matones
Como nos da por copiarlo todo, principalmente lo malo, ahora tenemos otro desgraciado término de moda: el fenómeno del “bullying”, o sea, el matón o matones (o matonas) escolares. Eso que en tiempos denominábamos el pegón de la clase o el recreo o la plazoleta, la forma que tenía el inadaptado de turno de expresar su agresividad hacia quien consideraba más débil, más listo o más inadaptado todavía. Un fenómeno que deja patente que no todas las infancias ni todas las adolescencias son felices. De ahí que pasemos a echarle los caballos encima al estamento escolar me parece que media un abismo.

La escuela es, entre otras cosas, un medio de urbanización y de socialización. En ella, los niños aprenden a convivir con otros niños, a desenvolverse en un entorno que no coincide con el algodón familiar que suele acompañar (otros no tienen esa suerte) los primeros años de vida de las criaturas. En ese medio novedoso y hostil los párvulos lloran, patalean, tienen pesadillas y traumas. Luego, porque entra en funcionamiento el instinto de supervivencia, se aclimatan a ese mundo nuevo y, sin saberlo, empiezan a desarrollar los esquemas sociales que existen fuera. Hasta cierto punto, los copian. En buena medida, los inventan. Se crean roles que luego los van a acompañar buena parte de sus vidas: el calladito, la independiente, la empollona, el deportista o el pegón. En la defensa de un territorio imaginario o la reivindicación de una atención que no disfrutan en casa, hay pequeños émulos de don Corleone dedicados a requisar los bollicaos del resto de los compañeros cada día, aprendices de Arsenio Lupin que hacen colección de sacapuntas de colores y oberstandartenführer prepúberes que se entrenan desde chiquitines para la algarada callejera o el ultrasurismo deportivo.

Puesto que son niños, no se le da mucha importancia, aunque la situación tenga a mal traer tanto a los padres de los infantiles acosadores como a los de sus víctimas; suele ser algo que el tiempo borra... o transmuta. Porque la cosa se complica cuando se llega a la adolescencia y entran además en la ecuación la inteligencia desarrollada a lo largo de los años, la malicia aumentada y las siempre efervescentes feromonas. Sin embargo, insisto, yo niego la mayor: el hecho de que los protagonistas de los sucesos que en estos días han saltado a la palestra sean escolares no implica, per se, que nos hallemos ante un fenómeno escolar, sino social, que se extiende más allá de las paredes de los colegios donde, por otra parte, no suelen producirse estas acciones de manera descarada y perceptible. Lo primero que aprende un mafiosillo del tres al cuarto es la omertá, o sea, la ley del silencio: a tirar la piedra y esconder la mano. A partir de ciertas edades, el bullying se convierte en un runrún subrepticio que suele escapar a la percepción de los docentes y que llega a sus cotas más altas de ignominia fuera de los recintos colegiales. Si un padre ignora y se sorprende al saber que su hijo es víctima de acosos o (casi peor todavía) verdugo acosador, díganme ustedes cómo pueden los profesores y maestros saberlo por el simple hecho de compartir con los chavales unas horas al día o a la semana. Cuesta trabajo imaginar que esos matones escolares no se comportan igual en sus momentos de ocio extra-escolar, en la movida callejera o las discotecas.

Díganme ustedes qué recursos tienen los educadores para erradicar la violencia de sus aulas si esa violencia, las más de las veces, no se produce siquiera dentro de las aulas. Cuando cualquier medida disciplinaria o de simple etiqueta social (y recordemos ahora el “escandalito” que se propugna cuando se pretende desde algunos institutos que los alumnos y en especial las alumnas tengan una cierta mesura en el vestir) se enfrenta a la opinión de padres despechados y AMPAS, ¿cómo puede pretenderse que, además de un trabajo mal reconocido, ingrato y desprestigiado como es el de maestro, se complemente con unas funciones de sheriff o de juez para las que no sólo no se tienen pruebas las más de las veces (en tanto que las acusaciones siempre llegan tarde), sino para las que se carece de preparación y de medidas efectivas?

Nos encontramos ante un problema serio que hay que atajar antes de que llegue a más, y los afectados ya tardan en correr a denunciarlo a las autoridades escolares y sociales pertinentes. Pero se trata de un problema de orden público que tiene su reflejo en la vida escolar, no al contrario. Esta sociedad que ahora se escandaliza ante lo que entre todos vamos sembrando haría bien en darse cuenta de una vez que la educación no empieza, ni termina, en los colegios.

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Comentarios

1
De: SedueRey Fecha: 2005-06-06 16:19

Desde luego esto no es nuevo, cuando iba al colegio me tire un año huyendo de uno de esos matones (mi rol = empollón y 4 ojos).

Sólo espero que no sea algo que se pase de moda como los perros que mordían niños y todos esos temas que sólo llegan a los periódicos por modas y poco más.

Los profesores no teneis la culpa, haceis lo que podeis y lo que en vuestras manos está, pero no podeis estar en todas partes.

La educación tiene que empezar en casa, ya sea de padres o de abuelos, tíos o incluso vecinos... todos hacemos que una persona llegue donde tenga que llegar

Bueno, perdón por la parrafada y enhorabuena si habeis llegado hasta aquí



2
De: Epaminondas Pantulis Fecha: 2005-06-06 16:23

Hablando con familia política que enseñaen Institutos, he llegado a la conclusión de que los tiempos han cambiado, a peor.

A mí, en mis tiempos (año 81) cuando me portaba mal me hacían copiar una frase un cierto número de veces. Cuando mi padre se enteraba, me *duplicaba* el castigo: tantas copias para él como las que tuviera yo que entregarle a la profesora.

Ahora, al parecer, reprendes a un alumno y el padre (que por cierto creció, como yo, haciendo copias cuando se portaba mal) te espera a la salida del Instituto con un palo.



3
De: The Watcher Fecha: 2005-06-06 17:13

Totalmente de acuerdo con casi todo lo escrito en el texto. La violencia no se engendra en las aulas, pero es ahí donde más se sufre, posiblemente por la falta de castigo. En mi antiguo instituto hay expuesta una lista de más de cien alumnos con sanciones que implican días de expulsión, sanciones que el ministerio no permiten que se hagan efectivas. Ya saben, integración; es más importante que al agresor no se le traumatice con un castigo que impedir que el agredido descanse. Y por otro lado las AMPAs, que en líneas generales están más interesadas en quitar hierro a este tipo de agresiones y acosos para que el buen nombre del colegio no salga perjudicado.

Un saludo.



4
De: Anónimo Fecha: 2005-06-06 17:42

Relato de una experiencia:

Durante años sufrí estos comportamientos, aunque por aquél entonces no recibía este nombre. De pequeño siempre destaqué en clase por mis notas, llevaba gafas y no me gustaba la violencia. La rechazaba y nunca supe devolver un golpe. A veces creo que fue mi gran fallo. No aprender a pelear. No aprender a devolver los golpes. No creer en el ojo por ojo, diente por diente.

Además, era el único en hacer ética cuando absolutamente todos mis compañeros de clase hacían religión. Pese a que siempre, entonces y ahora, pensé que el mundo debía girar al revés, pues yo era de los pocos que no requería clases de ética.

Estos fueron seguramente los factores que me hicieron el blanco de las burlas de muchos compañeros, que me hicieron el blanco de sus golpes y de su desprecio. Sus modos eran, en los peores casos, sutiles, inteligentes; en los mejores, grotescos.

Sin embargo, dentro de lo que cabe, tuve una gran suerte por la familia donde me he criado, quienes me respaldaron en todo momento y en las situaciones más difíciles, con quien pude confiar mis penas y pude llorar cuando se tercía, sin tener miedo a otras reprimendas, sin tener miedo a ser considerado alguien raro.

Tras unos años de colegio, en casa decidimos cambiarme e ir a otro. La situación allí fue muy peor aun. El colegio y los profesores se basaba en un malentendido progresismo y nunca aplicaba ningún castigo, ninguna disciplina, ninguna norma. Durante las clases, me dediqué a rellenar cuadernillos de matemáticas sin previa explicación, y a explicar y dejar mis cuadernillos a estos nuevos compañeros (que el profesor me enviaba por aquéllo de que los compañeros de clase deben ayudarse entre sí). Nuevamente, esta situación me hizo rápidamente el blanco de algunos compañeros. Con bastantes, como en el anterior colegio, tenía una relación buena o muy buena. Con unos pocos, muy mala. Tuve migrañas, tal vez como reacción a la situación que vivía, que me excusaron a menudo de ir a clase. Con todo, pasaron sólo unos meses hasta que, a mitad de curso, y tras haber visitado un psicólogo (al que dejé de ir, cansado de sus métodos y con la total aprobación de mis padres), cambié nuevamente de colegio.

