Como parece que tienen ustedes curiosidad por saber cómo nos fue ayer con la presentación del libro, pues les cuento sin más florituras que pasamos un ratito entrañable. Manolo Ruiz Torres (que pronto tendrá su propia bitácora aquí en Blogalia, tendremos que estar atentos), hizo una glosa divertida de la novela, entrando perfectamente al asunto de la inversión de realidad y ficción, y revelando al respetable, que lo mismo no había caído, el verdadero meollo del asunto: o sea, que Sherlock Holmes existió, como todos sabemos, y que Charlie Chaplin es un personaje ficticio.
Luego yo me enrollé un poquito desvelando intimidades (o sea, el making of, pero sin subtítulos), apuntando detallitos frikis de la novela y embaucando al personal contando los mismos viejos chistes de siempre, para encanto de quien no los conoce. Estuvieron amigos escritores (Félix J. Palma y su mujer, Aida; José Manuel Benítez Ariza), compañeras del trabajo, alumnos de ahora y alumnos de hace años, algún ilustre desconocido o desconocida (muy mona la rubia de la última fila), el bueno de Enrique del Álamo, a quien tanto debemos la gente de la cultura de Cádiz desde hace muchos años; amigos y residentes en Cádiz y bastantes asiduos de Crisei, desde Vicente Q a Pili B, a Ingrid con su encantadora madre, o Coro. Firmé una docena de libros, y hoy nos ha sacado La voz en el momento de posar para la posteridad y todo. Aunque algún asistente y la madre de Inx fliparon en colores, me quedo con lo que me ha dicho esta mañana Pedro Morales: "Estuvo guai, pero eras tú en plan light".
Luego nos fuimos a tomar unas cervecitas unos pocos (la desventaja de tener trabajo al día siguiente: hoy tengo más sueño que un saco de gatitos chicos): Oscar Lobato y Maribel, Vicente, Manolo, Dani Heredia y yo. Y entre pulpo a feira, cazón en adobo, ensaladilla de gambas, filetitos de pez espada a la plancha y, sobre todo, mucha cerveza, pasamos una velada la mar de simpática escuchando al gran Oscar (que debe ser mi amigo más antiguo, pues lo conozco desde que ambos teníamos cuatro años), contarnos anécdotas y detalles de las triadas chinas que, pueden tenerlo ustedes por seguro, han ido a parar al fondo de la memoria para cuando tenga que utilizar esos datos en una nueva novela de Torre.
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