Yeah, yeah. Todos los años igual. La euforia triunfal a la hora de anunciar "las películas españolas candidatas al Oscar". Este año, nada menos que tres: "Almodóvar, Amenábar y Garci, terna española para los Oscars", anuncian todos los periódicos, proclaman, ya sin corbata, los presentadores de los telediarios. Cuánto ha progresado el cine español. Ni una ni dos, como el gitano del pañuelo, sino tres películas candidatas. Nos lo llevamos seguro, parece que quieren decir.
Y no. Esto no funciona así, y lo saben ellos y lo deberíamos saber todos. Hay tres candidatas, vale, pero tres candidatas de las cuales la Academia Española de Cinematografía (whatever it is), elegirá a una. Y esa una se les presentará a los yanquis. Y, si les sale del colodrillo, entre otro montón de pelis de otros países, los yanquis elegirán cinco y solo cinco, de todo el mundo mundial, y puede que entonces una película española esté nominada. O no.
Así de simple. Empieza la carrera para la reválida, vale. Pero es el primo de Zumosol de Hollywood quien decide en última instancia a quien le da el supositorio dorado o no.
Nada, que no se aclaran. Todos los años igual. Parece que no conocen el prefijo "pre", que está cantado. "España tiene tres pre-candidatos que presentar a la pre-candidatura de los Oscars". Esa sería la noticia más acertada.
Tal como lo dicen ahora y siempre, es una mentira. O peor aún: es propaganda camuflada para que el personal vaya al cine a ver esas películas.
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