Por eso de que ayer estábamos de homenaje a una señora con letras mayúsculas, no me acordé de recordaros que hizo justo dos añitos desde que empecé aquí con esto del omblibloguismo. O sea, con la bitácora que es mía y vuestra, mientras me soportéis y yo no me raje.
No llevo la cuenta de los artículos escritos, ni llevo la cuenta de los comentarios, ni me preocupa estar o no estar en el ranking de los enlaces ni los premios de la cosa. Sí llevo la cuenta de los amigos que he ganado, de los ratitos de diversión que me habéis hecho pasar, y del miedo escénico que supone, lo juro, dejar correr un día o dos sin colgar una reflexión (una pamplina, como dice WWFan en su propia bitácora), por aquello del qué diréis.
Como decía el otro, que seguro que también es un mafioso de colmillo torcido que extorsiona a pobres informáticos airados: Mientras el cuerpo aguante, mientras el swing arda por dentro...
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Categorías: Reflexiones