Ya les hablé el año pasado, tal día como hoy, del follón que se monta en las playas de Cádiz con las barbacoas, así que no voy a repetir mis argumentos, que son más o menos los mismos (y lástima que se perdieran los comentarios de los sufridos lectores con aquel apagón en la red que tuvimos poco más tarde).
Pues eso, que si quieres arroz toma dos tazas, Catalina. A algún cabeza pensante o culo sentante de los que nos gobiernan se le ha ocurrido, oh, maravilla, que si este año en el Trofeo de los Trofeos (aparte de exiliarse por problemas logísticos que no habían calculado hasta hace tres días) la final era en domingo y el lunes es fiesta, pues se trasladan las barbacoas al domingo.
Ya. Pero como resulta que tampoco ellos tienen muy claro que la gente vaya a hacer las barbacoas el domingo porque esto es ya incontrolable, pues bueno, vale, sí, lo mismo es posible que haya barbacoas hoy sábado también. ¿Resultado? Que tendremos el caos en la playa y calles adyacentes sábado y domingo, porque las cabezas pensantes y los culos sentantes este año se están cubriendo de gloria.
¿Problema añadido? Que llevan todo el verano reparando la playa así a lo bestia, diciendo a ver señora, aparte usted la sombrilla que vengo a descargar una tonelada de arena. Y la playa, después de una noche de humo y barbacoas (y este año serán dos noches) se queda la pobre hecha unos zorros: pa echarla.
Tirar el dinero tontamente, se llama a eso. Para mí que, por culpa del vertido de arena, este año se han cargado la playa (en otra modalidad, este consistorio sigue ganando méritos) porque la marea este año nunca está baja, sino que sube más y más, con lo que no puedo darme mis paseítos de rigor por la falta de espacio y es un poco molesto tener que sacarte del ojo cada dos por tres el codo del sevillano que te toca al lado.
En fin, creo que a partir de mañana tendré que empezar a pensar en sustituir la playa por el campo... y eso que el campo no me gusta nada.
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