, originarios de Whipping Boy, con los que creará un crossover sin precedentes en la historia del medio); las conversaciones entre el joven Danny y su "amigo invisible", en realidad su hermana refugiada en su cabeza; los personajes de comics que empiezan a inundar Nueva York, algunos de ellos independientes (Hellboy, Concrete, uno de los desquiciados protagonistas de Sin City, Cutter y Skywise de los Elfquest), otros inventados ex-profeso (el Doctor Trogg, Action Maxx, Blue Dhalia y los demás personajes de Dollar Comics), algún guiño picaresco a la antorcha humana femenina que él mismo creara para los Fantastic Four (aquí rebautizada Fireball, miembro de los Wild Five), o cierta coña autoparódica en el proceso de corrupción de Sandy Tolliver y sus diversas encarnaciones/imaginaciones de diablesa fatal, donde no es difícil reconocer alusiones a la Dark Phoenix y la Scarlet Witch poseída por Cthon, o a Sue Richards/Malice, a todos esos momentos angulares en el movimiento de liberación femenina de los comics de los ochenta.
Estos mismos

Esos mismos detalles, aparentemente inconexos, a veces simplemente simpáticos (Sandy con la camiseta de la S de Superman al revés que se asoma al espejo, donde ya podremos ver el emblema tal cual; la alusión a Akira cuando la misma Sandy empieza a convertirse en una mutada y su frente se marca de venas hinchadas; los muñequitos de She-Hulk y Star Trek en estudios y dormitorios; las poses de los posters de los personajes de comics falsos sospechosamente parecidas a las de los verdaderos; el Santa Claus plantado ante la casa de la madre de Danny... cuando éste nos ha dicho en números previos que cumplirá años dentro de unas semanas, en enero), llegan a convertirse en un auténtico indicio importante en la narración cuando, escapado del 2115, Thomas Kirkland (¿la nueva encarnación del Capitán América como héroe generacional estilo The Phantom en la idea original del Universo Marvel del futuro?) cuente la llegada al poder del hasta entonces villano Aldus Hilltop, a quien anuncia como el mejor de los presidentes de toda la historia... contradicción absoluta con lo que sabemos y/o intuimos del personaje que se anula o se refuerza automáticamente cuando el dibujo muestre, en su toma de posesión, a una característica gordita con gafas que le acompaña: la Amanda Watson compañera de huida de Mark IV/Van Damme a quien el verdadero Hilltop ha ordenado eliminar. El remate de toda la historia ya había sido narrado por John Byrne varios números antes de que concluyese.

Byrne saca partido a sus limitaciones como dibujante, y así podremos darnos cuenta que el parecido entre el joven Danny y el terrible Hilltop no es casual, puesto que son padre e hijo. En el proceso que ha experimentado como dibujante, es posible que el autor se haya dejado muchas cosas en el camino, quizás debidas a la renuncia a un entintador que complete el trabajo, pero también es verdad que Byrne es capaz de crear, con apenas unos trazos sencillos, entornos que otros autores son incapaces de leer siquiera: las máquinas de guerra, las expresiones de los rostros, la decoración de interiores (la esposa de Byrne, Amanda, debe tener mucho que ver con ese tema), incluso el diseño de ropas y el lenguaje personal de los personajes. Byrne ha llegado a estilizarse mucho, pero lo ha hecho para convertirse en un verdadero genio de la síntesis. No pone en sus viñetas más que lo que es necesario, sin sobrecargarlas, sin saturarlas. Y al mismo tiempo, como hemos visto ya, los rincones de todas sus páginas están llenos de detalles que no agobian la narración y añaden mucho al contexto.