En el tercer colegio, las cosas fueron un poco mejor y aguanté algunos años. Aunque la situación se repitió nuevamente. Volvía a ser el que sacaba más buenas notas, volvía a ser de los que no hacía religión y, nuevamente, volvía a ser de los que no devolvía ningún golpe. Pronto algunos de los nuevos compañeros me calaron y volvía a repetirse la situación de siempre. En pocos años, sin embargo, volvería a cambiar.

En este punto me di cuenta de mi relativa suerte. Yo, al contrario que otros compañeros, había tenido los recursos suficientes, el apoyo y reconocimiento de la familia, como para cambiar de realidad cuando ésta se volvía en mi contra. Era, además, consciente de mi situación y en varias etapas de mi vida puse por escrito mis experiencias.

Otros compañeros, y recuerdo con especial tristeza el caso de un amigo inmigrante (marroquí) que vino a la escuela, muy inteligente, pero al que le hacían la vida imposible, no pudieron escapar de esta realidad.

En el nuevo colegio las cosas fueron un poco mejor. Pese a todo, al principio no fue mucho mejor que en los casos anteriores. Llegué a mitad curso, y vi al instante que sería duro. Un compañero, que también había llegado nuevo ese año, era el centro de todas las burlas hasta que llegué yo. En mi caso, no podían reírse de mi inteligencia. Pero me atacaron con mucha inteligencia, con mucha frialdad. Y me hicieron realmente daño. Las palabras pueden herir a veces más que los golpes y magulladuras. Cosas que pasan, más adelante, algunos de estos compañeros que entonces me hirieron, se harían buenos amigos míos. E intento olvidar esos días de sufrimiento. Y he pasado página a esa época.

Pese a todo, con ese tercer cambio logré encontrar una cierta estabilidad. De entonces a ahora han sucedido otros cambios: el instituto, la universidad. Nunca he vuelto a sufrir el acoso de aquellos años de mi infancia. Una infancia que, ahora, y entonces, pude considerar feliz, pues tuve buenos amigos y una familia en la que pude apoyarme, y los recursos suficientes como para vencer estos problemas que se me presentaron.

Ahora bien, no olvido esos años y, cuando oigo a alguien justificar a un niño diciendo... "es un crío" o "son chiquilladas", no puedo menos que pensar en las "chiquilladas" que me hicieron y darme cuenta que, en realidad, nunca lo fueron. Que los niños pueden ser, y son algunos de ellos, muy crueles. Y que el daño que pueden llegar a hacer puede estar totalmente premeditado y reflexionado.

El problema no lo tienen las víctimas. Generalmente, tampoco lo tienen los profesores y maestros (en mi caso no puedo echar la culpa a casi ninguno de los maestros que tuve). A menudo, la familia sí es responsable. Pero ni siquiera siempre es así.

Sin embargo hay un problema, está ahí y está muy arraigado en nuestra sociedad. Alguna solución debe hallarse pero, ¿cómo?, ¿con qué herramientas luchar? ¿Cómo cambiar algo que, por otro lado, nos dedicamos a alimentar con nuestras costumbres, las nuevas y las viejas?



5
De: RM Fecha: 2005-06-06 17:54

La única arma es denunciarlo. A las autoridades escolares y a las otras. Y sin miedo.



6
De: Pablo Lata Fecha: 2005-06-06 18:01

"pues tuve buenos amigos y una familia en la que pude apoyarme, y los recursos suficientes como para vencer estos problemas que se me presentaron"

Y se tiene, se tuvo y se tendrá siempre a usted mismo. No lo olvide, amigo anónimo.

"A veces creo que fue mi gran fallo. No aprender a pelear. No aprender a devolver los golpes. No creer en el ojo por ojo, diente por diente."

Perdone mi osadía al decírselo, pero no. La inteligencia siempre vence: no es necesario recurrir a la violencia física. Basta con una actitud decidida y unas palabras firmes para plantar cara. Los matones sólo atacan a quien se muestra indefenso psicológicamente (no sólo físicamente)

Y, de nuevo, lo repito para usted y para quien viva o haya vivido una situación similar: cuente siempre consigo mismo. Y, en su caso, con su inteligencia. Eso es lo importante.

Y disculpe si me he metido donde no me llaman.



7
De: Javi Gala Fecha: 2005-06-06 18:45

Estoy con Pablo Lata, anónimo. Contigo mismo, siempre podrás superarte y tener compañia. Y conste que reconozco que tu situación, no la he vivido, he podido ser el centro de alguna broma pesada (y no malintencionada) como yo pude ser el provocador de alguna.

Fui catequista durante muchos años (de confirmación, usease, chavales "más cabroncetes"). Y tal vez, por ser una "actividad extraescolar", ahí podía percibir más "los roles del grupo", sobre todo en tandas de ejercicios (para muchos, campamentos de dos o tres días). En esas catequesis, tandas, reuniones, con chavales de 15, 16, 17 años (que algunas veces, ya que empecé muy joven,´sólo tenían dos años menos que yo), descubrí que el que se reía de alguien, sólo tenía un miedo, que alguien "superior" se riera de él.
Creo que son necesarias las curas de humildad, y creo, que si un maestro, tutor, monitos, jefe scout, catequista, entrenador... detecta algo de ese tipo...un poco de reírse del risitas tampoco está mal.



8
De: Juaki Fecha: 2005-06-06 18:56

De acuerdo totalmente con Javi Gala. Yo he intervenido este años en dos casos de "bullying" (muy pocos si tenemos en cuenta la jauría que frecuenta mi instituto), y en ambos he ridiculizado publicamente a la acosadora para que sufriera en sus carnes el escarnio al que estaba sometiendo a su compañera. A toro pasado, por supuesto, me he preocupado (quizá no debiera haberlo hecho) de llevarme aparte a la acosadora y explicarle el por qué de mi actuación. También le pedí perdón, por supuesto. Quizá una de las enseñanzas que tengamos que dar, como adultos, es que pedir disculpas no envilence: antes bien, ennoblece.



9
De: Javi Gala Fecha: 2005-06-06 18:59

Lo envié sin terminarlo de escribir Juaki, tienes razón. Además, hay que coger a la persona y explicarle por que se le ha hecho lo mismo que el hace.



10
De: jmponcela Fecha: 2005-06-06 19:15

Y nos reiamos de las pelis yanquis sobre institutos con detectores de metal para las pistolas y las navajas... ¡ah, los yanquis fachas, pirados, asesinos, comehamburguesas! ¡Eso no pasa en la "vieja Europa"!

Pues ¡toma Puerto Urraco!



11
De: RM Fecha: 2005-06-06 19:38

Léase con atención la primera frase del artículo, plis.



12
De: Jremiah Johnson Fecha: 2005-06-06 20:25

He empezado este post 4 veces y lo he acabado borrando, lamento no tener la sangre fria necesaria.

sólo me gustara saber cómo se denuncia a las autoridades escolares que no desean hacer nada pensando que son chiquilladas aún habiendose aportado todo tipo de pruebas.



13
De: RM Fecha: 2005-06-06 20:31

Entonces, simplemente, ve al juzgado.



14
De: V. Fecha: 2005-06-06 20:31

Bien por el artículo (¿el de la Voz de esta semana) y muy bien por la actuación de Juaki, en especial por mostrar el camino de las disculpas a una persona en formación, cuando realmente más lo necesita.
La denuncia es la solución, en efecto; pero vivimos en una sociedad que, si bien no ha fomentado lo suficiente el disculparse, menos aún el denunciar. Si un niño aprende a comprender que si cuenta a sus profesores y padres cómo sus compañeros agreden y vejan al compañero bajito y con gafas no está chivándose, sino que está protegiendo a una víctima, si descubren todos que es el agredido y no el agresor quien merece protección, daremos un buen paso hacia la solución.
Es éste un problema muy gordo. Preveo que, por desgracia, hechos futuros nos harán volver a él.



15
De: V. Fecha: 2005-06-06 20:33

Jeremiah Johnson: y, de paso, no se te olvide denunciar a los superiores y a la inspección a esos profesores (confío en estar excediéndome con el uso del plural) que ningunean el problema cuando saben, porque así se les enseña, que es un cáncer social que hay que tratar con lupa.



16
De: Taiyou Fecha: 2005-06-06 20:43

Hay quien dice que soy un privilegiado por estudiar en el colegio donde estudie. No dudo que por profesores (algunos) o calidad de enseñanza lo haya sido. Pero si pudiera cambiar mi juventud por alguna de cualquier otro que estudiara en otro colegio, no lo dudaría.

