Crisei

Es la novena vez que los aficionados a la ciencia ficción se reúnen en Mataró, y este año han tenido a bien invitarme para que les diera una charla sobre cómics: ya saben, uno explota los dos o tres detallitos de los que más o menos entiende en la vida, suelta los chistes oportunos, queda bien, y sobre todo se encuentra con los amigos a quienes sólo tiene ocasión de ver en jornadas como ésta.

Estas trobadas de Mataró imagino que no serían lo mismo sin la ilusión y la cabezonería de Toni Segarra, que ama tanto a los cómics como yo, y a quien algún día habría que ponerle un par de cintas de audio por delante (o un podcast, Pedro), para que largue por esa boca todo lo mucho que sabe sobre la intrahistoria del medio en este país. El Toni tiene esa fe optimista todavía en la ciencia ficción y la historieta, y cuesta mucho trabajo llevarle la contraria y hacerle ver que a lo mejor el futuro no es de color de rosa, pero que en el fondo nos da lo mismo a todos, mientras nos entretenga.

He podido charlar un rato largo con el gran JuanMa Santiago, que tuvo el detalle de recogerme en el aeropuerto y escoltarme, y de volver a ver a Joan Manel Ortiz, a Miquel Barceló, a los Carles Quintana padre e hijo, a Guillem Sánchez y Eduardo Gallego (que, digan lo que digan, son dos), y sobre todo a Pedro Jorge, que está exultante porque va a ser papá y a quien espero dedicar un post enterito un día de estos, en cuanto termine yo de aterrizar, que ahora mismo tengo un puñado de horas de vuelo y de tren y de coche en lo alto y me apetece planchar la oreja, que mañana (como dice mi madre) es día de basura, o sea, que hay curro.

¿Qué hice yo en Mataró? Pues aparte de pasármelo bien, maravillarme de nuevo con ese invento que es el pan tumaca y dudar de que haya una ola de frío por el norte (les juro que hace muchísimo más frío por aquí abajo), di mi charla sobre los personajes de la historieta y su evolución, desde el New Deal hasta las secuelas del 11 de septiembre. Pedro Jorge la grabó y sé que la va a colgar de su podcast, que es una cosa modernísima y la mar de apañada, así que estén ustedes al tanto o si no yo mismo les aviso, por si tienen curiosidad por escuchar mis, ejem, disertaciones sobre el tema.

En el ámbito de lo nuestro, muchos parabienes por la publicación del Chaplin, y la sorpresa de ver que tanto en Epoca como en Enigma hacen reseña y me ponen bastante bien.

En el ámbito de lo mío, un poco de mala conciencia, porque todo el mundo me pregunta cómo tengo tiempo de hacer tantas cosas (clases, traducciones, libros, artículos, esta bitácora)... y yo me siento fatal, porque me da la impresión de que soy un vago redomado o que, al menos, tendría que estar ya escribiendo una de esas tres o cuatro novelas que tengo pensadas y a las que no les estoy dedicando el tiempo que se merecen. Prometo corregirme un año de estos.