Hay en Next Men una clara intención de hacer un tebeo diferente, un tebeo en cierto modo para entendidos, casi para adultos. Cierto que algunos de los hallazgos que Byrne intenta explorar en ese sentido nos parecen casi risibles desde nuestra perspectiva de país europeo con mayor permisividad sexual, política o de lo que sea del mundo: el sexo de Mark IV y las alusiones a sus dotes; los jueguecitos eróticos de Aldus Hilltop y sus aficiones sadomasoquistas, surgidas del más blando bondage; la violencia explícita-pero-menos donde mueren secundarios a mansalva, con torturas, mutilaciones de brazos cada dos por tres, escenas de chicas vomitando y gorditas desinhibidas que se desesperan junto a la taza del retrete. Pero también es cierto que hay un deseo de explorar cosas que el mercado americano son puro tabú (es decir, no venden), y por tanto no son tratadas ya con el mínimo de preocupación que otros autores del pasado hicieron en su momento. Hay un intento de que los personajes usen un vocabulario más adulto, con alusiones sexuales y giros coloquiales (al menos en la versión en inglés), que separan al producto claramente de los clichés conversacionales de otros superhéroes. Byrne explora el lenguaje pero sin caer en lo chabacano, sin recurrir fácilmente al taco (que supongo será lo que han hecho directamente los traductores). Además, trata en sus historias, casi de pasada pero ayudando a consolidar el producto, temas candentes que a veces (sólo hay que leer las cartas de los lectores), provocan pupa: en los Next Ment se trata de la violación, de los malos tratos a los niños, de la seducción de una joven hacia un menor, de la infidelidad, del suicidio, de la tortura; hay escenas sadomasoquistas, abortos, adolescentes embarazadas que se convierten en conejillos de indias, madres ninfómanas, cadáveres en fosas comunes, políticos corruptos. Sobre todo eso: políticos corruptos. Como bien anuncian los títulos de las mini-series dentro de la serie, hay mentiras y hay fe. Y, entre una cosa y otra, una clara lucha por el poder.

El mundo de los Next Men está en manos de los viejos: Aldus Hilltop, Control (interpretado a todo tren por Spencer Tracy), Cornelius Van Damme. Esos tres hombres (cuatro si consideramos que Sathanas es, hasta el final, un ente diferenciado de su yo pasado, Aldus Hilltop... idea añadida sobre la marcha a la narración y que, sorprendentemente, encaja y hace que la historia quede redonda), se mueven siempre en fintas. Podemos saber quizás qué está pensando Hilltop, pero Control se revelará alternativamente bueno y malo, intrigante y cariñoso, corrupto e íntegro. No es extraño que el final de la historia muestre a los dos hombres en la Casa Blanca, a solas con sus planes privados de conquista, y que el más fuerte (Hilltop/Sathanas) acabe cebándose en su adversario para sacar fuerzas y alimentarse literalmente. Control, funcionario anodino a fin de cuentas, acabará plegándose a los deseos de su enemigo, pues ahora es ni más ni menos que el presidente. Y de nuevo, en una pirueta más, en un nuevo guiño entre sarcástico e ingenuo, Byrne entregará el poder a Cornelius Van Damme/Mark IV, otro intrigante, otro anciano del politburó, y lo convertirá en el mejor líder de todos los tiempos... aunque sea pasando por la mente y las ideas de la buena de Amanda Watson.

El personaje más importante de la saga es, sin duda, Sathanas, en su doble papel de maléfico Doctor Doom venido del futuro y de intrigante político contemporáneo. En un principio, parece que Byrne había previsto que los dos personajes fueran diferentes, pero la suposición de uno de los lectores le llevó a lo que, sin duda, será uno de los principales hallazgos creativos de la serie. Cerrando el círculo de su viaje temporal, Hilltop será convertido por Jazmine en Sathanas, tras su fugaz relación sexual, en el monstruoso y cadavérico Sathanas, consumidor de energía y planificador maestro. Es una nueva ironía: Hilltop es un racista xenófobo, dado al sadomasoquismo (¿y con tendencias homosexuales también? Recuérdese que en su atracción hacia Jazz comenta que es "como un muchacho"), un senador del sur amigo de armas y correajes de cowboy y con pequeñas esculturas de Remington en su despacho, un nazi peligroso que considera que los negros son monos y a quienes ha vetado en su proyecto de superhombres. Y en los últimos números se convierte en el líder de los nuevos parias del futuro, en el Moisés de los deformes y los lisiados para ser eliminado y ver cómo ahora que el poder absoluto como presidente estaba en sus manos pasa a un doble, un androide que quizás esté aún vivo en el 2112... ¿o no podría ser Cornelius Van Damme/Mark VI/Silas Van Damme (el tío de Thomas Kirkland) el mismo individuo artificial e inmortal?