No voy a explicar mis pequeños "traumas" porque no creo que haga falta (ya lo hace la tele todos los días a la hora de comer). Pero sí resaltar que, a pesar de tener una vida social infinitamente mayor y de mejor calidad que la de hace 8 años, aun sigo deseando la muerte (literalmente) de algunos individuos que se dedicaron a hacerme la vida imposible psicológicamente. Porque eran y siguen siendo ganado. Animales. No personas.

Pero claro, gracias a Diox he sido medianamente educado para que ese deseo (su desaparición) no se convierta en deseo activo. Porque lo tengo muy claro, viendo mi trayectoria personal y la de ellos: soy mejor que esa escoria. Ni siquiera merecen el lujo de que les mate.

Sonará duro. Más duros fueron esos malditos años entre 7º de EGB y COU para mí. Y no sé si hay dejadez en la comunidad educativa o no, pero NADIE hizo NADA para ayudarme. NADIE. Y la culpa la tienen esos animales que se dedicaron a luchar día a día para hundirme cuánto más mejor, pero no me habría venido mal alguna palabra de ánimo. Porque ahora sabiendo lo que sé, esos años habrían sido muy diferentes.

Taiyou



17
De: RM Fecha: 2005-06-06 20:45

Pero Taiyou, ¿se lo dijiste a alguien? ¿Se enteraron en dirección?



18
De: Taiyou Fecha: 2005-06-06 20:52

Creeme, en aquellos momentos no tenía la madurez suficiente como para plantearme esa posibilidad.

Ni yo ni muchos de lo que los sufren ahora. Hay que informar a esos chavales de que si denuncian, las consecuencias que caigan sobre los abusadores minimicen todo lo posible los daños posteriores que pueda haber (hablando en plata: represalias, que las había).

Aun recuerdo en 8º de EGB como se cebaban algunos con un chaval de Síndrome de Down que había. Uno de ellos le persiguió a la salida del colegio con una navaja, para "asustarle". De broma vamos. La víctima asustada, se lo contó a los padres y éstos hablaron con el director o el tutor (no lo recuerdo bien). Dijeron que como éso había pasado fuera del centro no podían sancionarle, pero le echaron una bronquilla. Sé muy bien que los maltratos sobre él aumentaron desde entonces.

El miedo a las represalias existe. Si no se deja claro que en caso de denunciar se actuará como se debe, con contundencia; muy pocos lo harán. Sólo hay que ver los casos últimos de suicidios. Denuncias hasta policiales, y al final la única solución para los chavales acaba siendo tirándose de puentes...

Taiyou



19
De: Algernon Fecha: 2005-06-06 21:00

Os recomiendo el visionado de la peli 187...



20
De: Jremiah Johnson Fecha: 2005-06-06 21:03

Hay una excepcion al miedo a represalias, en el que sean tan estúpidos que les de igual lo que les pase, expulsiones y carcel incluidos. Lamentablemente los hay :(

El problema V, es cuando se escudan en su burocracia y sus normas; si que te dejen medio ciego, te tiren piedras a la cabeza y que todo ello se haya grabado con camaras no supone mas que una expulsion temporal, es que algo no funciona.

Me quedo con esta frase " Lo primero que aprende un mafiosillo del tres al cuarto es la omertá, o sea, la ley del silencio: a tirar la piedra y esconder la mano". El problema es cuando el que tira la piedra tiene 1000 sitios donde esconder la mano sin que se pueda atajar el problema de manera real.



21
De: AMS Fecha: 2005-06-06 21:05

Yo aprendí Karate, y no es coña, para defenderme. No soportaba cómo se portaban con algunos compañeros. Curosamente a mí nunca me tocaron las narices demasiado, pero con algunos era insufrible. Y siempre he tenido debilidad por los mas débiles, valga la redundancia.
Pero realmente es un problema que tambine viven ahora mis hijos. Siempre ha habido un cabrón en clase que ha dado la nota. Porque no es cuestión de ser travieso es que tienen una mala leche que espanta.



22
De: V. Fecha: 2005-06-06 21:52

Siempre, AMS. Yo me sé de uno que es superdotado y tuvo que hacerse el tonto y sacar notas mediocres para evitar las niñerías y animaladas de sus compañeros. Terrible.



23
De: The Watcher Fecha: 2005-06-06 22:07

Aun estando de acuerdo en la necesidad de denunciar, creo que tenemos que tener en cuenta lo que algunos ya habéis apuntado: ¿qué se consigue con una denuncia a dirección o a los profesores? En el mejor de los casos el gañán agresor se va a su casa un par de días, esto siendo muy optimista. ¿Quién protege al chaval que ha tenido las narices de denunciar el abuso? ¿Quién va a impedir que a la vuelta de la expulsión el maltrato no sea peor? Eso por no hablar de la actitud que la gran mayoría de compañeros tendrán hacia el denunciante. Pónganse en el lugar de un chaval de trece años que sufre el acoso de sus compañeros y piensen si les merecía la pena denunciar. Muy triste, pero cierto. Mientras que los castigos no sean MUY severos, no se solucionará nada.

Un saludo.



24
De: coro Fecha: 2005-06-06 23:24

Pos yo tb pasé por eso, en 1º de BUP, lo mio fue duro de superar, durante años escuchaba a alguien decir algo parecido a mi nombre y pensaba que se estaban cachondeando de mi, hasta en mi casa, mi defecto, tener la nariz respingona (si , como goku) a mi me gustaba mi nariz, pq era como la de goku, como la de los tebeos, pero claro a un joputa, con perdon de la expresion, se le ocurrio la hermosa idea de que tb parecia la de un cerdito y ahí empezo el tema, lo pasé mal y mal de verdad.
Coincido con Taiyou en que la inmadurez no te permita defenderte, hoy le hubiera estrellado la silla en la cara, pero claro, te hundes en un pozo y no tienes ganas ni de mirarte, apoyo de la familia, algo, pero claro mi padre era de los que repartian leña cuando era escolar asi que no iva mas alla del "defiendete gilipollas, partele la cara al que sea" asi que a mamarla, mi venganza, pueril,tonta y tremendamente autocomplaciente (primera vez que lo cuento, nadie sabe esto) colarme por las ventanas de la clase en el recreo y llenarle a los susodichos los cuadernos de chicles pegados,pasarle los bocadillos de chorizo por los deberes que teniamos que entregar en la clase siguiente, ya os digo, una tontada infantil, ero era mi unica defensa, lo poco que podia hacer desde mi profundo pozo.
Suicidarme, nunca, porrque mi autoestima no sufrió, recuerdo ponerme delante del espejo llorando , sol oen casa y aporrear el espejo diciendoque porque, que era igual que la del rsto, que yo no era un cerdo.
Algún profesor lo sabía, pero eran cosas de niños, recuerdo con amargura la humillación final, pero esa me la cayo, aun hoy me cuesta trabajo contarla, me dolió tela.

Hoy en dia, pienso que lo tengo superado, pero lo recuerdo con dolor, todavía hoy creo que me tocó ese rol en la clase, a alguien le tenia que tocar y me tocó a mi, pero muy a mi pesar todavía sigo deseándole lo peor del mundo a alguno, no digo la muerte, pero si todo lo peor.....



25
De: V. Fecha: 2005-06-06 23:24

No creo que deban ser muy severos, sino muy didácticos. Mucha gente debiera sentarse a una mesa para anlizar el porblema y encontrar la solución: psicólogos, psiquiatras, pedagogos, profesores, padres... Yo pienso que sólo si comprendes que estás haciendo daño y lo que eso significa puedes llegar a sentir empatía hacia el agredido y verlo como una víctima. Es el camino, creo yo.



26
De: Spike Fecha: 2005-06-06 23:25

Yo pase por esto.

Tenia catorce años, ahora veintitres a punto de alcanzar los veinticuatro, asi que esto no es nuevo. Recuerdo que en este caso mi 'maton' no iba al instituto donde yo estudiaba, pero si iban a el sus amigos, asi que mas que hacer frente a uno solo, yo debia hacer frente a varios de ellos. Pero el cabecilla, el que en particular siempre venia a por mi de manera agresiva, no era un compañero de aulas. Con el tiempo, me habitue a su acoso: los esquivaba, mis amigos me decian si estaban en la puerta esperando y yo salia por otro lado, saltando la valla o por la puerta de atras que daba con la universidad. Solia esconderme, y la gran mayoria de las veces lograba librarme de ellos, y cuando me pillaban... bueno, habia que aguantar el 'registro'. Me pedian dinero, si no llevaba, me apartaban a un pase subterraneo que habia cerca del instituto y ahi practicamente me despelotaban para comprobar que no llevara de verdad nada encima. A pesar de esto, intenta sobrellevarlo. Cierto es que empece a faltar a clase, solia salir una hora antes para no tener que coincidir con ellos en la puerta, o al volver del recreo no entraba porque ellos estaban ahi, pero mantenia un buen nivel de estudios teniendo en cuenta esta circunstancia. No es que fuera el empollon de la clase, ni mucho menos, pero no era mal estudiante.

