Uuuuf... creo que ya está. Todos toditos los artículos indexados y señalizados, cada uno en su sitio y a la espera de quien quiera repescar alguno de ellos. Se han caído, ay, muchos comentarios, y da como cierta cosa ver que aquel post concreto que llegó, no sé, a treinta, sesenta o cien colaboraciones ahora está pelado como un árbol en otoño. Me duele especialmente porque uno comprende que esto del bitacoreo no vale de nada si no tiene esa respuesta inmediata de todos ustedes: es la gran diferencia entre escribir en la red a hacerlo en un diario o en los diarios. Lástima. Se han perdido, cachis, unos cien comentarios seguidos de aquel artículo sobre el carnaval donde batimos records. Pero no hay mal que por bien no venga, me imagino: así tenemos (Vicente, Juan Luis, Juaki, Alfred, Alfonso) motivo más que sobrado para, el año que viene, superar esos quinentos y pico comentarios que han hecho de ese post uno de los más lucidos de todos. No por mí, insisto, sino por la calidad de los comentarios de ese puñado de picaditos del carnaval que nos ilustraron tanto con su sabiduría y su buen hacer.
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Categorías: Reflexiones