Los héroes (a quien apenas he mencionado hasta el momento, y en seguida se comprenderá por qué), quedan desdibujados ante la riqueza de los otros secundarios: Tony Murcherson, Aldus/Sathanas, Control, el padre Michael Benedict. Aunque sean los responsables del título, durante gran parte del desarrollo de la historia serán desconocidos, jóvenes enigmáticos perdidos en un mundo que no es el suyo. Es el pasado el que da riqueza a los personajes, y los Next Men casi no empiezan a ser interesantes como tales hasta el final, cuando la desgracia impuesta por personas ajenas y las consecuencias de sus propias acciones, de sus propios errores, acaben por cobrar su tributo.

NEXT MEN

Como los viejos héroes clásicos que todos hemos aprendido a amar, los Next Men, salidos de un mundo feliz, un jardín del edén en realidad virtual muy similar al de la película El tiempo en sus manos de George Pal, sufrirán su superioridad como mutados y sus limitaciones como hombres: ese difícil equilibrio entre ganancias y pérdidas que en Marvel creó héroes tridimensionales. Así, el veloz Danny será un ingenuo inadaptado, deforme, lleno de apetitos sexuales como el conejo humano que es, como su propio padre. Gigantesco y torpón, Jack será una especie de Cosa dentro del grupo, incapaz de controlar su fuerza y arrepentido de sus reacciones violentas, hasta abandonar a los otros Next Men a su suerte y acabar, según sabremos al final de la historia, convertido en sacerdote: el padre John Kavanhagh que, con la publicación de sus memorias, vindicará para el futuro el buen nombre de sus compañeros. Alegre y algo simple, más preocupada por "danzar", Jasmine casi parece más adolescente en ocasiones que el propio Danny, pero es a ella a quien de momento ha tratado Byrne con más dureza, cortándola de raíz de su relación con el gigante, liándola en un breve romance con Nathan y, al final, producto de las intrigas de Control, obligándola a un aborto no deseado que la marcará profundamente. Bethany, la otra mujer del grupo, indestructible, verá cómo poco a poco sus poderes la van convirtiendo en un bloque de mármol, duro y frío, insensible, hasta aislarse de la realidad y de su relación con Nathan, a quien por pura insensibilidad no podrá perdonar por su desliz; su aspecto es quizás el más superheroico del grupo, en la línea de otras mujeres exóticas de los comics, pero hay algo en sus manos afiladas, casi siempre cubiertas por guantes, y sobre todo en sus pies descalzos que la hacen temible. Nathan, por fin, parece el líder natural del grupo, la versión Next Men del Cíclope, con quien comparte no ya sólo el visor (aunque aquí funciona a la inversa, filtrando el exterior hacia su cerebro), sino el detalle nimio de las botas de caña, sin vuelo, que Byrne insitió en hacer calzar al mutante de los X-Men por puro contraste con el tono más ampuloso y más anti-personaje que Dave Cockrum le había dado.

Prácticamente, después de 31 números de peripecias continuas, seguimos sin saber quiénes son esos Next Men, cómo pueden llegar a pensar, a sentir, a desarrollarse. Son unos jovencitos atrapados en un juego de realidades e ilusiones, de mundos utópicos y verdades oscuras. El jardín donde creen haber pasado sus vidas se nos ha mostrado como ideal, un mundo cerrado en sí mismo donde el puro deseo es acto, donde la libertad sexual es absoluta y la muerte es algo que se intuye pero no se comprende. Sin embargo, conforme la serie va avanzando, Byrne nos mostrará un Jardín con un claro reverso tenebroso, con sus amenazas y sus luchas. Aun dentro de sus cerebros, con un lenguaje distinto para expresar situaciones diferentes, no cabe duda de que habría mucho que explorar todavía de ese mundo de realidad virtual de donde surgieron los personajes y a los que, tal vez, decidan regresar algún día. La frontera entre realidad y ficción, de todas formas, es endeble y engañosa: la propia Jazmine (y con ella los lectores) ha experimentado la sensación de que no todo es lo que parece durante la miniserie "Lies", confundiéndose hasta el punto de arrojarse en brazos de su enemigo... y disparando en él sus genes mutables.