Pero todo cambio cuando conoci a una chica... tenia catorce años y era mi primer amor. Mi primer beso. Una compañera de instituto. Pero... como mantener una relacion 'normal' con ella teniendo esos problemas en el instituto? Cuando empezamos a salir, ella los desconocia, pero luego... luego tuvo que soportar que me registraran delante suya, yo entonces me envalentonaba porque estaba ella delante, y a partir de eso todo se volvio mas agresivo. Entonces, llegaron las palizas. Delante de ella. Empece a faltar a clase, ya no una hora o dos, sino todo el dia. A veces, solo iba un dia de la semana a clase, solo un dia. Mi novia no lo soporto y me dejo, en una nota de papel que me paso una amiga suya, explicaba que no podia soportar esta situacion, que cuando todo pasara tal vez... Eso me destrozo. Y luego, el instituto decidio hablar con mis padres por mis faltas de asistencia, por lo que tuve que explicarles todo. Fue una liberacion el poder compartir ese peso, pero no fue la solucion en absoluto.

Mi madre decidio poner una denuncia, el instituto la apoyo ofreciendo los datos necesarios. Los que antes me acosaban, ahora me venian sonrientes, como si yo fuera un amigo de toda la vida para que quitara la denuncia. El cabecilla, me decia que el no me queria mal y que podia ser mi amigo y protegerme de los que eran como el (esto me lo dijo en un momento poli bueno-poli malo, en que uno de sus amigos era el malo mientras el hacia de bueno). El acoso violento paso a otro tipo de acoso, mas sutil. Ya no venian buscando dinero, ni agrediendome, pero estaban ahi. A veces, amenazantes, dejaban constancia de que estarian siempre ahi. Estaban esperando. Y me lo dijeron. Si quitaba la denuncia, ellos volverian. Si mantenia la denuncia, ellos seguirian. Si llegaba a mas el asunto, ellos me lo harian pagar.

No habia mas.

Y yo sentia que todo se derrumbaba a mi alrededor... perdi a mi novia, el primer amor que debe dejar un grato recuerdo, empece a ir mal en los estudios, muchos de mis amigos dejaron de hablarme, y mi padre...

Recuerdo el dia que sali del instituto y baje las escaleras para encontrarme a mi padre fumandose un cigarrillo con el cabecilla de los matones. Habian estado hablando y mi padre decidio retirar la denuncia, porque el chico, que veia muy maduro, parecia arrepentido y el acepto sus disculpas. Despues de todo lo que me habia hecho pasar, mi padre acepto sus disculpas. No me importaba que retirara la denuncia, ya estaba viendo que no servia para nada, pero el que mi padre aceptara aquello... Todo se derrumbo y al final, tambien perdi a mi padre.

El cabecilla me lo dijo; 'tomate un tiempo de descanso, luego volveremos a hablar'. Yo no pude mas. Deje el instituto. Abandone los estudios y me encerre en mi casa.

Mi madre lo acepto, con la condicion de empezar al año siguiente en otro centro, pero no debia decirle a nadie en cual.

Pero ya era tarde, empece a caer en una depresion, y el tiempo que pase encerrado en casa mientras mis pocos amigos continuaban sus estudios y mis padres trabajaban, me perdio mucho mas. Por aquel entonces internet no estaba extendido, asi que ni tan siquiera mantenia contacto con la realidad aunque fuera a traves de una pantalla de ordenador. Tenia mis libros y mis comics, si, pero con el tiempo al ser esto lo unico que tenia, me canse de ellos. Perdi la satisfaccion por la lectura, deje de coleccionar comics, ya no me apetecia nada...

Cuando comence a estudiar en otro centro, ya era tarde. A lo que sentia por entonces se añadio el sentirme fuera de lugar, pues no conocia a nadie, ademas de que todos tenian un año menos que yo y por entonces pense, me senti, como el tonto de la clase. Volvi a dejar los estudios, de manera definitiva. Y esto, es de lo que mas me arrepiento.

En los años siguientes me he visto incapaz de reemprenderlos, lo cierto es que estuve bastante tiempo con depresion, practicamente encerrado en casa... No ha sido hasta hace tres o cuatro años que he empezado a vivir, o a intentarlo. Y cuesta mucho cuando se ha perdido tanto, tanto tiempo malgastado...

Ahora veo en las noticias todo esto, parece que se ha puesto de moda, violencia en las aulas, chicos que se suicidan, ... que se suicidan. Y la gente habla de ello como si supieran mucho del tema, pero no saben nada. No saben lo que se siente, lo que se pasa. Porque la solucion del problema no esta solo en castigar al culpable, sino en ayudar a la victima antes de que sea tarde



27
De: GBC Fecha: 2005-06-06 23:28

Si te chivas tarde o temprano recibias doble, los monos que me pegaban de pequeño ya tenian la vida jodida, da igual si los expulsaban o denunciaban o reformatorios... tarde o temprano volvian o te los encontrabas por la calle y la paliza era doble...Y los profes...pasan de ti, o por suerte hay un profe que es un Profesor (de verdad no enseñador de asignaturas) y intenta ayudarte pero el sistema no funciona y la mayoria de los profes(y gefecillos de estudio) no quieren realmente estar allí solo quieren cobrar a fin de mes...

Si contara lo que pase en primaria...(ahora voy a 4 de eso) suerte que pude cambiarme a un colegio concertado de la iglesia... y a partir de entonces (2 de ESO) todo fue mejor y ahora soy mas feliz que entonces, doy gracias a Dios.



28
De: RPB Fecha: 2005-06-06 23:50

Pues, aquí otro que tampoco fue muy feliz en el colegio ni en el insti, pero que, en comparación con lo que se ha contado en este post, ha tenido más suerte que Feliciano (By Vázquez), ya que nunca recibí ninguna paliza, ni necesité cambiarme de centro. Para que luego ande uno quejándose.

Mucho ánimo, amigos.



29
De: Spike Fecha: 2005-06-07 00:12


Retomo la conversacion despues del respiro que me ha supuesto el soltar todo eso, y es que a uno siempre le sienta bien dejarse llevar por sus demonios y liberarse de todo lo que guarda.

Intentando seguir mi linea, en mi opinion el debate esta siendo mal enfocado, buscando en un principio a quien responsabilizar de la violencia en las aulas para luego preguntarse que hacer para que no ocurra, obviando o dejando en ultimo lugar a las victimas de las agresiones, aquellos que las sufren y requieren mas de nuestra atencion.

Sinceramente, el problema de mi, digamos, perdicion, fue que no encontre verdaderamente a nadie que se mantuviera a mi lado y me apoyara, no tomandose en serio lo que esta pasando, que me ahogaba por dentro, y viendolo al fin y al cabo como una tonteria de crio que ya se pasara cuando crezca. Pero no, la herida esta ahi, y alguien debe ayudar a los chicos agredidos a sanarlas, porque ellos aun no son lo suficiente maduros como para saber como hacerlo.

Si, alcanzo el por que de esta violencia en las aulas, tal vez se pueda detener todo, pero las consecuencias estan ahi y hay muchos chicos que cargan con ellas y necesitan la ayuda de alguien.

Cambiando el enfoque, no creo que se deba responsabilizar en absoluto a los centros educativos de que un chico se convierta en un maton de tres al cuarto. Si queremos buscar el origen, alcanzar la raiz, creo que debemos mirar en su entorno familiar antes que en cualquier otro lugar. Si bien es cierto que los chicos y chicas pasan bastante tiempo en clase y los educadores deberian darse cuenta de sus actitudes con el tiempo para hablar con los padres o tomar las medidas que crean consecuentes, pero no obviando la circunstancia solo porque ellos profesores de matematicas, lengua o gimnasia y no la vida. Los niños, al fin y al cabo, no solo crecen y se forman en sus casas, tambien lo hacen en el colegio, y esto es algo que debe tomarse cuenta.

Repito, e insisto, que si se quiere buscar el origen de una actitud violenta, lo primero es mirar en las casas de los chicos y no en sus aulas, pero que los centros tambien son en parte responsables de la educacion de estos, aunque siempre pese mas la familia.

