Una de las ventajas de la televisión digital es que te permite visionar películas que jamás verías en cine, o películas que se te pasaron en el momento del estreno, o productos hechos en exclusiva para la pequeña pantalla que las televisiones generalistas emitirán (o no) a la hora intempestiva que se les ocurra entre anunciante y anunciante.
Ayer por la tarde pasé un ratito divertido viendo Batman recuerda, título algo tramposo pero acertado, donde de la mano de Adam West y Burt Ward, decadentes y casi ancianos ya, se nos lleva a dar un paseo por la serie de televisión pop por excelencia, la sesentera Batman. Titulada originalmente Return to the Batcave: The Misadventures of Adam and Burt, imagino que la película vuelca en imágenes los sendos libros autobiográficos de los actores, Return to the Batcave y Boy Wonder: My Life in Tights, y lo hace desde la autoparodia, como no podría ser de otra manera, con la coña implícita necesaria para saber reírse de lo que la serie era y, al mismo tiempo, reconocer el valor de lo que la serie tuvo.
El macguffin es sencillo: Adam West y Burt Ward asisten a una subasta benéfica donde alguien roba el batmóvil, y los dos actores se lanzan a una descabellada persecución en busca de semejante joya. Por el camino van encontrando pistas que los llevan a recordar los comienzos de la serie y las vicisitudes de su rodaje y es en esa parte recreada donde la película despega, pues se recrea a la perfección la estética de los años sesenta y el parecido de los actores que interpretan a West y Ward tal como los vimos en su momento de gloria, los semidesconocidos Jack Brewer y Jason Mardsen, dan el pego a la perfección. No contentos con eso, también los actores que recrean a los villanos de la serie son perfectos doppelgangers, en especial el bellezón que tiene que lidiar nada menos que con la interpretación de la Catwoman que ya hiciera Julie Newmar (que hace una fugaz aparición tal como es ahora, tempus fugit y todo lo demás que ustedes quieran incluido), una preciosidad llamada Julia Rose a quien habría que ir siguiendo los pasos.
Sin cortarse un ápice, entre la falta de pudor y un pelín de vergüenza ajena (como la serie misma) la película narra las ínfulas de Adam West cuando prácticamente creía que iba a interpretar a Shakespeare, las explicaciones ad hoc de que la serie era una sátira, las vicisitudes del pobre Burt Ward con los efectos especiales que siempre acababan chamuscándolo, más los divorcios, la sensación de soledad precisamente por estar en la cima, las rivalidades por el robo de un plano o una frase, la batmanía, las numerosas aventuras sexuales de los dos actores en la California liberal de aquella época, sin dejar de lado la jugosa anécdota de los atributos de Robin, las protestas de la Liga de la Decencia Americana y los problemas para disimular lo que era indisimulable, o la reacción negativa a la inclusión de Batgirl en el elenco y las bromas soeces a su costa. La película se permite el lujo de recrear la típica escena de la escalada en vertical por la pared, revelando incluso el truco, como si nadie lo conociera, mientras que en el tiempo "real" una voz en off anuncia lo que va a sucederles a los actores metidos a detectives de la noche, sin que falten las peleas y las onomatopeyas escritas sobre la pantalla.
Sale además Amy Acker (Fred en Angel), intepretando fugazmente a la timorata e ingenua primera esposa de Ward (cómo la Acker no es ya un sex-symbol por derecho propio es uno de esos misterios que se me escapan), y no puede faltar la musiquilla "Batmaaaan" en un acertado remix. Con una considerable dosis de autoparodia, y entre idas de olla de Adam West y divertidas bromas a costa del bajito (y ahora orondo) Burt Ward, produce cierta tristeza comprobar cómo el encasillamiento pudo con los dos actores, dedicados a hacer de sí mismos (y en dibujos animados) a partir de entonces. Sea cierto o no, uno no puede sino imaginarse cómo habría sido nuestro mundo si, en efecto, Adam West hubiera aceptado el papel de James Bond o Burt Ward hubiera interpretado el personaje que lanzaría a Dustin Hoffman en El graduado.
Así que ya saben, si están ustedes abonados a los canales digitales, busquen en su batrevista la fecha de emisión en su batcanal favorito de esta película de bataventuras, nostalgia y cachondeo autoparódico.
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