El deseo de ir contracorriente de Byrne, reforzado en las jugosísimas respuestas a las preguntas de los lectores, en su claro desprecio a Image y los comics del momento, en su columna "A flame about this high", se potencia una vez más en los desafíos continuados que hace a lo establecido. El origen de los seres mutados del 2112 está en el intercambio sexual. El gen mutágeno se propaga como una especie de sida superheroico. Y, por si fuera poco, para dar aún más caña contra los tebeos del momento, en su forma de enlazar líneas temporales Byrne se pone directamente en contra de lo que hace, por ejemplo, Marvel en sus X-Men. En el quiebro argumental más original de toda la serie, el tiempo en los Next Men será inmutable, un círculo cerrado que no puede alterarse. No hay universos paralelos, no hay refugiados del futuro que intentan que este no se cumpla, creando una miríada de posibilidades diferentes. Todo lo contrario, la llegada de Sathanas al pasado será, a la postre, la que desencadene el origen de los Next Men y su propio origen. Y la persecución casi a lo Terminator del héroe del siglo XXII servirá para poner la puntilla al ciclo, cerrándolo, cortando el desarrollo argumentístico donde no hace falta seguir embrollándolo. Es algo que debería de aprender Marvel y aplicarlo en sus repetitivas paradojas mutantes.

Partiendo de un tronco común a muchas series de comics (DNAgents, X-Men, incluso el proyecto supersoldado del Captain America y la ligazón gubernamental de The Avengers), Byrne consigue que sus personajes parezcan "de verdad", actuando en oposición a los tebeos que presenta, por ejemplo, en su feroz sátira marveliana, aquí encarnada en Dollar Comics (nombre, además, muy apropiado). Los diálogos de Action Maxx, del Doctor Trogg, serán exagerados, hiperbólicos. El flash-back que nos muestra el origen de Trogg será falso, un puro artificio, un tebeo del que hay que reírse (parecido, en cierto modo, a lo que Alan Moore hizo con la mini-serie 1963 para Image... aunque sin la carga panfletaria y algo fuera de lugar del último número). Las ideas y situaciones suelen ser las mismas, lo que Byrne hace con los Next Men no es muy distinto a eso mismo que pone en solfa. Todo está en el tratamiento. Byrne crea una sensación de realismo por contraste.

Es al mundo de los comics al que trata con más sorna. Desde el editor de Dollar Comics, reminiscente inmediato de Stan Lee aunque su físico recuerde al de Mark Gruenwald, al sucio y repulsivo vendedor de la librería especializada, que confesará que ni siquiera le interesan los comics, pasando por un Jim Lee teñido que hace fotos para pin-ups a los personajes, o la genial portada del número 15 y sus mensajes cruzados: "Refuerza bien la X del título", "¿John Byrne como dibujante? ¿Por qué no un dibujante más "hot"? "Por qué tiene que ser el número 15, por qué no el 0... o el -1?"; o la no menos impagable del número 16, donde los cinco personajes que tan bien conocemos se convierten en un puro poster de Image, armaduras, pistolones, poses de cabreo... y el título se completa: Next Men SELL OUT: No Next Ment SOLD OUT, que significaría que el tebeo está agotado, sino que los Next Men se han vendido.

En estos números, cuando se acerca a la realidad de la que parte y en la que continúa inmerso, Byrne dota a los personajes "reales" de un estilo caricaturesco, olvidando proporciones, creando cabezas grandes, brazos desmesurados, ojillos pequeños. Comparados con ellos, los Next-Men parecen de verdad, tienen más vida que los creadores de comics del momento, no digamos ya de los personajes que estos explotan.