Por lo demas, soluciones factibles si uno se encuentra en un caso como este... bueno, si se es un profesor y se tiene un alumno problematico, creo que la opcion comentada por Javi Gala y Juaki es una de las mas acertadas. Pero tambien hay que fijarse en el agredido, repito, y atenderlo en lo que se pueda. ¿Si se es padre de el chico agredido? La solucion no pasa por la denuncia por la via juridica, lamentablemente, porque no sabes como reaccionara el maton que acosa a tu hijo y tal vez acabe siendo mas perjudicial que otra cosa. Lo mejor, cambiar de centro, pero antes asegurarse que el hijo esta bien y si necesita ayuda, ofrecersela. Apoyarle, siempre, y no pensar que esto es tan solo una chiquillada. ¿Si se es el agredido? Si se es el agredido, diria que lo mejor es hablarlo con alguien que sientas que de verdad te puede ayudar, tu profesor; tu padre; tu hermano mayor; ... Pero, si se es el agredido, dificilmente se querra hablar de esto con alguien y lo mas seguro es que se guarde para dentro, haciendo mas daño aun.

Solo quiero acabar repitiendome en lo que he intentado decir... si sois padres, o profesores, y veis a un chico agresor y a otro agredido, atended antes al agredido porque es el que mas os necesita. Lo de el agresor, en la mayoria de los casos, es una etapa que pasan y que con el tiempo y la madurez superan, pero lo de el agredido es una herida que siempre estara ahi y que si no se sana a tiempo, puede crecer y crecer



30
De: Jeremiah Johnson Fecha: 2005-06-07 00:40

mentiria si dijera que no me he secado los ojos despues de leer ciertas cosas



31
De: Ricardo Fecha: 2005-06-07 06:12

Chapeau, maestro. Yo también me escandalicé por la vergüenza cuando hace un par de días leí que alguien afirmaba en un periódico que buena culpa del "matonismo" la tenían los profes. Estaba esperando tu salto de tigre, y lo has dado. Suscribo todas tus palabras con mi sangre, Tigre de la Blogasia.

Un saludote.



32
De: shingouz Fecha: 2005-06-07 11:16

Spike, no dudo que las heridas sufridas te hayan hecho perder mucho tiempo y muchas cosas. Pero también me queda claro que algo has ganado: una lucidez admirable sobre un tema sobre el que hablamos demasiado.

Cuando empezó esta moda mediática, me asustó una cosa: que se hablase sin parar de los suicidios, con el riesgo de crear la sugestión de que esa es la única salida en algún chaval especialmente puteado.

Después de leeros (y quedarme impresionado) veo que aunque parezca que lo mejor es denunciar, en realidad lo bueno para la víctima, para mi hijo si algún día le pasa algo así, es el cambio de colegio, de barrio, de ciudad si es preciso. Hay muchos problemas en la vida en los que no se puede "ir a la raíz", "eliminar la causa", pero sí paliar los efectos. En este caso, me parece mucho más importante.

Un saludo, Spike, y gracias.



33
De: The Watcher Fecha: 2005-06-07 11:17

"No creo que deban ser muy severos, sino muy didácticos". Pues lo siento, V, pero me reafirmo, aunque me disguste parecer reaccionario: deben ser muy severos, todo lo que se pueda. Sólo si supieran que pueden ser muy duramente castigados animales como los que describe Spike se cortarían, aunque fuera mínimamente. El problema es que saben que nadie les va a hacer nada (nada que les importe, me refiero, a éstos les da igual una expulsión). Ojalá el diálogo y la pedagogía pudieran acabar con estos gañanes. Es posible que hasta ciertas edades, esa pueda ser la solución. Pero a partir de los quince o dieciséis años, cuando el matón de clase traspasa la barrera del delito, hay que actuar contundentemente.

Un saludo.



34
De: Pablo Lata Fecha: 2005-06-07 11:54

Ojo, que el problema no nace en las aulas. El problema está enquistado en una sociedad que ha confundido libertad con egoísmo. Matones de colegio los veo en la carretera, en el bar, en las empresas, ...

Vamos por mal camino si todo lo que tenemos es el "Haz lo que te digo, no lo que yo hago". Estamos participando en un modelo social donde la medida de la felicidad es el triunfo. Y para alcanzar ese triunfo hemos propuesto una receta muy peligrosa, una bomba de relojería: ser cabrón (con perdón)

La ética, el trabajo, la constancia ya no están de moda. Ahora lo que viste es ser un aprovechado, un listillo y satisfacer las necesidades inmediatas por encima de cualquier consideración, por encima de todo y de todos.

¿Qué esperamos, entonces, de nuestros niños, adolescentes y jóvenes?



35
De: Magnus Majere Fecha: 2005-06-07 12:15

Yo también fui el empollón gafotas de mi clase, y aunque mi padre me legó un cuerpo grande y fuerte nunca consideré la violencia como una opción. Mi padre era militar, y eso hizo que con 10 años tuviera que cambiar no sólo de residencia, sino de ciudad, y hasta de provincia. El cambio fue muy difícil, y por supuesto me convertí en el objetivo de los abusones de turno, gracias a mi gafas, mi acento raro y mis constantes ganas de llorar (ya he dicho que el cambio fue terrible para mi).

La solución, sin embargo, vino de mano de mi inteligencia, y no de mis puños. Había un niño que era mucho mayor que nosotros. Un tipo que fumaba, bebía, y hasta tenía alñgún tatuaje. El tipo más peligroso del lugar. Y un día me ofrecí a ayudarle con los deberes de inglés. Y resultó que no era mala gente. A partir de entonces, nos hicimos amigos, y pobre del que se metiera conmigo (que alguno lo hizo y salió escardado). Hasta que este chaval se convirtió en mi 2protector" lo pasé muy mal, pero terminé por refinar la técnica, y me hice amigo de todo el mundo en el colegio. Excepto del que se metió conmigo aquella vez. Que me la tenía jurada ;P

La situación de en los colegios de ahora es la consecuencia de muchos factores externos, y yo opino que el peor de esos factores es la falta de comunicación del niño a todos los niveles.

Un saludo!!!



36
De: Txiki Palomares Fecha: 2005-06-07 12:21

Qué barbaridad.
La verdad es que yo tenía todas las papeletas para ser una víctima y a mí nunca me pasó nada (con gafas, el primero de la clase, aparato en los dientes, el más bajo, tirando a gordo, fatal en gimnasia, los profesores me caían bien y yo a ellos, en fin, que debiera ser el típico objetivo).
Yo, francamente, no creo que haya solución, porque es un probllema social, no escolar, como dice Rafa. Dudo que dando más autoridad a los profesores se solucione el asunto; antes los profesores tenían más autoridad y los matones existían igual. Lo que no había era caja de resonancia tan potente. ¡Qué difícil debe ser llenar periódicos todos los días!



37
De: AH Fecha: 2005-06-07 12:40

ahora no tenemos tiempo de educar, dejamos que los niños y jovenes se autoeduquen, creemos que debemos apoyarles en todo lo que hacen ( bueno y malo) porque los manuales de psicología barata así lo indican si queremos que nuestro hijos no nos odien por no pasar más tiempo con ellos... el problema no es de los profesionales de la enseñanza, sino de la mentalidad de la familia, de la sociedad ... Dejamos que sean las calles las guarderías, las discotecas sus centros de ocio, las bandas sus tutores,... de que nos podemos quejar? ahora nos toca recoger todo lo que estamos sembrando... sólo espero que si me llega un hijo a mi vida, pertenezca al grupo de los que pasan inadvertidos para que no pertenezca a las estadísticas de uno u otro lado..



38
De: Txiki Palomares Fecha: 2005-06-07 12:46

Joer, AH, eso es el triste "Hijo, tú no te signifiques" que decían las madres. No llames la atención.
A dónde vamos a parar, si preferimos que nuestros hijos formen parte de la masa anónima.



39
De: Ivanova Fecha: 2005-06-07 16:56

En el colegio en el que estoy y del que voy a salir ya esta misma semana, después de 13 años allí, la mayoría de los compañeros te sueltan "oohh, convivencia! ¡solidaridad!, tenemos que ser generosos y bondadosos con nuestro prójimo! Vayamos de misión a la selva!.." Bonito ¿verdad? Pero mucha tolerancia hacia el guatemalteco de turno (que me parece perfecto) pero después son completamante incapaces de entender a alguien un poco diferente. Y no diferente precisamente en el sentido de que se ponga tres piercings, vaya con rastas o se tiña el pelo de azul (si eso es lo "cool"!). Qué va, se meten contigo por el simple hecho de salir a la pizarra a hacer un problema, por llevar unos pantalones que no son de la temporada, por no emborracharte y vomitar todas las semanas en la movida.. Todas esas características hacen que ya seas punto de mira, y si encima eres gordita y lista, ea, lo acabaste de arreglar.
Afortunadamente yo sólo he sido objeto de burlillas en pocas ocasiones, pero he tenido algunas. Y como se ha dicho, ni chiquilladas ni cosas de niños ni pamplinas: maltrato psicológico completo. Que un día pases por un pasillo y te digan "fea!" , pues vale, si tú lo dices.. pero que te lo digan todos los días, se rían de ti, te cuestionen tu forma de ser, de vestir, de vivir.. es muy duro. Lo que te lleva es a pensar ¿qué he hecho mal? ¿Por qué se ríen de mí? Y lo peor es que casi nunca encuentras la respuesta, por eso es tan importante tener a tu familia que te apoye y te quiera como eres.
La solución que toman algunos es empezar a comportarse como los demás aun sabiendo que les gustaría ser de otra forma. Resultado: cada vez hay más homogeneidad en las aulas, todos hablan igual, a todos les gusta lo mismo, todos y todas son un calco porque visten igual, menos el heavy de turno.