Pero también el charlatán Ben Horowitz/Stan Lee se convierte momentáneamente en John Byrne cuando, justificando el haber vendido los derechos de sus personajes y haber trabajado "sin control" sobre ellos, "vendiéndose", cite a Ditko, a Kirby, a Claremont, al propio Byrne e incluso a McFarlane para llegar a la conclusión de que también "lo hicieron bien" antes de volverse independientes. Una clara exposición de que el talento, cuando lo hay, está por encima de los imperativos de mercado... esos que hoy hacen que brille por su ausencia.

Todas estas ideas, la experiencia del medio que Byrne sin duda posee, hacen que Next Men sea un tebeo casi crepuscular. Hay un nuevo principio, una nueva visión de cosas ya vistas, pero el comic book queda empañado por una clara sensación de tristeza. Hay una profunda soledad en todos los personajes, más allá de los cinco componentes del grupo: Tony Murcherson, digna y frágil, escapada de un pasado de desgracias; la patética madre de Danny; la triste y anodina Sandy Tolliver, que muere sola con los restos de dignidad que le quedan; Control; Van Damme aislado en su torre de marfil; Amanda Watson encerrada dentro de su cuerpo rechoncho; el triste David, dado por muerto en el Jardín y abandonado entre cadáveres; el doctor Jorgenson y su criatura/cuidador (Ignis), perdidos en un mundo de sueños; el propio Aldus Hilltop, tantas veces viudo y acompañado sólo por sí mismo; e incluso el presidente de los Estados Unidos (que recuerda en ciertos momentos a un Reed Richards algo calzonazos lleno de buenos sentimientos), que muere solo, ante el televisor, sin conocer la decisión del jurado.

Byrne cierra el ciclo en el número 31. Cierto que los personajes escapan por una aparición deus ex machina (¿Silas Van Damme venido del futuro?), salvándose de la destrucción de la Casa Blanca y del principio del mundo que quedará configurado en el 2112. Tal vez sea verdad que regresará con los mismos personajes dentro de unos meses, aunque con otro título (Marvel parece tener la exclusiva de la letra X y lleva a los tribunales a todo el mundo a este respecto). Lo que Byrne quería contar, de todas formas, ya está hecho, y era mucho.

El continuo cliffhanger casi obligatorio al final de cada número, los muchísimos personajes, cierta sensación de dejadez en la trama provocada por tantos subplots alternos, parecen haber afectado al éxito de la serie, que quizás habría tenido más valor, tanto comercial como de pura estructura, de haberse presentado en álbumes estilo Dargaud, con más páginas para el desarrollo y mejor unidad temática.

Si Next Men ha sido un fracaso relativo en el embrutecido mercado yanki la culpa no hay que echársela a John Byrne. O, en todo caso, el pecado de Byrne es haber querido hilar demasiado fino. En la era de la imagen, quizás ya no haya espacio para un contador de historias que exige además a sus lectores un esfuerzo intelectual mínimo.

Tal vez dentro de unos años apreciemos lo que estos Next Men pudieron ser dentro de la industria, lo que pretendieron. El tiempo es el mejor juez, Byrne lo sabe mejor que nadie. Y el futuro siempre es mutable.


Referencias (TrackBacks)

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Comentarios

1
De: RM Fecha: 2005-09-02 07:48

Artículo publicado en el fanzine Kirby allá por el 95.



2
De: Francisco Fecha: 2005-09-02 08:27

Servidor tiene la colección completa de Kirby, y los guarda como un tesoro. Los conseguí cortesía de Abraham García.