Y lo malo es a las edades en las que se da. No es como ahora que sabrías perfectamente cómo enfrentarte a esa persona o personas. A esas edades lo más fácil es echarte la culpa a ti.

Echaré de menos el patio del cole, los profes con los que me he reido y aprendido y estar con mis amigos en las mismas clases.
A los compañeros tan "solidarios" ellos les pueden dar por ahí, el acto de despedida me resbaló completamente. Trece años con ellos y me da exactamente igual lo que les pase a la mayoría. Es triste.



40
De: The Watcher Fecha: 2005-06-07 17:01

Ánimo, Ivanova, que no todo el mundo es igual que tus ex compañeros. Tarde o temprano se acaba encontrando gente con la que compartir cosas que no te juzgarán por tu aspecto. te lo digo por experiencia.

Un saludo.



41
De: Magnus Majere Fecha: 2005-06-07 20:09

Ivanova, triste pero cierto. Lo mejor de todo es que mientras creces, en institutos (que también se las traen),en la universidad, o en otros círculos, vas conociendo a gente cada vez más madura, que irremediablemte te apreciará por lo que eres, no por lo que vistes. Y te aseguro que conocer gente así es una experiencia vital maravillosa.



42
De: Anónimo II Fecha: 2005-06-08 02:41

Después de leer muchas de las tristes historias de algunos participantes, no puedo dejar de sentir cierta mezcla de sentimientos de compasión y complicidad con ellos, por el hecho de entenderles y compartir muchos aspectos de su situación. Me afecta mucho todo ello, sinceramente.

En mi caso, la presión por parte de mis compañeros resultó ser debida a simplemente mi interés por algunas cuestiones "académicas"... no era un estudiante modelo y aunque algunas cosas no se me daban bien, otras sí. Además, me gustaban muchísimo -y gustan- las ciencias naturales, la informática (por aquellos años, programar en basic) y la lectura de libros de ciencia ficción (por algo leo también este blog). Así que cuando estaba en segundo de BUP, buena parte de mis compañeros me consideraron un bicho raro y (supongo que por una mezcolanza de envidia y odio irracional a las personas algo diferentes de la media) se montaron una guerra psicológica contra mi, tratándome como si fuese un ser despreciable. Nunca me había metido con nadie, pero jamás empleé contra ello la violencia; tampoco me hizo especialmente falta, aunque motivos no faltaron.

Algunos de los profesores del colegio sí me apreciaban, pero otros no me tenían en buena estima por mis aficiones, lo cual también me afectó y no me hizo sentirme confundido. ¡Aún no entiendo cómo puede haber profesores que se opongan a que sus alumnos experimenten interés por las cosas o lean! Por mi parte, nunca quise decir nada en casa pues no me sentía comprendido en muchos aspectos. En verano solía irme de vacaciones con mi familia (hermanos, padres y varios tíos y primos) a veranear a un pueblecito de la costa cántabra. Allí durante un par de años me tocó soportar una situación de acoso similar por parte de otra gente de mi edad... por muchos de los motivos que exponen otras personas más arriba y que supongo no hace falta comentar.

Todo esto ya ha pasado hace 15 años, más o menos...

Por un lado, creo que salí vencedor de esa etapa tan mala, pues me siento a gusto conmigo mismo y con mi vida y mis aficiones; tengo una novia que me quiere y, dentro de lo que cabe, voy poco a poco alcanzando los objetivos que me he ido marcando en la vida (bueno, muchos están aún sin hacer, como transformar en un libro de ciencia ficción algunas ideas que tengo en la cabeza para que RM y los lectores "aquí presentes" puedan disfrutar su lectura, poder viajar a algún sitio que otro, aprender...).

Pero por otro lado... he salido perdiendo, pues aún en mi existe un gran odio ciego guardado hacia esa gente a la que deseo lo peor, odio que espero nunca tener que expresar, pues no sería en absoluto bueno para nadie. Ese odio es de una manera u otra un "lado oscuro" que a veces me hace daño y del que no creo que me pueda librar.



43
De: Pablo Lata Fecha: 2005-06-08 13:22

"Ese odio es de una manera u otra un "lado oscuro" que a veces me hace daño y del que no creo que me pueda librar."

Pues yo le pediría, amigo Anónimo II, que trate de quemar, consumir o sublimar dicho odio de alguna forma. Haga deporte, escriba con furia, ... lo que sea. No deje que ellos sigan venciendo años después.

No odie. Simplemente ignore. Sé que no es sencillo, pero sí importante para usted, el librarse de un sentimiento tan peligroso y negativo al que denomina muy acertadamente "lado oscuro" ya que puede estallarle en la cara cuando menos se lo espere y en contra de quien menos se lo merezca.

Decía Séneca que es imposible llevarse bien con todo el mundo, pero muy sencillo no llevarse mal con nadie. Haga la prueba.



44
De: Elisa Fecha: 2005-06-08 16:38

¿Qué podemos hacer los profesores?
Ya lo dice Rafa, el acoso es algo oculto, que se produce fuera de las aulas. En el barrio donde trabajo el trabajo ya está repartido: las mafias de un instituto les hacen el trabajo sucio a las del instituto vecino -y viceversa- para no ser reconocidos y denunciados. A principios de curso unos individuos saltaron la valla a la hora del recreo para amenazar de muerte a uno de nuestros chavales; las profesoras de guardia los vimos cuando se marchaban corriendo, mi compañera fue a avisar al Jefe de Estudios y yo me quedé en el patio para comprobar que no volvían a entrar. Resultado: Se acercaron a donde yo estaba, escondidos tras el murete, y me tiraron un ladrillo.
Fui a presentar la denuncia y la experiencia fue deprimente: Al comisario encargado de menores le faltó echarse a llorar en mi hombro. Que si la gente no se atreve a denunciar, que si necesitan reunir una cantidad infinita documentación y denuncias para que el juez los tome en cuenta, que si cuando por fin cogen a alguno con las manos en la masa (habían conseguido pillar a los que pasan la droga en el instituto vecino) el juez los manda a su casa de rositas. Y esto sin contar el ambiente cochambroso y tercermundista de la comisaría. En fin, el hombre me dio mil gracias por haber ido y supongo que intentará seguir luchando contra la banda del Parchís, que atemoriza Sevilla Este... y la banda del Parchís se seguirá riendo en sus narices.
El chaval acosado también tuvo las narices de denunciar, y en su caso sí que tiene mérito.



45
De: The Watcher Fecha: 2005-06-08 17:25

Qué situación más deprimente, Elisa. Qué asco. Ese tipo de cosas son las que deberían solucionar los políticos, joder, que esto va a acabar siendo el Bronx (si es que no lo es ya).

Un saludo.



46
De: Juaki Fecha: 2005-06-09 01:20

Hoy hemos expulsado in eternum (hasta septiembre) a cinco aluumnos cinco (cuatro chicas y un chico) por "bullying" a una niña con problemas mentales. La denuncia vino de una de sus compañeras de clase, amiga de los cinco instigadores. Hemos tardado cosa de una hora en contactar con los padres y explicarles la situación. Y sí, nos hemos pasado todo lo que había que pasarse por el forro en cuestión de legalidades y papeleos gilipollas.

Que ya está bien. Si quieren que esto acabe convertido en Dodge City, pues empleemos sus mismas armas.

Se le pone a uno el cuerpo malo.



47
De: RPB Fecha: 2005-06-09 12:25

¿Hasta septiembre? Deberíais haberles expulsado para siempre.



48
De: RM Fecha: 2005-06-09 16:12

Uy, no seas novato, Rodolfo.
Largar a uno de esos indeseables, aunque sea tres dias a casa, es una hazaña.



49
De: Fernando Fecha: 2005-06-09 16:17

Es muy triste la situación que se vive últimamente y cada vez va a peor.
En mí caso también yo saqué buenas notas sin mucho esfuerzo y también tuve que sufrir por ello. Los colegios e institutos son prácticamente como ecosistemas donde animales luchan entre sí para establecer jerarquías basadas en cualquier cosa menos en méritos propios.
Cualquier cosa que se salga de la mediocridad media es susceptible de convertirse en objeto de desprecio y burla. Y lo peor es que esta es una enseñanza para toda la vida.