3
De: Anónimo Fecha: 2005-09-02 09:31

Una anotación Rafa, Stan Lee si que trabajó en una de las series 2099, en aquella cosa llamada Ravage.
Tengo un buen recuerdo de los Next Men, un tebeo diferente y original, me sorprendió en su día el realismo en que se mostraba como actuaban los poderes, si eres invulnerable lo eres para todo y si tienes supervisión tus ojos no van a ser normales, el componente sexual de activación del metagen o las críticas al medio que se hacía en "Power"
Y me sorprende lo poco que se ha reconocido que Byrne ya uso una realidad virtual a lo Matrix antes que la película de marras viese la luz.
Creo que hace unos años John Byrne quiso recuperar Next Men ahora bajo el cobijo editorial de DC Comics, pero el editor Mike Carlin le dijo que antes de lanzarse prefería ver otra cosa y por ello Byrne creo aquellos horribles Lab Rats que en ciertas cosas recuerdan mucho a estos Next Men. Supongo que dado el poco exito que tuvieron las ratas del laboratorio ya nunca podremos ver una continuación de JBNM. Y dado el nivel del Byrne actual casi que me alegro.



4
De: V. Fecha: 2005-09-02 09:36

Joer con el artículo.
Bravo.



5
De: El señor torres Fecha: 2005-09-02 10:17

Un artículo muy bueno. Me han dado ganas de leerme toda la coleccion.

Ahora lo dificil será encontrarla



6
De: Manuel Fecha: 2005-09-02 11:26

Hace algún tiempo que Norma saldó tanto Fe, Poder como Mentiras (que aquí publicó en tomos) en un pack con los tres arcos argumentales. Imagino que todavía se podrán encontrar por las tiendas. Lo más difícil debe ser localizar los 18 primeros números, publicados (estos sí) en formato comic-book y el prólogo/epílogo de la serie, 2112.



7
De: Manuel Fecha: 2005-09-02 11:30

La otra opción, claro, es tirar de Amazon...



8
De: Miralles Fecha: 2005-09-02 11:34

La otra opción, claro, es tirar de Amazon...

O esperar al Salón del Cómic de Barcelona del año que viene.



9
De: LVH Fecha: 2005-09-02 12:10

No me diga usted eso sr.Miralles, ¡¿van a reeditar Next Men?!



10
De: WWfan Fecha: 2005-09-02 12:45

Si tienen que reeditar Next Men, la cosa está mucho más malita de lo que pensaba para Norma, la verdad.

Bueno, siempre alguien picará y se lo comprará otra vez en pasta dura...



11
De: Eduard Fecha: 2005-09-02 12:56

Yo he conseguido hace poco los 18 primeros números más 2112 y me ha gustado bastante. Ahora iré a por los tomos siguientes, a ver qué tal. Eso sí, recomiendo leer la serie con todos los números en la mano, o al menos, en bloques argumentales. Precisamente, el mismo RM en un artículo en Bibliópolis decía que quizá la serie ganaba leída de un tirón, y creo que tiene toda la razón del mundo. Al principio, cada número me parecía simplemente correcto, entretenido, pero nada especial. Sin embargo, conforme avanzas en la lectura, las piezas van encajando y la serie se revaloriza mucho.



12
De: RM Fecha: 2005-09-02 13:00

Y atención, como siempre, a las muchas cosas que Byrne cuenta con detalles que pasan desapercibidos.



13
De: Anónimo Fecha: 2005-09-02 13:02

El artículo de Umbrales/Bibliópolis mencionado: http://www.bibliopolis.org/umbrales/umbr0041.htm



14
De: jmponcela Fecha: 2005-09-02 16:26

¿De verdad os gustaba Next Men? A mi, que me compré la serie entera por veneraba el suelo que pisaba Byrne, me pareció siempre un toston. Pero desde el primer numero ¿eh?... bueno 2112 tenia un pasar.

Por favor, pero si los ultimos numeros es que se notaba a la legua que se los iba inventando segun los dibujaba... ni detalles, ni porras, la serie nunca tuvo un rumbo.



15
De: zapatero Fecha: 2005-09-02 17:13

A mi los comics de John Byrne me gustan bastante y por supuesto Next Men no sería menos me encanta como se desarrolla la historia y yo diría que se trata del mejor byrne. Nunca se había visto un comic con una tematica mas realista en los comics de John Byrne sin perder ese tono de comic fantástico que tiene todos los comics de byrne



16
De: Peter Petrake Fecha: 2005-09-02 17:27

NM es el cénit de Byrne, y su canto de cisne; a partir de ahí se nos desfonda el hombre.



17
De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-02 18:29

Muchas gracias señor Marín por rescatar este artículo.

Me gustaría saber si los artículos que se publicaban en el correo de norma (Una llama de esta altura)y que se dejaron de publicar cuando pasaron de la grapa al tomo se pueden localizar en algún sitio. Aunque sean en inglés, me parecieron muy interesantes.

Un saludo.



18
De: alienigena Fecha: 2005-09-02 23:31



Ay, madre...pensaba que ya nadie se acordaba de Next Men.
Hombre, la serie estaba bien pero tampoco era para tanto. Sobre todo porque llegó un momento en que la historia se detuvo y empezo a aburrir (al final de la serie regular). Luego en el tomo de FE la cosa se arregló y empezó a mover la historia y por fin a encajar las piezas del puezzle...aunque la verdad todo se volvía muy previsible. Eso sí, desde luego lo pobres Next Men venían a sufrir...les pasaban cosas realmente malas.
El problema de esta serie es que llegó un momento en que la historia no daba más de sí y todos los acontecimientos se precipitaban. Si hubiera sido una serie de TV tipo Expedientes X o la actual Perdidos hubieran alargado la historia hasta desesperarnos. Supongo que Byrne se dio cuenta y decidió ser valiente porque en los últimos números la historia se precipita tanto que ya no tiene vuelta atrás.



19
De: RM Fecha: 2005-09-03 00:03

¿Qué serie regular? Fueron 31 comic-books seguidos, algunos de ellos ya con título genérico por aquello de explotar el campo incipiente de los trade paperbacks.



20
De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-03 00:17

Creo que se refiere a la forma en que se publicó aquí en España que podía parecer que la serie regular era en grapa y luego los arcos argumentales en formato tomo.

Si alguien sabe lo de "Una llama de esta altura"... se lo agradecería.

Un saludo.



21
De: RM Fecha: 2005-09-03 00:53

He estado buscando por internet y no hay nada de "A flame this high", que eran los editoriales que Byrne hacía en la serie. Me temo que sólo podrán encontrarse ya en los comic-books originales.



22
De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-03 01:09

Ok, gracias señor Marín.

Entonces supongo que debe de haber 31 artículos, tantos como números, ¿no?. ¿O publicó más columnas en otras series suyas?

Gracias de nuevo.

Un saludo.



23
De: RM Fecha: 2005-09-03 01:13

Creo que sólo fue en Next Men. Tendría que buscar los comic-books y están, ejem, en el fondo de una enorme pila...




24
De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-03 01:27

Gracias, me he puesto a buscar yo también y he encontrado esto:

From JBNM #13 to #18, Mr. Byrne retired "A Flame About This High" to make room for more letters, besides he found that he was addressing things while responding to the letters that he wanted to talk about in "Flame" anyways. "Because YOU demanded it," John Byrne's "Flame" returned in issue 19.

Es decir que hubo 6 números en que no escribió su columna y por lo que se dice " A flame about this high" es exclusivo de los Next Men:

"Stan Lee has his "Soapbox," Mark Gruenwald has "Mark's Remarks." Denny O'Neil speaks to us "From the Den." Mike Carlin has his occasional "Page O' Stuff." Various writers and editors have co-opted a little corner of their books for comments on comics, life, and the universe in general. I'm to be no exception. Here, and in future issues, I want to take some space to discuss things I find of concern and/or interest, and which I hope will prove amusing and/or enlightening to you the readers. My title, typically obscure, is from a rude joke. (If you know it, tell your friends. This is as much as I plan to say on the matter.)"

De todas formas después de leerle señor Marín me han entrado ganas de releer los Next Men de nuevo (yo tengo la edición de Norma)así que veré cuantas columnas faltan.