50
De: Mifune Fecha: 2005-06-12 01:39

En mi cole los curas eran tan hijoputas que los chavales ni nos fijábamos si nuestros compañeros eran gordos, tenían gafas, etc. De hecho, había curas que se reían del "enano", del "gordo" o del "paleto" que hablaba mal el castellano. Y como esos pobres casi siempre acaban con dos sopapos clericales más que el resto de nosotros.. finalmente les solíamos amparar bastante (una vez se montó la de dios con un colegio vecino porque unos de allí se metieron con ese regordete de nuestra clase).
Todo esto no es que fuera virtud de mi clase, sino que era la puta rabia de aguantar a la curia.

Ahora los hijoputas son los chavales (y sus padres) y los que se juntan para aguantar los profes. Mi madre es profesora en un colegio pijo y en dos años le han denunciado por las causas más peregrinas: 1) Cuestionar a la Iglesia (¡y las monjas le defendían ante la inspección!) 2) Suspender a una niña cuyos padres habían decidido unilateralmente que no debía ir a clase de Euskera y Matemáticas (encima faltó 3/4 partes del curso porque la cría se quedaba a dormir por las mañanas).
La consejería de educación al ver los informes de los denunciantes ni siquiera los tramitó y en el segundo caso abrió una inspección de asistencia social por incumplimento de la escolaridad obligatoria en un menor de edad.

¿De qué vale que en el colegio a los críos les enseñen a no tirar papeles al suelo si luego su madre arroja a la acera el envoltorio de la merienda en la entrada del centro?
La moda de miles de padres actualmente es justificar a su hijo con las frases talismán de turno: "es que es hiperactivo" (y psicólogo al canto que le victimice frente al profesorado y los padres) o "es superdotado" (idem de idem).
Son los eufemismos para describir que el hijo en realidad está agilipollado, en gran parte por ellos mismos.



51
De: Javi Gala Fecha: 2005-06-12 10:41

Pues de psicología no sé como andas, pero has ido a usar dos términos que no son precisamente de agilipoyados. El pimero es una lacra que sufren muchos chavales, y el segundo, con gente como tú, puede llegar a ser otra lacra. Nuevamente, como ha habido gente que ha mencionado en este post, parece que se debe ser mediocre para no ser ninguneado.
Pena.



52
De: Mifune Fecha: 2005-06-12 14:30

No Javi Gala.. es que los chavales de los que hablo NO son hiperactivos ni superdotados. A eso me refería. Son diagnósticos que se inventan los padres sin haber ido antes al psicólogo (van después al del centro que los acaba pillando en un mes).

Yo obviamente no hablo de casos reales sino de los argumentos que se inventan los padres con los profesores como mi madre, cuando ésta les dice "tu hijo pega a sus compañeros, no va a clase, me escupe o me amenaza".
Te agradecería que bajaras ese tono porque has errado el tiro con creces y aquí no estás dando catequesis, por lo que los sermones baratos sobran (no había caído que el decir cuatro verdades sobre los curas de mi colegio pudiera ofender al catequista de turno).
Y por cierto, no ser superdotado no significa ser mediocre, Javi. ;)

Y tampoco es muy sano eso de inculcar al crío que persiga que nunca le ningunéen. Que no están en Operación Triunfo.



53
De: Javi Gala Fecha: 2005-06-13 11:32

No te preocupes, el primero en hacer crítica clerical es el catequista de turno, que es capaz de reírse más de sí mismo que de los demás.
De cazar no entiendo mucho (con lo cual tiros erro muchos), pero si sé lo que he leído y has puesto, y has dicho que el psicólogo lo victimiza y después que los hiperactivos y superdotados son realmente eufemismos de agilipoyado. Si no te gusta lo que has escrito, pues te retractas, pero no me llames tonto. Por favor.




54
De: Mifune Fecha: 2005-06-13 14:23

Me encanta lo que he escrito porque es lo que ocurre :)
Lo que he querido decir es que el hecho de llevarlo al psicólogo a la ligera los victimiza injustamente frente al profesorado (de hecho a veces incluso dejan caer que es por culpa de ellos) y frente a los propios padres.
Me alegra que (te) hagas crítica anticlerical siendo catequista, está claro que sí escondes un desarrollado sentido del humor :D

Nadie te llama tonto por contestarte, Javi. Ni mediocre ni esas cosas, tranquilo, todo está bien, ya no estás en el cole.



55
De: Anónima Fecha: 2005-06-13 14:46

[Mifune] "Son los eufemismos para describir que el hijo en realidad está agilipollado, en gran parte por ellos mismos."

[Anónima] Mi hija no pega, y está en un colegio, del que la voy a sacar este año, en que pegan un montón. La respuesta de la profesora del año pasado un día que le dije "pues díselo a la profesora" fue "si te pegan, pega dos veces". Y cuando he intentado actuar a nivel del APA me han llegado a decir que el problema es mío por "no haber enseñado a mi hija a defenderse". Pero honestamente yo creo que a los niños hay que enseñaerles a arreglar sus problemas sin pegarse. Esa es la misión conjunta del colegio y de la familia. No sé hasta que punto se me puede decir que he agilipollado a mi hija por eso. Pero está calro que debía haberle dado clases de defensa personal para ir al colegio y defenderse ¿es eso lo que hay que hacer?

En cuanto a las contestaciones de algunos de los padres de los pegones también son cachondas. Un día hablé con la madre del más pegón. Le acababan de castigar en el parque de bolas donde se celebrabra un cumpleaños y ella estaba criticando a la chica del centro por "no gustarle estar con niños, ya se sabe que son revoltosos" y aproveché para decirle "es que tu hijo pega mucho en el cole también". Me dijo "es que en mi casa mi hijo no pega, ya le he dicho a la profesora que se las apañe ella en el colegio" (a lo que no le faltaba algo de razón, pero sin el apoyo en casa malamente).

PD: y en ese mismo colegio hace dos años le dieron una paliza a un niño de 7 años que estuvo tres días en la UVI con un hematoma en la cabeza. Un grupo de chicos de un año más por que "no jugaba la fútbol y siempre estaba solo en el recreo". Y hay incidentes de violencia casi a diario. Hace poco a un niño le quitaron una navajita de su hermano mayor boy scout y contestó que la llevaba "para defenderse". Podríia seguir contando ánecdotas pero no viene al caso.

PD2: siempre se puede decir "son cosas de chiquillos" pero al final cuando uno se suicida nos echamos todos las manos a la cabeza. Y yo comparo con cuando yo estaba en ese mismo colegio en el que ahora pegan a mi hija (y a otros claro). Y no es igual que entonces. Entonces nos pegábamos. Es posible que incluso más que ahora. Pero eran peleas del tipo: fulanito ha hecho trampas jugando a polis y cacos y se liaba entre dos bandos. O Juegos que de por si eran de pegarse como el Rey de Castillo: unos arriba y otros abajo de un terraplén a tomar el castillo por la fuerza. Estoy segura que no se pegaba a los niños diferentes: se les hacía la vida imposible, se les hacía el vacío. Pero no se ejercía una violencia física continuada: los profersores no lo consentían.



56
De: Anónima Fecha: 2005-06-13 14:55

Y lo del psicólogo es cierto: si la niña a consecuencia de vivir en un entorno claramente hóstil se vuelve distraida y se retira a su mundo interior, entonces los profesores quieren que la lleves al psicólogo porque la culpa es suya, no del entorno claro. Es que la niña sufre "deficit de atención". El hecho de que estando sentada en la alfiombra de la asamblea le puedan dar un puñetazo en al tripa un día si y otro también no tiene nada que ver con sus distracciones: al revés debería curtirla para que estuviera más atenta.

Por otra parte, para los padres a los que el colegio recomienda tratamiento psicológico es díficil negarse, porque parece que respaldan injustamente a sus hijos.

Me pregunto porque los colegios no recomiendan tratamiento psicologico para los niños violentos, para variar y aunque sus resultados acádemicos sean buenos.

PD: en el caso de mi hija ya es rizar el rizo, porque pese a ser "distraida" sus resultados académicos son buenos, pero a la profesora le molesta que no "le haga caso" como quisiera. Aunque quizá habría bastado que no le dijera lo de "pegar dos veces" para que la niña la respetara un poco más. Vamos, pienso yo.