Por cierto no sé si esta colección supuso el comienzo de que Norma abandonara el formato grapa más económico y que imperaba aquí en aquella época, por el formato prestigio que tanto ha dado que hablar por su elevado precio por parte de Norma.

Un saludo y muchas gracias por su tiempo.



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De: Locke Fecha: 2005-09-03 15:12

Creo que, aparte del 1 al 12, A Flame About This High sólo estuvo del 19 al 22.

Roy Hobbs, si te falta alguna, dame un e-mail y te las envío escaneadas.



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De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-03 19:27

Hola Locke, muchas gracias por el ofrecimiento.

Verás yo tengo la edición de Norma. De los numeros en grapa 0-18 la columna apareció en todos menos en dos (El 0 y el 5). En los tomos Fe, Poder y Mentiras no se publicó.

Es decir que tengo 17 columnas. Si como tú dices se publicó en esos números habría sólo 16 ( a menos que yo haya mirado mal los tebeos y alguna columna esté dividida en dos números o que también hubiera columna en el número cero de la edición americana, que creo que es la que tu tienes).

Si tienes los tebeos a mano y puedes corroborarlo, saldría de dudas y no haría falta que escanearas nada.

Un saludo y gracias de nuevo.



27
De: David Fecha: 2005-09-04 23:53

Como es posible que Byrne y Claremont hayan envejecido tan mal. Moore sigue haciendo maravillas y debe ser d ela misma edad, no?



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De: Amarok Fecha: 2005-09-05 01:26

me gustaria saber si seria posible conseguir la coleccion completa.



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De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-05 02:53

Amarok, yo a veces la he visto en alguna librería de Madrid (Madrid comics y/o Crisis creo recordar). O tambien puedes probar en la tienda de dreamers o en ebay.

O puede (esto no puedo asegurarlo es una suposición) que Norma se decida a reeditarlo.

Un saludo.



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De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-05 03:00

Volviendo a leer los comentarios Manuel Bartual comenta que los tomos Fe, Poder y Mentiras fueron saldados hace poco.

Y he encontrado en ebay toda la colección por 10 dolares (gastos de envio aparte), eso sí la edición en inglés. Los vende una persona de Milwauke.

Lo que ocurre es que el tiempo para pujar está a punto de acabar .

http://cgi.ebay.com/Dark-Horse-Comics-John-Byrnes-Next-Men-issues-1-30_W0QQitemZ6556108923QQcategoryZ70964QQrdZ1QQcmdZViewItem.

Un saludo.



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De: Locke Fecha: 2005-09-05 21:36

Roy, yo las columnas las tengo recopiladas en dos de los tomos americanos, no de Norma, y vienen todas juntas. Si quieres te las mando en JPG o PNG y miras si te falta algo.



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De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-06 03:32

Locke mi correo es
jvrecio arroba yahoo punto es

Te agradezco las molestias.

Un saludo.



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De: Locke Fecha: 2005-09-06 22:16

Roy, enviado.

Un saludo.



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De: rudy Fecha: 2005-09-07 07:17

¡Plas, plas, plas!

Sí, señor. De todas las cosas que ha hecho Byrne (del que me declaro un fan, quizá no incondicional, pero casi) los "Next Men" siempre me parecieron la más personal y arriesgada. Y una de mis lecturas favoritas.

Y tu artículo, como era de esperar, no tiene desperdicio.



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De: RM Fecha: 2005-09-07 07:49

Tú que me lees con buenos ojos, compañero.



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De: Roy Hobbs Fecha: 2005-09-07 16:06

Recibido Locke, muchas gracias.

Por cierto señor Marín una curiosidad (como domina el inglés), ¿le envió este artículo a John Byrne para que lo leyera? Seguro que le hubiera gustado.

Un saludo.



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De: RM Fecha: 2005-09-09 14:37

Pues no. Que aprenda español, que tiene dinero :)



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De: Anónimo Fecha: 2005-09-27 14:20

Le he puesto un link en sus foro, espero que no te importe y tb espero que no le importe a él (JB) que escribas de él pq últimamente está de un borde a veces...