57
De: Mifune Fecha: 2005-06-13 15:14

Vamos a ver. Repito que no estoy hablando de casos de necesidad de atención REAL por parte de psicólogos, sino de casos INVENTADOS por los padres que (lo repito una vez más) los propios psicólogos desenmascaran enseguida. Hablo de casos en los que los padres suelen mentir "justificando" a sus hijos por ser "hiperactivos" (sin que nadie más que ellos lo haya diagnosticado) o "superdotados" (como si eso legitimara algo). Leed el comentario con una mínima atención, que no hay nada más fácil que perderse en lo que uno quiere.
Anónima, por supuesto que habrá mucho "bullying" (y mucho padre que incluso se siente orgulloso de que su hijo pegue) pero no tengas tan claro que los profesores lo consienten.
El día tiene 24 horas y hoy por hoy, sobre todo si sabes la atención que prestan los críos a los profesores (que es probable que los padres tampoco se hagan cargo de esa situación surrealista), el grueso de la referencia en la educación sigue cayendo en lo que ven y no ven, en lo que reciben y no reciben en casa. Dudosamente va a competir un profesor con 6 horas frente a las 18 que el chaval está fuera de su clase.
Una de las cosas que también ha cambiado muchísimo es el respeto al profesorado, y no sólo desde el alumnado sino desde los padres. Muy pocos se toman en serio las quejas de los profesores respecto al ambiente que hoy en día se respira en muchas clases a la hora de intentar enseñar. Y, te guste o no la aseveración, lo cierto es que hoy en día hay mucho agilipollado por culpa de sus padres (y no hablo de casos de atención psicológica real).
Yo mismo soy profesor de otras lides muy alejadas y con gente adulta (postuniversitarios) y alucino con algún alumno que otro al que le tengo que cambiar ciertas "costumbres" en clase (y eso que son clases especializadas). Costumbres que viene arrastrando desde que en su casa no le han explicado lo que es convivir con más personas en un aula (por muchas normas que pongan los centros).
Hay mucho fenómeno Dudley (el primo de Harry Potter)ultrablindado en su casa. Que por cierto, son precisamente los que pegan y abusan.



58
De: Anónima Fecha: 2005-06-13 15:30

Mifune,

Lo siento pero al leer tus comentarios anteriores no me quedaba claro si los niños agilipollados a los que sus padres justifican eran los que pegan o los que reciben leña. Hablando en plata. Y me parwecía injusto reprochar a los padres que "agilipollan" a los niños y son "sobreprotectores" por no enseñarles a defenderse pegando.

Y tengo muy claro que muchos profesores lo consienten, y si no los profesores el sistema lo consiente. Quiero decir que hay profesores que ante la actitud de los padres de los violentos de respaldar a sus hijos a muerte, del APA de tapar los problemas y de falta de herramientas para castigar a los culpables, tiran la toalla. Y creo que es muy humano, vamos que el problema en última instancia no es de los profesores, sino de los padres. Nosotros somos los que deberíamos exigir que no hubiera matones.

Y también creo que los profesores tiran la toalla, en gran parte, por lo que dices de que el respeto al profesorado ha cambiado muchísimo. Toda la razón. De eso se quejan los profsores decentes con los que hablo. Que los hay. de eso y de que los niños viene al colegio sin una mínima educación para la conviviencia. Lo que tu dices.

Y claro que hay mucho agilipollado por sus padres, pero mucho agilipollado violento. Con el ejemplo de Dudley, creo que ahora si entiendo que te referías a ellos.



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De: Mifune Fecha: 2005-06-13 15:47

Tu comentario describe exactamente lo que quería decir, Anónima. Gracias por traducirme ;)



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De: Javi Gala Fecha: 2005-06-13 16:27

A ver Mifune, voy a intentar explicarme: lo que te he querido decir, es que lo que has dicho en tu primer comentario, no es lo que después has dicho que querías decir. Parece un trabalenguas, pero no lo es. Yo al menos, no he entendido en tu primer comentario lo que en sucesivos comentarios (no sin ironía y casi rallando el insulto, cosa que yo no he hecho) has explicado.
Con lo cual, sigo pensando, que si lees fríamente tu primer comentario, lo mismo tb percibes que, a lo mejor, otra persona pudiera entender otra cosa (te recuerdo que lo del psicólogo lo has explicado después, al igual que lo de agilipoyados). Para que yo entendiera lo que queríuas decir (y no soy superdotado;)) he necesitado unas cuantas ironías y comentarios tuyos.
¿Qué te ha molestado mi primera respuesta? OK y me disculpo, pero he respondido lo que has puesto, no lo que querías decir, y lo que es más importante, no te he respondido a titulo personal (tu has usado mi denostada posición de (ex)catequista para hacer mofa, ok).
Y que no es el colegio, tienes toda la razón, por lo que no entiendo las defensas numantinas.
A partir de ahí, reitero, pido disculpas por lo que te haya podido molestar, pero si te relles el cruce de mensajes, veras que el "bajar el tono" al que te referías podríamos habérnoslo aplicado los dos.



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De: Elisa Fecha: 2005-06-15 18:06

Yo creo que el primer comentario de Mifune es redondo y que no se presta a ninguna confusión: está clarísimo.

Sólo añadiría que esos psicólogos que diagnostican al niño de superdotado o hiperactivo pueden ser honestos o estar buscando sus habichuelas. Es decir, que -como muchos médicos de pago- le dicen al cliente lo que quiere oír y, de paso, lo convencen de que el niño tiene que asistir a unas cuantas sesiones y le sacan una pasta gansa.



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De: Javi Gala Fecha: 2005-06-16 08:38

Perdona que te diga Elisa, si son honestos, entonces no son niños agilipoyados. Además, el perfil del maltratador no es el de Superdotado, si no el del maltratado.
Si no son honestos, pues igual que si yo no soy honesto, el juez no es honesto o el maestro no es honesto, pero creo que ese no es el tema.
Mi padre es psicólogo clínico, lleva muchos caso del ahora llamado "bullying" y ningún superdotado se dedica a ir masacrando a gente por ahí, y chicos hiperactivos , poquitos, por regla general son chicos con malas notas por falta de capacidad de atención los hiperactivos.
No podemos ir por ahí diciendo que ciertas profesiones son honestas de por sí y otras dan lugar a dudas (uno con el post del caso Jackson).



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De: Javi Gala Fecha: 2005-06-16 08:41

Lo que quiero decir es que si los ejempos hubiesen sido "dictamen de inadaptado social con brotes de violencia", pos fale, clarísimo (sigue siendo un chico con problemas, pero es entendible. Sólo eso. No más.



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De: elisa Fecha: 2005-06-16 15:54

Yo no digo que todos los psicólogos sean deshonestos, sino que conozco casos en que los padres se escudan en diagnósticos de sobredotación, desde mi punto de vista bastante discutibles, para justificar sus comportamientos y hacer perder autoridad a los profesores (entre los que, por otra parte, también los hay bastante poco profesionales). Y yo no pienso que los auténticos superdotados masacren , ni los hiperactivos, tienes razón, pueden fracasar en la escuela, pero no se meten con nadie. Lo que critico es a los padres que justifican a sus hijos de cualquier manera (por ejemplo, con un diagnóstico de ese tipo) antes de reconocer que tienen un comportamiento incorrecto y merecen algún tipo de sanción. Ahora bien, no se me ha presentado ningún caso de chaval con un dictamen de inadaptado social con brotes de violencia, eso no es políticamente correcto, y como el hombre es bueno por naturaleza, esas cosas no se dicen en un informe (y tal vez deberían decirse en alguna ocasión).
Lo del hombre bueno por la naturaleza lo digo con retintín, no vaya a ser que alguien se crea que va en serio. Yo antes lo pensaba, era así de ingenua, pero desgraciadamente hay gente mala y cruel, o más bien todos lo somos, en mayor o menor medida según las situaciones. Y unas veces se puede corregir y los educadores tenemos la obligación de intentarlo -los chicos maduran y aprenden- y otras veces parece que no hay quien lo remedie.



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De: Ana Fecha: 2006-02-01 15:14

Taiyou te he buscado en internet absolutamente conmovida por lo que escribiste en esta página y que yo he leido a través del libro "Acoso escolar" de Javier Ricou. No se explicarte como han resonado en mi tus palabras, ni siquiera sé que es lo que te quiero decir, sólo sé que mientras lo leía he tenido la necesidad de hacerte llegar de algún modo lo valiente que me ha parecido que te expreses de ese modo, y cómo la dureza de tus palabras no hacían más que remitirme a unas increibles ganas de darte un abrazo sin conocerte. Creo que tu relato es una buena forma de impactar en aquellos que desconocen las consecuencias de sus actos, que no saben cuanto duelen los golpes psicológicos,... o aún mejor, de los mirones, de aquellos que aún no han descubierto aún su propia responsabilidad en dichas situaciones.
No sé si algún día leerás esto, si lo hicieras, me gustaría seguir hablando contigo, ponerme en contacto contigo de algún modo. Un beso